Enlace Judío – Hoy se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Sí, conmemorar y no festejar, recordar y no celebrar, continuar una lucha que empezó en 1857 o seguramente mucho antes; cuando una dijo: “No más”. Pero de nada sirve hoy, si no cambiamos mañana.

REGINA AMBE COHEN

Honestamente nunca le di mucha importancia. La desigualdad de género me parecía el problema de otros. Sospecho que fueron mis padres quienes, desde sus formas, consejos y acciones, me aseguraron que el mundo estaba hecho para mí. La idea de no poder hacer algo “por ser mujer” (u hombre) siempre fue enteramente ajena a mi casa. Gracias.

Pero la historia no empieza ni termina tras la puerta de mi casa. El mundo escolar, comunitario, universitario, y ahora laboral, me han hecho toparme de pronto y de frente con la discriminación y la brecha de desigualdad que aún existe entre hombres y mujeres.

Gente, debemos sumarnos a la lucha.

El Día Internacional de la Mujer no es un día de fiesta, no hay a quién felicitar. Hoy es el día de mandar a volar a la mujer ejemplar, porque no la hay. Ni damas, ni pureza, ni delicadeza; hay mujeres y nada más. Mujeres que salen a las calles y gritan que nos dejen de matar, que ya basta, que estamos hartas, que ni una más.

¡Y hace falta más que gritar!

Hoy te invito a ti, mujer u hombre, a cuidar las palabras, las miradas y las acciones aparentemente insignificantes. Te invito a aprender, a escuchar, a unirte a nuestro grito.

Hoy te suplico: súmate a la lucha diaria de tantas, de todas y de todos.

Dedicado a María, mi de pronto, y a Lety, mi de frente.

 


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