Enlace Judío México e Israel.- La demanda pública de Moscú de que Israel detenga sus ataques en Siria coloca la campaña aérea de larga data de Israel en una coyuntura crucial a pesar de la determinación declarada del PM Benjamín Netanyahu de sostenerla por tanto tiempo como sea necesario.

GEN. DE DIVISIÓN (RES.) GERSHON HACOHEN

Tres objetivos primarios son la razón de la campaña aérea de largo tiempo de Israel en Siria, nombrada la “Campaña entre Guerras”: 1) prevenir el aumento de un frente terrorista en los Altos del Golán; 2) prevenir el atrincheramiento militar de Teherán en Siria; e 3) impedir la adquisición de misiles/cohetes de largo alcance por parte de Hezbolá y otras milicias apuntaladas por Irán. En un panfleto doctrinario del 2015 titulado “La Estrategia de las FDI,” el entonces Jefe del Ejército, Gadi Eizenkot, definió la Campaña entre Guerras como diseñada para “debilitar los factores negativos y lograr disuasión a fin de mantener lejos la próxima guerra.”

En el presente hay amplio consenso en Israel respecto a la vitalidad esencial de los tres objetivos de arriba. Pero las circunstancias estratégicas cambiantes en Siria han dado surgimiento a preocupaciones que no sólo hacen que la continuación de la campaña en su forma presente no prevenga el peligro de guerra, sino que de hecho aumenta su probabilidad debido a la posibilidad de una escalada descontrolada.

Los enfrentamientos junto a la frontera sirio-israelí en los tres años precedentes a la guerra de junio de 1967 pueden ayudar a colocar la confrontación actual en un contexto histórico más amplio. Desde 1964, las FDI habían estado conduciendo una “Campaña entre Guerras” dirigida similarmente a lograr tres objetivos principales: 1) frustrar el desvío de los estuarios del Río Jordán; 2) afirmar la soberanía de Israel en la zona desmilitarizada junto a la frontera; y 3) combatir los ataques originados en Siria por parte del naciente grupo terrorista Fatah. El Personal General de las FDI, dirigido en la época por el Teniente General Yitzhak Rabin, buscó maximizar el potencial operativo y estratégico de estos enfrentamientos mientras estaba muy consciente de la posibilidad de su posible escalada al punto de guerra. Rabin en particular creía que la derrota de Siria en una guerra general también resolvería el problema del terrorismo de Fatah.

El 7 de abril de 1967, disparos sirios contra granjeros israelíes que estaban labrando tierras en la zona desmilitarizada se expandieron en un enfrentamiento generalizado, con el primer ministro y ministro de defensa israelí Levi Eshkol aprobando el uso de ataques aéreos para neutralizar a la artillería siria. En la batalla aérea que siguió, la Fuerza Aérea de Israel derribó seis aviones de combate sirios.

Este incidente fue sin dudas un hito crucial en el camino a la guerra de 1967. De haber sido diseñada la “Campaña entre Guerras” para anular el peligro de guerra, entonces los enfrentamientos del 7 de abril – aun con todos sus logros tácticos – constituyeron un fracaso sistémico (aunque el deterioro a guerra no fue de ninguna manera una conclusión inevitable). Desde un punto de ventaja diferente, sin embargo, la “Campaña entre Guerras” podría haber servido al objetivo opuesto: de mejorar las condiciones en caso de un estallido de guerra.

La misma lógica puede aplicarse a la campaña israelí actual en Siria. Aunque es necesario tenerlo definido en términos pronunciados en forma precisa y clara, manifestado en el dominio público por los tres objetivos estratégicos declarados más arriba, es igualmente crucial que el liderazgo israelí se dé cuenta que en las circunstancias cambiantes, debe estar preparado para la guerra con una visión de cambiar fundamentalmente la situación de seguridad sobre la frontera norte de Israel a su favor.

 

 

*El General de División (res.) Gershon Hacohen es investigador en el Begin-Sadat Center for Strategic Studies. Se desempeñó en las FDI por 42 años. Comandó tropas en batallas con Egipto y Siria. Anteriormente fue un comandante de cuerpo y comandante de los Colegios Militares de las FDI.

 

 

Fuente: The Begin-Sadat Center for Strategic Studies
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.