Enlace Judío México e Israel – Sabemos que el Daesh ha reivindicado el atentado que causó 321 muertos y 500 heridos en hoteles e iglesias de Sri Lanka, aunque parece probable que el National Thowheeth Jama’ath, una organización islamista local, haya sido el brazo ejecutor. Lo cual no es sorprendente, porque el Estado Islámico acostumbra a usar franquicias para atentar allí donde no tiene estructura propia. Se trataría, pues, de una combinación entre la capacidad financiera y logística de la organización madre y la capacidad de los militantes de las organizaciones del país, de ahí que se haya podido ejecutar una cadena de atentados de tanta envergadura.

PILAR RAHOLA

En los próximos días se podrán precisar mejor los análisis. Pero más allá de las características propias del atentado, perpetrado en un país donde sólo el 10% de la población es musulmana, la matanza de Sri Lanka se inserta de pleno en el fenómeno global islamista, con algunas derivadas que cabe resaltar. La primera, en modo aviso: habrá atentados de importancia perpetrados por el Daesh, porque la organización necesita recuperar el protagonismo que ha perdido con la derrota de la guerra en Siria e Irak. Además, tanto el Estado Islámico como los restos de Al Qaeda pugnan por mantener la influencia en las múltiples organizaciones yihadistas del Sudeste Asiático, con Pakistán en el centro de todas las miradas. Si a ello se añade que muchos de los yihadistas que estaban en la zona de guerra están ahora sin trabajo, la suma entre la necesidad de atentar y la abundancia de voluntarios resulta una combinación letal. Esta matanza, sin duda, se insiere en la necesidad de volver a protagonizar, de manera sangrienta, los titulares internacionales. Tampoco son sorprendentes los objetivos: centros cristianos y hoteles repletos de occidentales. Con un añadido importante: los cristianos se están convirtiendo en el target preferido de los yihadistas, a los que el islamismo radical ha declarado abiertamente la guerra. Como expliqué en mi libro S.O.S. cristianos, los cristianos no mueren porque están en el peor lugar, en el peor momento, sino porque son el objetivo escogido y ejecutado. Y esto irá a peor, porque la guerra contra la cruz se ha convertido en un emblema preferente de la yihad.

La segunda derivada se resume en forma de pregunta: ¿por qué la minoritaria población musulmana de Sri Lanka, secularmente pacífica, está radicalizándose? Y la respuesta es conocida: la propagación, en los últimos años, de madrazas coránicas, con gran profusión de recursos financieros provenientes del Golfo, ha transformado la versión del islam que había en Sri Lanka y ha derivado en militantes salafistas que actúan en Pakistán con Al Qaeda, en ayuda y abastecimiento a los yihadistas de las Mal­divas y en voluntarios en la guerra del Daesh. Es el fenómeno de siempre, ahora arraigado en aquel pequeño ­paraíso.

Conclusión: el salafismo es la mano que mece la cuna de estos ase­sinos.

 

Fuente: La vanguardia / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico

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