Enlace Judío México e Israel – La Corte de Magistrados de Jerusalén extendió este domingo la prisión preventiva hasta el próximo día jueves del palestino de 29 años Arafat Irfaiya, presunto homicida de la joven israelí Ori Ansbacher.

Al mismo tiempo, la Oficina del Fiscal del Distrito de Jerusalén anunció su intención de acusar formalmente a Irfaiya por homicidio, informó el sitio Arutz Sheva.

La Policía de Israel ha asegurado que desde el momento en que se llevó a cabo el descubrimiento del cuerpo de Israel, en el área de Ein Yael en las afueras de Jerusalén, se han llevado a cabo múltiples investigaciones para recopilar evidencia alrededor del sospechoso tanto en el crimen cometido ahí como en otros en los que se haya visto involucrado.

Según un reporte del noticiero del Canal 12 israelí publicado este fin de semana, Irfaiya no habría planeado mucho de antemano antes de cometer el crimen, más que traer una kipá en sus pertenencias.

“Compré la kipa dos semanas antes [del ataque], para poder entrar a Israel sin que ellos sospecharan de mí y para que no supieran que estaba en Israel ilegalmente”, habría dicho Irfaiya  en sus declaraciones a los investigadores según el reporte. También habría trabajado solo y no informó a nadie de las intenciones durante las semanas previas al ataque.

“Salí de mi casa para asesinar a un judío, debido a la ocupación y las actitudes hacia los árabes en los puestos de control de Jerusalén”, habría dicho.

Irfaiya dejó Hebrón escondiendo un cuchillo en su ropa y cruzó el bosque cerca de Ein Yael. La primera persona que se encontró fue Ori Ansbacher, una chica del Servicio Nacional de Teko’a, que estaba sentada en una roca y escribiendo en un cuaderno.

“Vi a una chica y le dije en árabe: ‘Hola, soy árabe’. Vi que ella no me entendía. Me dije a mí mismo: “Voy a hacerme de ella, lo quiera o no”, habría confesado a los investigadores.

En ese momento, de acuerdo a la investigación, sacó un cuchillo, apuñaló tres veces a Ansbacher y la arrastró con sus manos a 150 metros de distancia. La joven intentó pelear e incluso gritó, pero aparte de ellos dos, no había nadie alrededor. Él la apuñaló unas cuantas veces, la amordazó con la bufanda que llevaba puesta, y después de atarle las manos con un cinturón, la violó y escapó de la escena, pero no antes de que tomara su teléfono móvil, sacara la tarjeta SIM y la arrojara bajo una roca.

Irfaiya regresó a la ciudad de Belén en un taxi que lo llevó a la zona de Ramallah Al-Bireh. No se planeó nada sobre su ruta de escape: después de que escondió el cuchillo, que más tarde fue encontrado entre bolsas de cemento cerca de la mezquita donde estaba escondido, fue encontrado por oficiales israelíes del cuerpo de contraterrorismo el pasado 8 de febrero, fecha desde la que permenanece detenido.

Fuente: Arutz Sheva / Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío