Enlace Judío México e Israel.- Rusia tiene las cartas en Siria. Jerusalén y Teherán deben explicar detalladamente a Moscú sus deseos para el teatro sirio, la que a su vez debe encontrar una forma de dejar a cada parte con la “mitad de sus deseos.”

YAAKOV LAPPIN

El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y el presidente ruso Vladimir Putin han estado involucrados en una ráfaga de discusiones hace poco, al menos algunas de las cuales están probablemente vinculadas a las actividades iraníes en Siria.

Las reuniones llegan en la sombra de informes recientes de un gran ataque aéreo israelí el 28 de marzo que tomó como blanco un depósito de armas iraní cerca de la ciudad norteña siria de Alepo. El ataque según se informa resultó en grandes explosiones y víctimas.

Rusia lidera una coalición militar pro-Assad en Siria, de la cual las fuerzas iraníes son una parte central. También mantiene un canal de des-conflicto con Israel para evitar enfrentamientos intencionales entre su fuerza aérea y la Fuerza Aérea Israelí, las cuales están activas en la escena siria.

Putin también ha intentado desempeñar el rol de mediador entre Israel e Irán, buscando apagar la guerra en las sombras que está arreciando entre ellos en suelo sirio. Israel, por su parte, está determinada a arruinar el plan de Irán de convertir a Siria en un frente de guerra contra ella.

Netanyahu voló a Moscú el jueves pasado para una reunión con Putin, apenas cinco días antes de las elecciones de Israel del 9 de abril. El 1 de abril, Netanyahu y Putin mantuvieron una conversación telefónica para hablar acerca de “cuestiones de cooperación militar,” según el Kremlin, tanto como “cuestiones bilaterales urgentes” y “la situación en la región del Medio Oriente.”

El 27 de febrero los dos líderes se reunieron en Moscú para discutir sobre Siria. Netanyahu dijo que las dos partes llegaron a un acuerdo sobre como coordinar entre sus ejércitos. Ellos también aparentemente concordaron en un objetivo de lograr que las “tropas extranjeras” abandonen Siria, según Netanyahu.

Si bien Rusia no podrá satisfacer todos, entiende que necesitará dejar a cada parte con la “mitad de sus deseos,” dijo el Profesor Uzi Rabi, director del Centro Moshe Dayan para Estudios Meso-Orientales y Africanos de la Universidad de Tel Aviv.

Para lograr esto, Moscú hará que cada actor exprese claramente “lo que es realmente importante para él, y aquí, Israel tiene una oportunidad de definir el rango y perímetro de las acciones de Irán en Siria,” agregó. “En general, esta es una situación nueva a la que la región no está acostumbrada.

Los rusos están manejando este juego con muchas fichas de negociación, e Israel tendrá que adaptarse a las nuevas reglas del juego.”

Doron Itzchakov, un asociado en investigación en el Centro Begin-Sadat para Estudios Estratégicos, concordó en que la situación actual es buena para Moscú.

“El interés ruso es posicionarse como el ‘juez final’ en Siria, y esta situación, en la cual Netanyahu corre hacia Putin y el lado iraní corre hacia él, es cómoda para ellos. Ellos están cómodos con ser los que equilibran las balanzas,” dijo.

Irán, por su parte, estará monitoreando de cerca los contactos de Israel con Rusia y adaptará sus políticas en Siria en forma acorde. “Los iraníes estarán observando la política de Rusia en Siria, para ver cómo tienen que cambiar sus tácticas. Irán no tiene ningún plan de soltar su agarre sobre Siria, pero cambiará las tácticas como para no perder impulso,” dijo Itzchakov.

Un ejemplo reciente de como Irán ha adaptado sus campañas para tomar el control en Siria es la forma en que ha insertado a su personal militar y armamento en sitios manejados por el ejército árabe sirio oficial. Esto no ha detenido a Israel de atacar tales blancos cuando los detecta, según se informa.

Itzchakov explicó que las decisiones de Irán en Siria no pueden ser desconectadas de las ambiciones geopolíticas más amplias de Teherán o de las luchas internas de poder que están arreciando dentro de la República Islámica.

El citó una visita en marzo del presidente iraní Hassan Rouhani al vecino Irak como un ejemplo de esta conexión. El objetivo de esa visita fue desarrollar un corredor económico para eludir las sanciones estadounidenses, dijo Itzchakov.

La visita también impulsó el prestigio de Rouhani, quien está enfrentando grandes críticas en casa del bloque conservador rival y del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI).

“El corredor económico que Irán busca en Irak está atado a su deseo de un corredor económico a Líbano y sus vínculos con Siria. Uno no puede separar estas cosas,” dijo Itzchakov.

Además, Irán ha podido levantar fuerzas armadas en todos estos países — Irak, Siria, y Líbano — y las ha convertido en fuerzas políticas profundamente influyentes en Irak y Líbano. Irán planea hacer lo mismo en Siria.

Pero el elemento responsable por esta actividad es principalmente en CGRI y el General Qassem Soleimani, comandante de la unidad iraní en el exterior, Fuerza Quds, quien está compitiendo con el ministro del exterior de Irán, Muhammad Zarif, por el control de las políticas regionales de Irán, dijo Itzchakov.

“De esta rivalidad interna surge la historia de las actividades iraníes en Siria,” agregó él. “Está aumentando el poder del CGRI como un tomador de decisiones en las áreas geopolítica, económica, y diplomática.”

La lucha interna de poder está haciendo “a Irán más sensible ante Siria,” dijo Itzchakov. “Aun cuando son tomadas en oposición a los deseos populares del pueblo iraní, el CGRI toma sus propias decisiones, incluso en Siria. El CGRI quiere establecer la agenda.”

 

 

*Yaakov Lappin es Asociado en Investigación en el Begin-Sadat Center for Strategic Studies. Se especializa en establishment de defensa, y asuntos militares de Israel, y el entorno estratégico meso-oriental.

 

 

Fuente: The Begin-Sadat Center for Strategic Studies
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.