Enlace Judío México e Israel – Ante una audiencia de alrededor de 150 personas, Silvia Cherem, José Gordon, David Attie y Daniel Fainstein celebraron “Una historia de amor, oscuridad y luces, una velada en homenaje a Amos Oz”, tributo póstumo al escritor israelí en las instalaciones de la Universidad Hebraica, el pasado 7 de febrero.

 

 

“Es una lástima que se fue, al parecer la posición de los intelectuales está bajando en el mundo (…) poder desarrollar tu mente y pensar más profundamente sobre el mundo como se hace en la Universidad Hebraica, comprender, actuar y trascender” dijo el doctor Yehuda Bar Shalom, Rector de la Universidad.

La agregada de cultura y prensa de Israel, Tal Naim Cohen narró que tuvo la fortuna de convivir durante sus estudios de maestría con Oz, quien fue su maestro. Oz les mostró Otelo de William Shakespeare a ella y sus compañeros pero al parecer muchos de ellos no tenían tanto interés de analizar a Shakespeare como de saber más sobre el propio Oz. Uno de ellos preguntó: “¿De dónde obtiene la inspiración para escribir más de 30 libros?”, él dijo: “Yo soy como un vendedor en una tienda, voy todos los días a la tienda en espera de los clientes, en caso de no tener ninguno, regreso a casa y vuelvo a intentar vender al otro día.”

Por su parte, Daniel Fainstein dijo que “Oz dejó una obra muy grande, fue novelista, escritor, profesor universitario, destacado intelectual, comprometido con los problemas de su tiempo y también un destacado activista social, que se ensució los zapatos marchando por la causas en las que creía.”

Refirió que el fallecido autor “defendió el sionismo y al estado de Israel con pasión e inteligencia, y al mismo tiempo fue un luchador por el reconocimiento y la paz con los palestinos. Por esta combinación se convirtió en un voz critica y un referente moral muy respetado por amplios sectores del público israelí y el ámbito internacional.”

 

Quién fue Amos Oz

En una vida de novela cambió su apellido paterno Klausner tras dejar a su familia de emigrantes judíos de Europa del este, para ingresar a un kibutz a los 15 años; de hecho, el retrato de la vida de los Kibutzim, que marcaron los primeros años de la vida de Israel, fue el eje central de su obra de joven, que evolucionó en la descripción de personajes y paisajes con los que hoy se identifica la sociedad israelí.

Fue protagonista en las dos grandes guerras del país, la Guerra de los Seis Días y la de Yom Kipur, en las que fue movilizado al frente. Allí decidió luchar en favor de la solución de estado israelí junto a un estado palestino.

Sus ideas lo llevaron a fundar en 1978 el movimiento pacifista Shalom Achshav (“Paz Ahora”), y a publicar cientos de ensayos y artículos. Su voz se alzó también contra las guerras en Líbano y Gaza.

Entendía el hebreo como un instrumento musical con el que se narra la vida. Cuando le preguntaron cuándo llegaría el Nobel, Oz respondió con la humildad de un profesor que enseñó cerca de dos décadas en la Universidad Ben-Gurión: “Creo que yo ya he tenido mi cuota de premios literarios, más de lo que me merezco; prometo, en caso de no recibir el Nobel, que no voy a morir insatisfecho”, al parecer murió muy satisfecho. Amos Oz dejó un legado inmenso”, concluyó Naim.

“La continuidad judía ha girado siempre alrededor de palabras pronunciadas y escritas, de un laberinto de interpretaciones, debates y desacuerdos en constante expansión, así como de un singular marco de relaciones humanas.” Así comienza el libro Los judíos y las palabras que escribió junto a su hija Fania. En palabras del doctor Daniel Fainstein, “Israel trascendió más que Babilonia y Egipto gracias a su memoria colectiva y sus tradiciones literarias y el trabajo con los libros. Por eso en el judaísmo los sabios, escritores, rabinos, son la base del tesoro de la recreación y continuidad judía, y por eso el homenaje a una de estas expresiones del siglo XX, Amos Oz. Esta tradición milenaria de producir textos, debatir textos, interpretar textos, y esto caracteriza al pueblo judío, el pueblo judío se especializa en el software y no en el hardware. Esto último lo entendió Oz, por eso se le dio un espacio de reconocimiento a esta figura tan destacada. Pintando su aldea pintó el universo, describiendo su vida ilustró el destino histórico de múltiples generaciones.”

 

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