Enlace Judío México.- Una y otra vez en las últimas décadas, Irán ha usado a su Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica para tratar de privar a Israel de fronteras calmas con sus vecinos. Como es probable que este problema se repita en el contexto de la Franja de Gaza, es esencial – y de ninguna manera imposible – eliminarlo de esa área.

TNTE. CORONEL DANIEL SHOHAM

Irán considera a Israel como un archienemigo, y es un antagonista altamente sofisticado y astuto. Si bien en Líbano y Siria, la eliminación de la amenaza iraní es extremadamente complicada, es un objetivo asequible en la Franja de Gaza (con ayuda egipcia).Irán ha empleado un patrón constante en su larga batalla contra Israel. En enero del 2000, un alto oficial de inteligencia de las FDI dijo al Comité de Asuntos Exteriores y Seguridad de la Knesset: “Consecuente con el actual proceso de paz entre Israel y Siria, ahora hay ya, una apreciable escalada inducida por Irán de la actividad de Hezbola en Líbano contra Israel. Y junto con el progreso del proceso de paz israelí-sirio, Irán incrementará sus actividades terroristas contra Israel, y habrá una elevación en los actos de sabotaje.” Esto es de hecho lo que sucedió.

El 27 de octubre del 2018, mientras estaban siendo liderados contactos intensivos por parte de Egipto y la O.N.U. para alcanzar un acuerdo entre Israel y Hamas, el Tte. Cnel. Jonathan Conricus, Jefe de la Filial de Medios Internacionales en la oficina del Portavoz de las FDI, dijo (basado en inteligencia de las FDI) que la Yihad Islámica Palestina (YIP) había enviado bombardeos pesados de docenas de cohetes desde la Franja de Gaza mientras trabajaba “bajo la guía, instrucciones, e incentivos de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán, con base en Damasco.” En otras palabras, la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria Iraní ordenó a la Yihad Islámica y orquestó el disparo de cohetes. Y aunque Hamas es visto como responsable por toda la violencia y provocaciones que se derivan de Gaza, por medio de su control de la Franja desde el 2007, el General de Brigada Ronen Manelis, portavoz de las FDI, señaló que la “Yihad Islámica no esperó a obtener una luz verde de Hamas” para disparar los cohetes. Su activador fue Irán, lo cual evitó la necesidad de la aprobación de Hamas.

Allá por 1982 (sólo tres años después de la revolución islámica), en respuesta a la alianza formada en sur de Líbano entre Israel y el Ejército del Sur de Líbano, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) concibió y estableció al grupo chií Hezbola para acosar violentamente a las fuerzas FDI y el Ejército del Sur de Líbano que estaban tratando de mantener esa alianza pacífica. Las tropas de Hezbola fueron organizadas y entrenadas por un contingente de 1,500 guardias revolucionarios que llegaron desde Irán con el permiso del gobierno sirio, el que estaba ocupando Líbano en la época. Fomentado por el CGRI, Hezbola ganó fuerza e influencia para volverse la entidad predominante en Líbano y una amenaza seria para Israel.

El año pasado, Hezbola, junto con el CGRI, formaron la Brigada de Liberación del Golán en Siria, una organización matriz de milicias chiíes que según se informa tiene muchos combatientes a su disposición que pueden ser activados sobre la frontera israelí-siria.

Treinta años después de la fundación de Hezbola, en el 2012, fue establecida la facción terrorista chií Sabireen por el CGRI en Gaza. Su nombre completo es “Harakat al-Sabireen Nasran li-Filastin,” o “El Movimiento de los Pacientes para la Liberación de Palestina.” Teherán creó la Sabireen sobre los talones de la tregua de noviembre del 2012 entre Hamas e Israel que siguió a más de una semana de combate feroz.

La semejanza entre Sabireen y Hezbola es asombrosa. Las dos entidades chiíes patrocinadas por Irán tienen logos muy similares, y el documento fundador de inicia con las mismas palabras que usa generalmente el líder de Hezbola, Hassan Nasrallah, usa al inicio de sus discursos: “La paz sea con el profeta de Ala… y sobre la casa casta y pura y sus compañeros elegidos.” Irán no ha afirmado formalmente la propiedad de Sabireen, pero está claro que el grupo es otro grupo satélite chií más en la órbita violenta de Irán.

