Enlace Judío México e Israel.- El presidente Andrés Manuel López Obrador inició a finales de diciembre una inusitada guerra contra el robo de combustible a la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), con una gran movilización de miles de efectivos del ejército para vigilar sus instalaciones. La medida incluyó también el cierre de los principales ductos que trasladan los combustibles de refinerías y terminales de almacenamiento para evitar la “ordeña” ilegal de la tubería.

JUAN ALBERTO CEDILLO EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Al combustible robado en el país se le conoce como “Huachicol” y quien ejerce el saqueo ilegal se le denominó “Huachicolero”.

El robo a gran escala de combustibles a Pemex tiene un inédito antecedente durante la Segunda Guerra Mundial, cuando agentes del Tercer Reich enviados a México saquearon y se llevaron de contrabando miles de barriles para que sus submarinos pudieran operar en el Golfo de México sin tener que regresar a Europa para rellenar sus tanques.

En mayo de 1940 el Presidente Lázaro Cárdenas recibió un reporte de la Secretaría de Gobernación elaborado por Heriberto Conrado Meili, titulado “Los Nazis en México”.

El documento destacaba el espionaje del Tercer Reich sobre la industria nacional. “Salvo nuevos indicios, creemos que la industria petrolera es por ahora la única que ha merecido interés especial por parte del nazismo, escribió Conrado Meili”.

“En Petróleos Mexicanos, tanto en la Administración como en las refinerías como en los campos mismos, se encuentra ocupado un gran número de empleados y técnicos nazis”, agrega el informe.

Cuando el Presidente Lázaro Cárdenas nacionalizó la industria petrolera en 1938, Holanda, Inglaterra y Estados Unidos decretaron un boicot para no comprar el petróleo Mexicano y convencieron a otros países para que se les sumaran.

La Alemania de Hitler, junto con la Italia de Benito Mussolini, fueron las únicas naciones que rechazaron el boicot contra el crudo mexicano. Tras la nacionalización del petróleo, México le llegó a vender alrededor del 70 por ciento de sus exportaciones a los países del Eje.

No obstante, durante los últimos meses del gobierno de Cárdenas comenzó a recortar las ventas a Hitler.

A partir de ese momento los agentes alemanes organizaron una intrincada red para que el petróleo continuara llegando de contrabando a las refinerías de Hamburgo a través de Panamá.

Paralelamente los oficiales del ejército nazi que operaban como espías en el Distrito Federal organizaron un sistemático saqueo a la refinería de Pemex localizada en Cerro Azul, Veracruz.

Los alemanes instalaron tomas clandestinas y ductos que enterraron para llevar combustibles a la costa. De ahí lo trasladaban a unos almacenes que construyeron en Isla de Lobos, así como en otras pequeñas islas, para que los submarinos alemanes se surtieran de diésel y no tuvieran que regresar a Europa.

El arquitecto de esa operación fue William Rhodes Davis, petrolero estadounidense que murió “oficialmente” de un súbito ataque cardiáco en agosto de 1941, pero la Inteligencia Británica se atribuye su muerte para frenar el saqueo de combustibles en Cerro Azul.

Años después de terminar el conflicto en Europa las tomas clandestinas fueron descubiertas. Parte de esas válvulas y ductos se utilizaron para crear una “escultura” que ahora se encuentra en la zona de lo que fue la refinería.

 

 

 

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