Enlace Judío México e Israel – Simcha (Kazik) Rotem, uno de los combatientes más sobresalientes y último sobreviviente del Levantamiento del Gueto de Varsovia, murió este sábado en Jerusalén a las 94 años.

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Nacido en Varsovia en 1924, Rotem se unió al movimiento juvenil Hanoar Hatzioni (juventud sionista) a la edad de 12 años. Los bombardeos de Alemania destruyeron su casa al estallar la Segunda Guerra Mundial, matando a su hermano Israel, sus abuelos, tía y tío . Simcha y su madre fueron heridos.

“Recuerdo que nuestra casa fue bombardeada un día después de Yom Kipur. Dos bombas hicieron impacto contra el edificio. Muchos inquilinos resultaron heridos o murieron. Siete miembros de mi familia fueron asesinados: mis abuelos y mi hermano Israel, que era un año y medio menor que yo. Mi madre resultó herida y yo también también sufrí heridas graves”, dijo Rotem en una entrevista con Yad Vashem.

“Cuando recobré el conocimiento, me encontré bajo los escombros del edificio. Nuestra casa estaba totalmente destruida y había señales de vida. Llegué al refugio de la casa vecina y ahí encontré a mis padres con mis hermanas. El resto de la familia había muerto”.

Cuando los judíos de Varsovia fueron deportados al gueto, Simcha fue enviado a vivir con familiares en la ciudad de Klwow, donde permaneció tres meses, hasta mediados de 1942.

“Klwów tenía un gueto sin muro y fue aquí donde vi por primera vez a un alemán matando a un judío. Lo habían atrapado fuera del gueto y aunque no había ningún muro, estaba prohibido salir de los límites del gueto. El jefe del Judenrat rogó por la vida del judío, pero fue en vano. Le dispararon y lo mataron, Luego partieron a caballo. Esa fue la primera vez que fui testigo de un asesinato”, dijo Rotem a Yad Vashem.

En 1943, volvió al Gueto de Varsovia y se unió a la Organización Judía de Combate, dirigida por el legendario Mordejai Anielewicz.

“Sabíamos que algo estaba a punto de ocurrir. Pero a decir la verdad, incluso entonces, es decir, en la etapa final antes de la liquidación del gueto, no creíamos que esto pudiera suceder en el siglo 20, en el corazón de Europa”, expresó.

El levantamiento comenzó el 19 de abril de 1943, y Rotem actuó como enlace entre los refugios del gueto y el lado ario de la ciudad.

“Justo al principio, cuando vi que la masa de fuerzas alemanas ingresaba en el gueto, me sentí impotente ¿Cómo con nuestro miserable suministro de armas de fuego podíamos detener a cientos de fuerzas de infantería con ametralladoras tanques”, dijo.

Pero el estado de ánimo cambió rápidamente y surgió una “extraordinaria euforia”, dijo. “¡Este era el momento que habíamos esperado! De la sensación de impotencia pasamos a la euforia por el hecho de que podríamos enfrentar a los alemanes todopoderosos, pese al terrible temor que nos paralizaba por completo”, añadió.

Al principio, los alemanes se retiraron, luego de sufrir varias bajas. “Pensamos que seguirían entrando al gueto y nos enfrentaríamos a ellos cara a cara. Mataríamos a tantos como pudiéramos, y sabíamos que nuestro final estaba definido. Pero se retiraron y destruyeron el gueto desde el exterior. No teníamos los medios contra ello. En tres o cuatro días, el gueto estaba en llamas “, relató.

Rotem luchó bajo el mando de Marek Edelman. En mayo, logró huir del gueto y se unió a Antek Zuckerman, agente de Anielewicz, a fin de obtener ayuda externa para continuar la revuelta.

El 8 de mayo, el búnker de comando Mila 18 fue atacado. Anielewicz, el líder de la revuelta, continuó luchando allí al igual que los demás. Él y muchos de ellos se suicidaron para evitar rendirse.

Rotem dirigió el esfuerzo para rescatar a los combatientes del gueto en llamas: entre ellos se encontraba Edelman y Tzvia Lubetkin, ambos líderes de la revuelta.

Después de la guerra, se unió a la rebelión polaca en Varsovia, formó parte del grupo Nakam, que se dedicó vengarse contra los nazis y colaboró en el movimiento Beriha de refugiados sobrevivientes del Holocausto que buscaban emigrar a Israel antes del establecimiento del estado. En 1946, hizo aliá y luchó con la Haganá en la Guerra de la Independencia.

En 2013, Rotem participó en la ceremonia del 70 aniversario del Levantamiento de Gueto que tuvo lugar en Varsovia, donde recibió una insignia de honor del presidente polaco.

“Durante el Holocausto, conocí a personas dignas del adjetivo seres humanos, incluso entre los polacos. Pero también hubo personas que, sin un interés claro que no fuera la mala intención, sentenciaron a un judío a muerte con una palabra. No puedo y no deseo entenderlos. Así como no deseo entender a quienes participaron en los pogroms en Polonia después de la guerra”, dijo.

Le sobreviven sus hijos y nietos. Su funeral se llevará a cabo el lunes por la tarde en el Kibutz Harel.

Fuente: Haaretz / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico