Irving Gatell para Enlace Judío México e Israel – Jehan Sadat, viuda del fallecido presidente egipcio Anwar Sadar, será distinguida con una de las más interesantes y significativas medallas que otorga el Congreso de los Estados Unidos.

Una comitiva de EE.UU. acudió a Egipto para invitar personalmente al presidente actual Abdel Fatah Al Sisi, liderada por el rabino Elie Abadi, originario de Líbano y actualmente radicado en Nueva York.

Hace tres años, un grupo de veinticinco judíos integró la comisión encargada de seleccionar al ganador de la Medalla Anwar El-Sadat, una distinción que –por supuesto– tuvo que pasar por un proceso legislativo para que de ser sólo una iniciativa, se volvió una realidad.

Primero se tuvo que conseguir el apoyo firmado de 69 senadores para la iniciativa, y una vez superado este requisito, hubo que conseguir también el apoyo firmado de 291 integrantes de la Cámara de Representantes. El proceso duró tres años, y finalmente la iniciativa fue sometida a votación en las cámaras. Se requería una mayoría absoluta (mitad más uno) para su aprobación, pero el apoyo recibido fue abrumadoramente mayoritario y unánime. El proceso concluyó cuando en Diciembre pasado el Presidente Donald Trump firmó el decreto por medio del cual se creó la Medalla Anwar El-Sadat.

Por decisión del Comité encargado de seleccionar a quien recibirá la medalla, para esta primera entrega se eligió a Jehan Sadat, y para invitar al presidente egipcio, varios integrantes de la comisión viajaron a El Cairo, y tuvieron una emotiva entrevista con él.

El grupo estuvo liderado por el rabino Elie Abadi, originario de Líbano y actualmente radicado en Nueva York, quien en un perfecto árabe le explicó al Presidente Al-Sisi acerca de la distinción y su invitación al evento.

La distinción lleva el nombre del trágicamente fallecido ex-presidente egipcio Anwar El-Sadat, por la determinación con la que superó todo tipo de adversidades para firmar la paz con Israel.

Sadat fue el sucesor de Gamal Abdel Nasser, líder panarabista egipcio que tomó la iniciativa para organizar un ataque árabe masivo a Israel en 1967, proyecto que fracasó debido al ataque defensivo y sorpresivo que Israel lanzó el 5 de Junio de ese año, dando inicio así a la famosa Guerra de los Seis Días.

Luego vino la crisis llamada Septiembre Negro (1970), en la que cerca de 50 mil palestinos fueron asesinados por las tropas jordanas después de que el Rey Hussein se enterara del proyecto de Arafat para dar un golpe de estado. Nasser convocó a una reunión urgente de la Liga Árabe en El Cairo para tratar de solucionar el conflicto, pero la presión fue tal que murió de una crisis cardíaca masiva después de haber tenido una ríspida junta con Arafat y Hussein en su propia oficina, y que estuvo a punto de llegar –literalmente– a los balazos.

Sadat, mano derecha de Nasser, fue el designado para sucederle en el poder. En un principio mantuvo la misma política anti-israelí que su predecesor, y en 1973 fue quien organizó el ataque sorpresivo que devino en la llamada Guerra de Yom Kippur, misma en la que Israel volvió a imponerse a los ejércitos árabes. El hermano de Sadat murió en combate.

Después de dos años de distensión entre Egipto e Israel, en 1975 Sadat firmó un primer acuerdo de no beligerancia con Itzjak Rabin, por entonces Primer Ministro Israelí. Luego vino un verdadero coqueteo político que culminó en 1977 con la primera invitación oficial hecha por el Estado de Israel (ya bajo el mando de Menajem Beguin) a un líder árabe, y Sadat correspondió con una histórica visita oficial el 19 de Noviembre de ese mismo año. Al día siguiente, el presidente egipcio dirigió un discurso en la Knesset (Parlamento Israelí), y durante su visita de tres días tuvo varias entrevistas con Beguin y se dio tiempo para rezar en la Mezquita de Al-Aqsa (Jerusalén).

Por supuesto, Sadat enfrentó una férrea oposición en el bloque más radical de la Liga Árabe, integrado en ese entonces por Siria, Libia, Irak y Argelia. Sin embargo, el impulso de esa visita de Sadat a Jerusalén fue tal, que poco a poco se consolidó el panorama para que el presidente estadounidense Jimmy Carter invitara a los dos mandatarios a una cumbre en Camp David, misma que se realizó los primeros días de Septiembre de 1978. El día 17 de ese mes se firmaron los llamados Acuerdos de Camp David, y el día 27 estos fueron validados por la Knesset, con lo que se procedió a la elaboración bilateral de un Acuerdo de Paz, mismo que fue aprobado por el gobierno israelí el 22 de Marzo de 1979, y cuatro días después se hizo la solemne ceremonia de firma del Tratado de Paz entre Israel y Egipto, en el césped norte de la Casa Blanca en Washington.

Las consecuencias de este tratado fueron múltiples. Por supuesto, con ello se normalizaron las relaciones entre Egipto e Israel, y pese a la advertencia de Arafat de que esa paz no duraría, hasta la fecha los vínculos diplomáticos entre ambos países siguen siendo sólidos, y la colaboración en diversas materias –desde lo comercial hasta la seguridad– funciona a la perfección.

Pero también hubo un reconocimiento internacional y Sadat y Beguin fueron distinguidos con el Premio Nobel de la Paz en 1978. En el otro extremo, Sadat se granjeó la enemistad de los amplios sectores recalcitrantes de la política árabe, y especialmente de los palestinos. Varios países árabes rompieron relaciones diplomáticas con Egipto, y esa situación sólo se resolvió hasta 1989.

El 6 de Octubre de 1981 y durante un desfile militar, Anwar El-Sadat fue asesinado por un comando terrorista palestino, como venganza por haber firmado la paz con Israel.

Por todos esos antecedentes, la figura de Sadat ha sido justamente reconocida con la creación de esta medalla, pensando en su férrea voluntad para construir la paz con un país al que originalmente veía como un enemigo.

Con ello en mente, la medalla se otorgará a todos aquellos que hagan notables esfuerzos en esta misma área de activismo político.

Abdelfatah Al-Sisi ha recibido ya la invitación oficial para visitar el Congreso de los Estados Unidos, y la fecha se anunciará tan pronto esté listo el acuerdo con el gobierno egipcio.