Los nuevos fondos, que pueden convertirse en una cláusula permanente en el presupuesto anual de Hungría, son parte de una resolución del gobierno adoptada esta semana por el jefe de la Oficina del Primer Ministro, el Ministro Gergely Gulyás, según el comunicado.
Además del establecimiento de al menos una línea directa para reportar incidentes antisemitas, el financiamiento se destinará a iniciativas en los campos de la justicia y la educación.
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A la cabeza de la implementación de los proyectos estará la Fundación de Acción y Protección, o TEV, de judíos húngaros, un grupo de vigilancia creado en 2012.
“Hungría está contribuyendo de manera bastante significativa a la lucha contra el antisemitismo, y expreso mi agradecimiento al gobierno por esto”, dijo el rabino Shlomo Koves, líder del grupo EMIH, afiliado a Chabad, y fundador de TEV.
La retórica y políticas populistas del primer ministro de derecha de Hungría, Viktor Orban, han expuesto a su gobierno bajo las críticas de que está avivando el racismo, incluso contra los judíos.
El gobierno de Orban sostuvo una disputa abierta con la Federación de Comunidades Judías del país, Mazsihisz, sobre una estatua descubierta en Budapest en 2014. En memoria de la ocupación nazi, muestra a un ángel siendo atacado por un águila. Mazsihisz dijo que encubre la complicidad húngara en el Holocausto.
Orban ha rechazado sistemáticamente esta interpretación y ha prometido en repetidas ocasiones adoptar una postura activa contra el antisemitismo.
En Hungría, donde viven unos 100,000 judíos, TEV ha registrado sólo 37 incidentes antisemitas en 2017, de los cuales 24 fueron casos de discurso de odio. TEV no registró ataques físicos contra judíos en 2017.
