Enlace Judío México e Israel.- El Estado de Israel está en una encrucijada fatídica. La necesidad interminable de salvaguardar la existencia del Estado asegura que sus líderes enfrentarán decisiones complejas y dolorosas. Pero hay otras consideraciones, no menos cruciales, que deben ser calculadas dentro de la ecuación de toma de decisiones, notablemente los sentimientos y aspiraciones poderosos nacionales, históricos, culturales, y religiosos.

GEN. DE DIV. (RES.) GERSHON HACOHEN

David Ben-Gurión fue el único primer ministro israelí en tener cuidado de explicar que el Estado de Israel tiene un propósito más alto que proporcionar un refugio seguro a los judíos perseguidos. Durante la primera década del estado, él hizo hincapié repetidamente en que:
“La seguridad no es más que una condición para nuestra existencia y nuestra independencia. El estado de Israel tiene una misión especial. Todo estado debe asegurar el bienestar, la ayuda social, y progreso de sus residentes. Nuestro estado, también, está obligado a hacerlo, pero no es la preocupación cardinal. La tarea suprema del estado de Israel es la redención del Pueblo de Israel a través de la reunión de los exiliados.”

A nivel nacional, el problema de la seguridad refleja el vínculo inextricable entre los aspectos espiritual y físico de la existencia del país. Pero la conversación de seguridad política guiando a Israel por años ha sido reducida a un foco excesivo, si no exclusivo, en la seguridad física – un punto bien entendido por los “socios de la paz” palestinos de Israel. El prominente líder de la OLP, Abbas Zaki, explicó el apoyo fingido de la organización a la solución de dos estados de esta manera: “Si despojamos a los judíos de Hebrón y Jerusalén, de las cuales ellos toman su inspiración para su existencia nacional, ¿qué quedará para ellos? ¿Qué vínculo tienen con y con Haifa? Ellos entonces colapsarán en sí mismos.”

Ben-Gurión, reconociendo el llamado espiritual del Pueblo de Israel en su patria ancestral, afirmó durante la fase crucial temprana de la Guerra de la Independencia que la lucha por Jerusalén era la empresa clave:

“Si una tierra tiene un alma, entonces Jerusalén es el alma de la Tierra de Israel y la batalla por Jerusalén es decisiva y no sólo desde un punto de vista militar…. Esa promesa a un lado de las aguas de Babilonia (“Si te olvidare, Jerusalén, que mi mano derecha olvide su habilidad”) es precisamente tan vinculante hoy como lo fue en esos días; de otra manera no seremos dignos del nombre “El Pueblo de Israel.”

Hay poca duda acerca de que Israel está ahora en una encrucijada fatídica. El reto actual de proteger físicamente las vidas de sus ciudadanos asegura que sus líderes enfrentarán decisiones complejas y dolorosas. Pero hay otras consideraciones, no menos cruciales, que deben ser calculadas dentro de la ecuación de la toma de decisiones – notablemente los poderosos sentimientos y aspiraciones nacionales, históricos, culturales, y religiosos.

El Estado de Israel y la empresa sionista necesitan una narrativa israelí judía moderna que dé significado a la lucha de un siglo en la patria ancestral. Colocar el énfasis único en los aspectos físicos del “problema de la seguridad”, como hacen algunas partes en su ansiedad por evitar las duras preguntas existenciales esperando a Israel, oscurece esta historia. Esta es una época para claridad de propósito, no para pragmatismo evasivo.

Esta es una versión revisada de un artículo que fue publicado en Israel Hayom el 15 de marzo del 2019.

 

El Gen. de Div. (res.) Gershon Hacohen es investigador principal en el Begin-Sadat Center for Strategic Studies. Se desempeñó en las FDI por 42 años. Comandó tropas en batallas con Egipto y Siria. Anteriormente fue comandante de cuerpo y comandante de los Colegios Militares de las FDI.

 

Fuente: The Begin-Sadat Center for Strategic Studies

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.