Enlace Judío México e Israel.- Los últimos años y meses están siendo especialmente virulentos por el contagio, casi masivo, de odio contra los judíos en buena parte de Europa. El tiempo no lo cura todo y menos cuando se trata del viejo brote infeccioso del antisemitismo. El antisemitismo, por mucho que se disfrace, está profundamente arraigado en la conciencia de una parte de Europa que no acaba de enterrar los fantasmas del diabólico nazismo ¿Estamos los judíos y sus amigos en peligro en esta Europa intercultural y progresista? Pregunto solo pregunto.

JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ

Todos los parámetros que analicemos de la situación del antisemitismo a nivel internacional, y específicamente en Europa, nos dicen que el odio a los judíos es mucho más evidente en este momento histórico en el que vivimos. La pretensión de ocultar lo que está pasando en Francia, por citar un ejemplo reciente, choca con la realidad. Los gobiernos europeos en general, y sus colaboradores necesarios de los medios de comunicación, quieren tapar a la manida opinión pública la epidemia infecciosa que estamos padeciendo en todo el continente europeo.

El presidente de la República Francesa Emmanuel Macron, en un alarde de corrección política, sale a manifestarse públicamente contra de lo que algunos medios definen como ola antisemita. Una limitada expresión, ola antisemita, que pareciera dar a entender que es un hecho circunstancial. En todo caso, la ola antisemita está totalmente contaminada con los residuos tóxicos del más grosero y peligroso antijudaísmo ¿Estamos expuestos a sufrir una persecución al más puro estilo nazi en la progresista Europa? Pregunto solo pregunto.

La cruel profanación de unas ochenta tumbas en un cementerio judío cerca de Estrasburgo (Francia) ha puesto a la luz de la evidencia el brote infeccioso de antisemitismo que sufre el territorio Galo. Las cruces gamadas, pintadas sobre las sepulturas, son un recordatorio gráfico de algo que muchos creían superado. El odio a los judíos no ha desaparecido de Europa y a los hechos nos remitimos.

La Europa que algunos definen como Euroarabia, por muy exagerado que suene, está contagiando al orbe internacional de antisemitismo por sus mal llamadas políticas progresistas. El progreso no tiene que ver nada con la mentalidad progresista. El apoyo financiero que Europa regala a fondo perdido a variopintas entidades, asociaciones con tapadera de humanitarias, grupos religiosos islamistas y a los sempiternos medios de comunicación progresistas está extendiendo esta pandemia de odio ¿Qué va a pasar cuándo las cruces gamadas pintadas en las lápidas de los cementerios o en los carteles de Simone Veil, por citar un solo ejemplo, sean cambiadas por una estrella amarilla en el brazo de los judíos europeos? Pregunto solo pregunto.

El apoyo económico que Europa presta a la Autoridad Palestina sirve entre otras cosas, además de promover el antisemitismo, para que los asesinos de judíos reciban una pensión vitalicia ¿Quién está incentivando el odio antisemita pagando para que se asesine a judíos? ¿La Autoridad Palestina o los gobiernos europeos? La pregunta solo tiene una respuesta que no gusta ni a los gobiernos europeos, ni a la Autoridad Palestina pues ambas entidades están manteniendo, sustentando, promoviendo y contagiando a millones de personas con el mayor brote infeccioso antisemita que se extiende desde de la moderna Europa progresista.

La educación europea en las aulas de los colegios, institutos, iglesias, mezquitas, asociaciones de todo tipo y universidades, por citar algunos ejemplos, están señalando a los judíos como los causantes de todos los males mientras los gobiernos siguen amparando esas políticas destructivas ¿Cómo es posible que una mayoría de jóvenes europeos no sepan lo que fue el Holocausto? Un oscuro futuro se cierne sobre esta Europa, que por muy avanzada que se crea no ha sabido encontrar la cura para limpiarse de todo atisbo de antisemitismo. Unos virus antisemitas que cada vez se hacen más resistentes a la vacuna de la libertad ¡Avisados estamos!

 

 

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