Enlace Judío México e Israel – Llegué a Israel hoy a las 5 de la mañana. Apenas me instalé en Petaj Tikva, de dirigí a Tel Aviv para participar con mi esposa en un Congreso de Beit Halojem que ha sido convocado para todas las legaciones en el mundo que se abocan a la bendita labor de apoyar a los soldados veteranos heridos de Tzahal.

ALEJANDRO RUBINSTEIN PARA ENLACE JUDÍO

La recepción no pudo ser más cálida y el contenido de la agenda también. Después de los discursos protocolarios de Moshe Shemma y de Haim Ronen, altos directivos de la Institución, escuchamos las palabras plenas de conocimiento de Moshé (Boogie) Yaalón, quien fuese Jefe del Estado Mayor y Secretario de Defensa de Israel y actual miembro de la Knesset a través del partido Kajol Laván.

Y es que este Congreso se enfoca en el liderazgo y la seguridad del Estado de Israel, por lo que seguimos con las palabras del abogado Lirón Libman quien disertó sobre las denuncias internacionales contra los soldados del Tzahal. Su presentación se basó en su amplia experiencia en este campo pues, en el pasado, ha sido el jefe del Departamento de Derecho Internacional para el Tzahal.

El análisis de la ventaja en materia tecnológica estuvo a cargo de Amir Eshel, aquella mítica figura del Ejército Israelí que sobrevolara con su escuadrón, por vez, primera, los cielos de Auschwitz, siendo él un descendiente de masacrados en el campo de concentración allí instalado hace 7 décadas.

El día aún continuaba con gran actividad, tocaba el turno de ver de primera mano cómo funcionan los simuladores de aviones de combate F16, con la guía y palabras del Coronel Kobi Regev.

La conclusión de la muy activa agenda de hoy se dio con el mensaje de Ram ben Barak, ex vicedirector del Mossad, quien nos adentró en los desafíos de dicha organización en el año 2020.

Pero no todo fue contacto con personajes de alto nivel. También había que comprar víveres. Me dirigí al supermercado y, antes de ingresar, fui abordado por tres jovencitas de apenas 13 o 14 años quienes solicitaban que comprásemos provisiones para los moradores de Ashdod y Ashkelón que ya han sufrido más de 600 proyectiles lanzados por Hamas.
Ni bien estaba por terminar mis propias compras cuando se me aproximó otra representación de niñas, esta vez de escasamente 9 años, quienes me pidieron de manera muy amable que comprase agua, jugos o refrescos pues ya estaban plenas de otros alimentos y artículos básicos.

Inmediatamente me dirigí a comprar una dotación suficiente de bebidas. Después de pagar me dirigí hacia ellas, me recibieron con alegría y agradecimiento…más bien con sorpresa por el tamaño de mi contribución, y una de ellas me dijo: ¡Eize tzadik (qué Justo)!. Mi respuesta fue en el mismo sentido hacia ellas y con mayor admiración: ¡Eize Tzidkaniot!!!! (¡qué Justas!!!!).

Niñas y pequeñas adolescentes dejaron sus juegos, sus celulares y sus amigas para entregar lo mejor de ellas en un afán de solidaridad que solo puede ser constatado de manera clara y vivencial cuando se está en Israel con su gente y por su gente que nos permiten compartir, como uno más de este Pueblo fuerte, único y especial, y su inigualable solidaridad y fortaleza de espíritu.

No, no puedo ni quiero vivir fuera de Israel.