Enlace Judío México e Israel.- No falta poco para Purim, y especialmente este año, 5779, que tenemos dos meses de Adar, y Purim se celebra en el segundo. En el calendario común Purim cae el 20 y 21 de Marzo.

RABBI YOSEF BITTON

Pero aunque no falta poco para Purim quisiera comenzar a escribir sobre ello. Más específicamente sobre el libro de Ester (Meguilat Ester). En lo personal, tengo fascinación por este texto, ya que tiene algunos elementos únicos. En primer lugar, no fue escrito como virtualmente todos los demás libros del Tanaj, en la tierra de Israel, sino como dice explícitamente el texto, fue compuesto en Shushán por Mordejai (ver Rashí arriba), y enviado por Ester a los Sabios para su aprobación canónica.

Este libro no era un documento privado, sino que fue enviado a las comunidades judías de todas las provincias del imperio Persa. Por lo tanto, el libro iba a ser leído también por no judíos. Incluyendo enemigos de Israel y funcionarios del gobierno persa. Y por ese motivo debemos asumir que el texto fue redactado teniendo en cuenta las sensibilidades del emperador persa.

Si tenemos en cuenta este simple punto creo que podremos comprender mejor algunos aspectos únicos de este libro.

Dos ejemplos:

1. El tratamiento preferencial del Rey Ajashverosh. Superficialmente, el protagonista principal de la historia de Purim, parece ser el Rey Ajashverosh. El libro comienza y termina con él y sus gloriosos actos. Su nombre, Ajashverosh, o más comúnmente “el Rey”, es el que más aparece en la Meguilá. El texto trata al rey con máximo respeto y honor. Y nunca se critican sus acciones, su carácter, sus decisiones etc. algo muy poco común en la Biblia, que siempre menciona las faltas de sus héroes, para enseñarnos a no cometer los mismos errores. A Ajashverosh no le faltaban defectos. Era de carácter débil. No podía tomar una decisión por sí mismo. Cometió grotescos errores políticos. Era ostentoso e insaciable. Adicto al alcohol, a las mujeres y a las fiestas. Pero en el texto no hay críticas explícitas hacia el rey. El monarca salé muy bien parado de todos los enredos que él mismo provocó. El rey es presentado casi como un héroe, que una vez se dejó llevar por el mal consejo de Hamán, pero que a último momento tuvo la sabiduría de cambiar las cosas y hacer justicia. Todo este esfuerzo diplomático se comprende mejor si asumimos que el autor de Meguilat Ester escribió bajo la atenta mirada del emperador y sus oficiales.

2. El próximo elemento que hace de Meguilat Ester un libro diferente a todos los demás libros de la biblia hebrea (Tanaj) es que en sus líneas no aparece el nombre de Dios. ¿Cómo es posible que la milagrosa salvación del pueblo judío no haya sido atribuida explícitamente, como siempre lo es, a la intervención Divina? Identificar a Dios detrás de la historia, especialmente un milagroso evento donde todo el pueblo judío fue salvado del exterminio, ¡es la esencia de la Torá! Algo más: si observamos el texto un poco más de cerca, veremos que no solo está ausente el nombre Divino. En realidad no se menciona de manera explícita ningún milagro, ningún acto, ni ritual religioso, ni judío ni persa. Un ejemplo, cuando Ester está por arriesgar su vida y ruega a todos los judíos de Shushán que se reúnan por ella, les pide que “ayunen”, y la palabra más esperable: “rezar”, ¡brilla por su ausencia! Es como si el libro de Ester hubiese sido escrito en un plano “secular”, más que judío, que evita cruzar los límites de lo que se llama hoy “la separación entre religión y estado…”

Todos estos misterios creo que se resuelven cuando asumimos que el libro de Ester fue escrito teniendo en cuenta la sensibilidad, o la censura, del Imperio y que por esa razón, los aspectos religiosos (es decir, “nacionales judíos”) no podían ser mencionados explícitamente.

Recién una vez que entendemos estos puntos podemos pasar al próximo nivel.

3. El libro de Ester tiene dos narrativas, una persa y otra judía. La versión persa es “la historia oficial”. La que se lee superficialmente. La versión judía es la que el autor realmente quiere trasmitir. Es subliminal. Hay que leer entre las líneas. El texto está repleto de alusiones a otros acontecimientos bíblicos, fácilmente reconocibles por el lector que medianamente conoce la Torá. Y al identificar estos puntos de contacto, las palabras se abren como cuando se hace click a un hyperlink, la historia persa secular se convierte en un texto bíblico sagrado. Este segundo texto nos muestra entre otras cosas, el sacrifico de Ester y el coraje de Mordejai. Nos revela la vanidad y el materialismo de Ajashverosh, para que aprendamos a alejarnos de esos vicios. Y por sobre todo, nos ayuda a descubrir la providencial Intervención Divina, tema principal de este, y cualquier otro libro judío.

 

 

Fuente:halaja.org