Enlace Judío México e Israel – Darío Teitelbaum, miembro del partido israelí de izquierda Meretz y de la Organización Sionista Mundial, ofreció una conferencia este domingo de 12 de mayo en la Comunidad Sefaradí en la que abordó la actual situación política de Israel y la crisis de Gaza.

Calificó a la reciente campaña electoral en Israel como “la más cruenta” en la historia moderna del país, caracterizada por la “negación del otro” contra los oponentes con tal de quitarle legitimidad e incluso tildarlo de traidor.

Afirmó que el Estado de Israel es, por supuesto, una democracia, pero duda si es que siempre mantiene esta característica ante los gobiernos que toman el poder en el país.

Destacó que los judíos deben de tener consciencia sobre la naturaleza de minoría que siempre han tenido a lo largo del mundo y comprender con ello cómo la minoría árabe de Israel ha sido “despojada de sus derechos” en los últimos años.

Como ejemplo citó la erradicación del estatus del idioma árabe por la reciente Ley Básica Israel:Estado nación del pueblo judío, aprobada por el gobierno de coalición de Netanyahu.

En el artículo 4 de la controvertida legislación, a la que la oposición al gobierno del mandatario y voces en la Diáspora han calificado de racista, se establece que el idioma oficial del Estado de Israel es el hebreo, dejando a un lado al árabe, que mantuvo por décadas el estatus de segunda lengua oficial del país.

Así mismo, sugirió que esto no sólo proviene del gobierno de Netanyahu, sino también de la hoy oposición liderada por el partido Kajol Laván de Benny Gantz, quien reiteradamente constató que, de ganar las elecciones, no formaría un gobierno con partidos árabes.

Teitelbaum no ve, en casos como este, la existencia de esta sensibilidad necesaria por una minoría hacia otra minoría como debería de haberla por parte del pueblo judío.

Es por ello que consideró que, a los 71 años de su fundación, el Estado de Israel debe de reconocer “algunos errores” que ha cometido y subsanarlos a como de lugar, a lo que comparó con el concepto del Tikun Olam.

Respecto a la situación política del país, dijo cuestionarse acerca de ¿cómo será recordado el gobierno de Netanyahu en la historia del Estado de Israel?

En su opinión, Netayahu trató de ganar “legitimidad democrática” con las elecciones anticipadas de este abril para de esa forma escudarse ante una posible acusación por los casos de presunta corrupción que giran a su alrededor y por los cuales le vendrá en algunas semanas una audiencia preliminar.

Así mismo, aseguró que Netanyahu tiene en mente de manera primordial cambiar la legislación de inmunidades jurídicas de funcionarios estatales para blindar la suya propia ante los casos en su contra, aunque, estima, este nuevo gobierno del mandatario no durará más de un año y ese será un momento de importante cambio para Israel.

Un aspecto preocupante que se presentó con estas nuevas elecciones para él, fue el surgimiento del pensamiento del rabino Meir Kahana en uno de los partidos aliados al Likud de Netanyahu: el partido Otzma Yehudit como parte de la Unión de Partidos de Derecha.

A pesar de que dos miembros pupilos de Kahana de dicho partido fueron candidateados, Michael Ben-Ari y Itamar Ben-Gvir, ambos no lograron colarse a la lista de miembros de la Unión en la Knéset por la descalificación del primero por la Corte Suprema de Justicia de Israel por acusación de racismo, y por la posición de lista del segundo.

Pasando a la cuestión entre Gaza e Israel, consideró que el factor clave que ha determinado a la población del sur del Estado judío, de la que él mismo es parte, ha sido su resiliencia ante la violencia surgida desde el enclave palestino, es decir, su capacidad de resistir ante las agresiones y recuperarse a lo largo de los últimos 18 años en que los proyectiles han llovido sobre la región.

Reconoció que la Comunidad judía de México es parte sustancial de esta resiliencia del sur de Israel gracias a sus aportaciones materiales a las estructuras construidas en esta región, sobre todo en Eshkol.

Aseguró que así como el derecho de autodeterminación para el pueblo judío con el Estado de Israel es totalmente válido, lo es también para los palestinos y sus aspiraciones a un Estado nación.

Rechazó la idea de que la solución militar sea la única para solucionar el problema en Gaza. Destacó que Netanyahu, al que acusa de querer mantener dividida a Gaza de Cisjordania, es muy cuidadoso con el uso de la fuerza en la Franja, sobre todo por la sensibilidad en la sociedad israelí a la pérdida de vidas y por la amenaza en Siria.

Afirmó que toda la zona fronteriza de la Franja de Gaza “está minada de dilemas existenciales y uno tiene que hacerse una clase de itinerario para no pisarlas”. ¿Se debe o no dar a los palestinos de Gaza elementos de los llamados “de doble uso”? ¿Se les debe dar fertilizantes, que pueden terminar usados para cohetes, o cemento, que puede terminar siendo usado para túneles?

¿Es imposible un acuerdo en Gaza? Se preguntó. Teitelbaum se considera un optimista y piensa que sí es posible. Sin embargo, señaló que Gaza no debe de ser el factor primordial que cargue con la responsabilidad mayor para que este se logre, sino que tiene que ser el beneficiario del mismo. Negó igualmente la idea de que no haya un interlocutor para Israel con el cual pueda hacer las paces.

Consideró que un hipotético plan de paz para ambas partes debe de ser completo y sin parcialidades, pero que la paz no ocurrirá mientras Hamás esté en el gobierno de la Franja. “La única manera de destituir a Hamás es cambiando la política de Israel”, aseveró.

En Israel, las dos narrativas existentes configuran un sentimiento de que “el otro no puede ser el final de mi propia historia”, sostuvo. “Es como si tuviera dos libros y pego en el final del libro azul el final del libro rojo, y el final del libro rojo en el final del libro azul. Tenemos dos libros en los cuales el final no está revelado”.

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