En esto difieren de Hamas y la YIP, que son suníes. Los Comités de Resistencia Popular – la tercera fuerza armada más grande en la Franja de Gaza – son suníes también. Así parece que, si bien ellos siguen siendo básicamente orientados hacia Hezbola, la afinidad de los extremistas de Gaza hacia Hezbola e Irán se deterioró en cierta forma debido a su participación en la guerra civil en Siria.

Se estima que Sabireen comprende de 400 a unos posibles 3,000 combatientes. Según se informa recibe al menos u$s10 millones anuales de Irán, el cual también se cree le ha suministrado cohetes Fajr y Grad además de morteros y tecnologías relacionadas. El movimiento estableció una fábrica de cohetes en Gaza que fue destruida en el verano del 2014. Un video publicado en octubre del 2017 muestra la fabricación de un misil, el “Ahmed al-Sarhy,” por Sabireen.

Sabireen es liderada por Hisham Salem, quien nació cerca de Gaza y se volvió chií. Salem fue previamente una figura protagónica en la YIP, de la que otros miembros también se han unido a Sabireen. El grupo es por lo tanto un derivado fomentado por Irán y en gran medida chií de la YIP. Si bien hay discrepancias ideológicas entre la YIP (tanto como con Hamas) y Sabireen, ellos son incapaces de reprimir al movimiento debido a su fuerte conexión con Irán. Hamas y la YIP deben restringir cualquier acción enérgica contra Sabireen si van a mantener sus relaciones propias con Irán y el apoyo acompañante del CGRI. Aunque tanto Hamas como la YIP son básicamente los socios del CGRI, han habido períodos de tensión que harían muy útil para Irán cultivar un satélite directo en Gaza.

La influencia iraní en la Franja de Gaza ha sido significativa por años. Teherán según se informa cortó la financiación a la YIP en el 2015 porque éste se rehusó a apoyar la participación de Irán en Yemen, pero en el 2016, reanudó el apoyo, asignando según se informa u$s70 millones anuales a la YIP. Una mejora adicional tuvo lugar a fines de septiembre del 2018, cuando las elecciones internas de la YIP reforzaron la dominación iraní sobre el liderazgo del movimiento.

La elección trajo al pro-Iran Ziad al-Nakhla como secretario general para reemplazar a Ramadan Shalah. Nacido en la Franja de Gaza en 1953, Nakhla pasó 14 años en una prisión israelí. El vivió a partir de allí en Siria y Líbano, donde estuvo en contacto frecuente con Hezbola. Desde el punto de vista de Teherán, ese es un currículum ideal. Irán está también complacido que la elección de Nakhla como jefe dejó a su competidor Muhammad al-Hindi, una figura menos orientada hacia Irán, con el puesto menor de subsecretario-general.

Irán también ha prestado atención a su relación con Hamas. Restauró vínculos con el grupo después de las elecciones de febrero del 2017, en las que Ismail Haniyeh fue electo como jefe del politburó de Hamas y Yahya Sinwar como líder político supremo de Hamas en la Franja de Gaza y comandante de su ala militar. Ambos individuos son considerados más receptivos hacia Irán de lo que fue Khaled Mashaal, el ex líder político de Hamas.

En agosto del 2017, Sinwar destacó que “el apoyo militar iraní a Hamas y sus Brigadas al-Qassam es estratégico,” agregando que la relación se había “vuelto excelente, retornó a la era anterior, y se está desarrollando: a saber, Irán es nuevamente el sostén más grande financiera y militarmente. Esto se reflejará en la resistancia [contra Israel] y en la agenda [de Hamas] para lograr la liberación.” Las armas y tecnologias provistas por Irán a Hamas y a la YIP incluyen cohetes Fajr-3, Fajr-5, M-75, M-302, y Grad, tanto como morteros y drones.

