Enlace Judío México e Israel.- Cada vez más, los judíos de México, tenemos familiares que se han ido a vivir fuera de la ciudad. O en otros casos, nosotros nos hemos venido a vivir a la CDMX y tenemos familia en alguna otra ciudad.
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Sin importar cuál sea el caso, siempre nos encontramos en la situación de recibir a un pariente de fuera. Y no me dejarán mentir cuando les digo que muchas veces esto llega a significar que prácticamente tenemos que parar nuestra vida y pasearlos todo el tiempo que estén aquí. Debemos apartarnos absolutamente todas las comidas, desayunos y cenas de su estancia, para llevarlos a sus lugares defeños favoritos y mostrarles los nuevos que han abierto. Pero definitivamente debemos lograr que nuestro trabajo y vida cotidiana pasen a segundo plano estos días… porque ¡Vino ___________ a México!
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Ahora, definitivamente tiene mucho que ver el tipo de interacción que vamos a tener con la ciudad de origen de nuestros parientes, por ejemplo: si vienen de Monterrey o Guadalajara, pues ¿que creen? Llegaron a la gran ciudad. Y están más que listos para ir a todos los lugares nuevos de moda de los que les hablaron sus amigas “cool” de provincia. Van a aprovechar hasta el último segundo para ir al antro de moda, comer en un restaurante nuevo con mucha onda, conocer la colonia del momento (como la Juaréz y la Cuauhtémoc) y, por supuesto, instagramear (#mtyisindahouse) absolutamente cada paso de su visita a la CDMX.
Se la van a pasar quejándose de que los chilangos somos unos mamones, pero bien que se la pasan ligando por doquier para ver si amarran a un chilangüito y cumplen su sueño de vivir en una de las ciudades más grandes del mundo. ¿A poco no?
Pero ahora si vienen de San Diego o Miami, es muy diferente. Más que lugares nuevos van a querer ir a los lugares de antaño y nostalgia para ellos, tipo Kleins o “La Muertita”… porque para lugares nuevos no saben lo que abrieron en su ciudad: un nuevo restaurante orgánico, vegano, free range que está para chuparse los dedos. Por lo general se la pasan presumiendo lo segura y limpia que es su ciudad a comparación de la CDMX; pero se les olvida mencionar lo aburrido que se vuelve SD después de las 8:00 p.m. que cierra absolutamente todo.
Los que viven en algún otro lugar de Estados Unidos o Canadá con pocos latinos. Estos familiares se enferman de la panza tan solo pisan el Aeropuerto Benito Juárez; pues están muy desacostumbrados a la sazón de nuestra garnacha. A ellos no les cuesta trabajo mencionar que extrañan la calidez de casa y la familia; pero no entienden cómo podemos vivir con tanto smog.
Los que vienen de Israel, además de jetlageados, vienen vestidos como si acabaran de pasar los últimos 5 años en un campamento de beduinos o en su defecto de ajshará. Siempre están platicando de lo increíble que está la haretz y los grandes proyectos que están desarrollando en la tierra santa y nosotros nos sentimos muy orgullosos de ellos; pero no tanto de su nuevo fashion.
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