Enlace Judío México e Israel.- Con las tensiones acumulándose en el Medio Oriente, luchadores iraníes e israelíes podrían estar enfrentándose en el futuro cercano, muy para el deleite de la Federación Internacional de Judo, o IJF. Después de 40 años de boicotear a los atletas israelíes, Irán parece haber revertido el curso.

DAVID MAY

En una carta a la IJF el 9 de mayo, los jefes de la federación de judo y el comité olímpico iraníes declararon que “respetarían plenamente el Estatuto Olímpico y su principio de no discriminación.” La marcha atrás de Irán puede ser el ejemplo más claro de cómo la aplicación estricta de las normas internacionales, incluyendo castigo y amenazas cuando es necesario, pueden erradicar la discriminación en los deportes.

La Federación Internacional de Judo da el crédito a la presión anti-boicot de su presidente, Marius Vizer, y a la amenaza aparente de la IJF de excluir a Irán de las Olimpíadas de Tokio 2020, por provocar la carta reciente. El temor a volverse un paria deportivo llevó a Irán a abandonar sus esfuerzos por deslegitimar al Estado judío en las competencias internacionales.

Israel ha enfrentado boicots deportivos desde su fundación en 1948, pero el embargo deportivo disminuyó a medida que generó más reacción, especialmente durante la última década.

Emiratos Árabes Unidos, por ejemplo, enfrentó multas y sanciones duras de la Asociación de Tenis Femenino por negar una visa a una jugadora israelí para competir en un torneo en el año 2009. El equipo de tenis de Túnez fue excluido de la Copa Davis en el 2014 por ordenar a un jugador no competir contra uno israelí. Para septiembre del 2016, pareció que Túnez había aprendido su lección cuando permitió a su competidor enfrentar a un israelí.

Pero el progreso ha sido como un juego de fuerza. Un país que discriminará a los atletas israelíes en un deporte, enfrenta castigo, y corrige su comportamiento pero luego continúa discriminando en otro deporte.

Si bien E.A.U. cumplió en tenis, continuó discriminando a los nadadores israelíes. La FINA, el organismo internacional gobernante de la natación, advirtió formalmente a los E.A.U. y a Qatar en el 2013 después que reemplazaron la bandera israelí con una enseña blanca lisa en una transmisión televisiva y se negó a referirse a Israel por su nombre. Desde la censura de la FINA, no ha habido más casos informados de los dos países discriminando a nadadores israelíes.

No obstante, E.A.U. continuó acosando a atletas israelíes en otros deportes. En enero del 2014, E.A.U. informó a un equipo de futbol holandés que su jugador israelí no podía entrar al país. Durante el Grand Slam de Judo de Abu Dabi en el 2017, E.A.U. permitió a los israelíes competir, pero se negó a tocar el himno nacional de Israel o a exhibir su bandera cuando la judoca israelí Tal Flicker ganó el torneo.

Sin embargo, E.A.U. pareció dar vuelta a la esquina en el torneo de judo de octubre del 2018 cuando permitió a los atletas israelíes competir sin compromiso e incluso se volvió el primer país árabe en tocar el himno nacional de Israel en un evento deportivo. Si bien esto llegó en medio de señales de vínculos que se están volviendo cálidos entre Israel y los países del Golfo, fue finalmente el resultado de la Federación Internacional de Judo presionando de manera experta a los boicoteadores. En el 2018, la IJF despojó a los E.A.U. y Túnez de los derechos de anfitrión por discriminar a los israelíes y sólo los restableció a E.A.U. después que el país prometió permitir que sea izada la bandera de Israel. Qatar también parece haber aprendido su lección; permitió que un dúo israelí de voleibol compita en el Abierto de Qatar en el 2016 y recibió a gimnastas israelíes en el 2018 y 2019.

Sorprendentemente, Arabia Saudita, la cual ha mejorado significativamente los vínculos con Israel en otros escenarios, continúa discriminando. En diciembre del 2018, el reino del Golfo perdió el derecho a albergar un campeonato de ajedrez después que prohibió competir a los israelíes. Debe enfrentar sanciones intensificadas hasta que cambie sus formas.

La efectividad de tales consecuencias llega muy claramente en el caso de Irán, el que terminó su boicot a pesar de la demonización virulenta del estado judío por parte del régimen de Teherán. A fines del 2017, un luchador iraní tiró intencionalmente un partido, a pedido de su entrenador, para evitar competir contra un oponente israelí en la siguiente ronda. La Cámara Disciplinaria de Lucha del Mundo Unido excluyó al luchador por seis meses y a su entrenador por dos años por esta exhibición de comportamiento antideportivo.

Pero en febrero del 2019, el judoca iraní Saeid Mollaei arrojó un partido en el Grand Slam de París por la misma razón. Pero la perspectiva de exclusión de las Olimpíadas parece haber cambiado el pensamiento de Teherán.

Puede ser frustrante y tedioso para las organizaciones deportivas a lidiar con la política, pero la ejecución implacable sin excepciones es el método más eficaz para eliminar la discriminación deportiva.

 

 

*David May es analista investigador en la Fundación para la Defensa de las Democracias, instituto de investigación con sede en Washington, enfocándose en la seguridad nacional y política exterior.

 

Fuente: Washington Examiner
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México