Algunos palestinos ven a Teherán como una influencia perniciosa. En noviembre del 2017, un miembro del Consejo Legislativo Palestino, Azzam al-Ahmad (entonces jefe de la delegación de Fatah para la reconciliación palestina), en un raro ejemplo de crítica a viva voz a Irán por parte de un alto funcionario palestino, señaló a la República Islámica como la causa clave de las tensiones entre Hamas y Fatah. “Irán es el patrocinador número uno de la división… el financista número uno,” dijo él, y agregó que “parece que una de las condiciones para el retorno del apoyo iraní [a Hamas] es la continuidad de la división.”

De ahí que si bien Sabireen sigue siendo un movimiento turbio, su existencia misma es una clara señal que Irán no está preparado para tolerar la calma en los territorios palestinos, aun cuando Hamas y Fatah buscan tiempo y espacio para solidificar su frágil acuerdo de unión. Este es un fuerte indicador de los objetivos más generales de Teherán en la escena palestina. En vez de prestar atención a la abrumadora mayoría de los palestinos, quienes apoyan los esfuerzos para volver a forjar una identidad nacional unificada después de años de fractura, Irán parece intencionado en empujar a los palestinos al conflicto con Israel – o incluso entre sí.

Cuando se le preguntó hace poco si la influencia iraní en Gaza podría obstaculizar el cese del fuego con Israel, el Coordinador Especial de la O.N.U. para el Proceso de Paz de Medio Oriente, Nickolay Mladenov, respondió diplomáticamente: “Hay fuerzas allí afuera que quieren interrumpir ese acuerdo y empujarnos a todos al abismo de una confrontación.“ Coincidentemente o no, enseguida a partir de allí (durante la Conferencia de Unión Islámica en Teherán) Irán anunció que apoyará financieramente a las familias de los palestinos muertos o heridos en la frontera entre la Franja de Gaza e Israel “mientras participaban en los alborotos como asistentes a las marchas.” En respuesta, Hussein Mansour, un miembro del Comité Coordinador para la Marcha del Retorno y Romper el Sitio, dijo, “la adopción por parte de Irán de los mártires del retorno y asistentes heridos a la marcha es un paso importante en apoyar la constancia del pueblo y apoyar a la resistencia en esta y en otras formas.”

La conducta iraní en 1982, 2000, 2012, y 2018 – tanto como en muchas otras ocasiones – exhibe un modus operandi claro. Gracias a ese patrón de comportamiento, Irán ha fortalecido significativamente su posición en Gaza, posiblemente al punto que ahora es un factor crucial. La meta principal de Teherán es con toda probabilidad obstruir los esfuerzos amplios de Egipto y la O.N.U. por estabilizar el cese del fuego entre Israel y Gaza y posiblemente expandir los términos de la tregua. Sin influencia iraní, la situación en Gaza – de hecho en mucho del Medio Oriente – sería bastante más prometedora.

De una u otra forma, debe ser traído un fin a la influencia iraní en la Franja de Gaza. Si esto fuera a ocurrir, sería quizás posible establecer un cese del fuego duradero entre Israel y Gaza. Sin traer un fin a la influencia iraní no hay posibilidad de eso en lo absoluto.

El régimen iraní, su orientación, sus fuerzas, y sus retoños son muy conocidos para el General de División Aviv Kochavi, quien está pronto a convertirse en Jefe de las FDI. Kochavi se desempeñó por casi cuatro años (de noviembre del 2010 a septiembre del 2014) como Jefe del Directorio de Inteligencia Militar. Un oficial dotado, él debe poder, junto con el Shabak y el Mossad, lidiar en forma efectiva con la influencia iraní en la Franja de Gaza. En términos prácticos, esto significará eliminar – por entero y para bien – cualquier presencia iraní que exista en esa área, o de otra forma terminar su impacto. Aunque difícil, esta tarea es tanto vital como posible.

Aunque Teherán está bajo presión considerable ahora mismo, se esforzará por adherir a su modus operandi estándar y hacer todo lo que pueda por arruinar el cese del fuego entre Israel y Hamas. Jerusalén debe tomar medidas para asegurar que fracase.

El Tte. Cnel. (res.) Dr. Dany Shoham, un microbiólogo y un experto en guerra química y biológica en el Medio Oriente, es un asociado principal de investigación en el Begin-Sadat Center for Strategic Studies. El es un ex analista principal de inteligencia en las FDI y el Ministerio de Defensa israelí.