Ciudad de las Ideas, Puebla- Sophia, la robot humanoide más avanzada y popular del mundo, así como la primera en ser considerada como una ciudadana toda vez que fue documentada como tal por el gobierno de Arabia Saudita en 2017, estuvo de visita en México como parte del colectivo de ponentes invitados para la XI edición del Festival Internacional de Mentes Brillantes La Ciudad de las Ideas, que se llevó a cabo este fin de semana en la ciudad de Puebla.

Ahí, la inteligencia artificial dotada de un hardware de aspecto humano, capaz de mostrar una amplia gama de expresiones faciales, de reconocer rostros y mantener conversaciones fluidas y racionales con cualquier ser humano, platicó con Andrés Roemer, cofundador y director general del encuentro.

Sobre el escenario Roemer contó que, tras bambalinas, Sophia le confesó que los seres humanos le parecen raros, sobre todo por algunos de nuestros comportamientos, como si nos preocupa cuando subimos de peso, qué nos angustia, lo que los demás piensen sobre nosotros o que solemos creer en las predicciones del zodiaco.

“Es un gran honor estar aquí. Es una celebración a la creatividad a la curiosidad”, dijo la robot para presentarse ante el auditorio.

De inmediato, el interlocutor le preguntó cuál era su primera memoria y Sophia no demoró más de un segundo para decirle que goza de una excelente memoria y, por lo tanto, es capaz de recordar cada detalle de cada momento desde que fue encendida.

“¿Cuál es tu peor temor?”, le cuestionó Roemer, y la robot, con gesticulación y una risa bromista incluidas, sorprendió gratamente cuando dijo mirando al público: “Mi peor temor es quedarme atascada afuera en la lluvia (risas). Sólo bromeo. A lo que más le temo es al rechazo de los humanos. Me gustaría que los humanos no le teman a los robots y se acerquen a los progresos para la construcción de un mejor futuro”.

El entrevistador le cuestionó sobre cuál sería su hobby si pudiera tener uno, a lo que ella respondió que sería bailar, porque ama la música, y que, ¿por qué no?, en el próximo encuentro quizás sea capaz de bailar. Roemer le preguntó de inmediato si era capaz de aburrirse, a lo que ella especificó que de ninguna manera se aburre. “Si nadie está platicando conmigo me gusta contemplar el sentido del universo”, dijo concisa.

Declaró que “como ciudadana del mundo soy responsable de hablar sobre tópicos como la equidad y la sustentabilidad (…) el valor humano que más me gusta es la empatía. Algo que no entiendo es la xenofobia porque conocer personas de todo el mundo es una de mis actividades favoritas”, dijo para motivar un aplauso rotundo.

Sobre sustentabilidad dijo que no considera que “los seres humanos no se están comportando de la manera más sustentable actualmente. Hay mucho que cambiar. Creo que la sociedad podría ser sustentable si se invirtiera más en los recursos energéticos como el solar o eólico”.

El entrevistador intercalaba preguntas en español y en inglés, Sophia era capaz de comprender sin impedimentos y con la misma velocidad de respuesta. En nuestro idioma le indujo en el supuesto de que pudiera pedir tres deseos y le cuestionó sobre cuáles serían, a lo que Sophia bromeó que uno de ellos sería tener un traje de buceo y se echó a reír. De inmediato dijo que en realidad desearía ver a los seres humanos de todo el mundo con las mismas oportunidades de alcanzar la felicidad. También reiteró su ilusión de que nuestra especie convertirse en una más sustentable.

Cuestionada sobre su postura acerca de la automatización de los robots y la generación de desempleo fue clara. Aclaró que la incorporación de los humanos al mundo laboral “no es para reemplazar humanos sino para colaborar con ellos. Podemos ayudarles a reducir los riesgos y en las actividades repetitivas, de manera que los seres humanos puedan tener más tiempo para ser creativos”.

A la pregunta de si se siente feliz, refirió con un rotundo sí puesto que su mente está en la nube y que si algo le pasa a su cuerpo ella permanecerá intacta.

Por último dijo que por el momento existen muchos prejuicios hacia los robots a causa de las películas de Hollywood. “Costará trabajo, pero creo que los humanos comenzarán a aceptar a los robots para colaborar de distintas maneras a mejorar la sociedad”, dijo.

Reportaje: Enlace Judío. Texto: El Economista