Enlace Judío México e Israel – Jared Kushner, el asesor y yerno del presidente Donald Trump, calificó este jueves al taller económico dirigido por EE.UU. en Baréin como un “gran éxito”, e hizo otro llamado a los palestinos para que consideren la propuesta económica de la Casa Blanca para Cisjordania y Gaza.

Durante el evento “Paz para la prosperidad”, desarrollado los pasados dos días en la ciudad de Manama, líderes empresariales y en materia económica escucharon los detalles económicos del plan de paz que promete impulsar el desarrollo de la región, y en especial, de los palestinos.

La propuesta, entre otras cosas, pretende en 10 años crear un millón de nuevos empleos, reducir el desempleo y mejorar los estándares de vida en Cisjordania, Gaza y todo el Medio Oriente.

Sin embargo, los grandes ausentes fueron los mismos palestinos, que rechazaron asistir ante el hecho de que ninguno de los temas políticos del conflicto fue abordado, y como parte de su rechazo a que el gobierno de Trump funja como intermediario entre ambas partes en cualquier proceso de paz, al que acusan de estar sesgado a favor de Israel.

Kushner defendió su plan de combinar la inversión privada y el apoyo gubernamental para transformar la economía palestina como la base de cualquier posible acuerdo de paz, en un mensaje al periódico árabe Asharq al-Awsat.

“Creo que el taller fue un gran éxito”, dijo en la entrevista publicada este jueves por el diario de propiedad saudí y establecido en Londres, y agregó que personas de “todo el mundo” asistieron a la conferencia el martes y el miércoles.

Kushner dijo que su plan “muy detallado y razonable” fue bien recibido por los asistentes, quienes estuvieron de acuerdo en que el plan de la Casa Blanca para transformar las economías de Cisjordania y la Franja de Gaza era factible.

“Después de una extensa revisión, las personas se mostraron muy positivas al respecto y lo consideraron realizable”, dijo.

Kushner dijo que la diplomacia tradicional no ha logrado resolver el conflicto y que era hora de que la comunidad empresarial ofreciera otras soluciones.

La comunidad diplomática, dijo, estaba “perdiendo el tiempo de todos” al repetir los mismos puntos de conversación y ofrecer las mismas soluciones año tras año.

Al abordar las críticas al plan por ignorar los aspectos políticos del conflicto, Kushner dijo que su propuesta solo fue diseñada para ser implementada en conjunto con un marco para una solución política.

“Este plan no es político, por lo que creo que todos los que critican el plan por esta razón no se dan cuenta del propósito de este esfuerzo económico”, dijo. “No podemos conformarnos con una solución política sin mejorar las vidas de las personas, porque eso dificultará la solución política”.

Kushner reconoció que una solución política era clave para el éxito de su propuesta económica, pero dijo que era más importante establecer primero lo que es económicamente posible.

Cuando se le preguntó qué tipo de marco político preveía para el Medio Oriente, Kushner dijo vagamente que probablemente caería en algún lugar entre la Iniciativa de Paz Árabe y la “posición israelí”.

Propuesto por Arabia Saudita en 2002, la Iniciativa de Paz Árabe llama a una normalización total con Israel en todo el mundo árabe a cambio de que se establezca un Estado palestino en Cisjordania y Gaza con intercambios de tierras acordados y Jerusalén Oriental como su capital.

Kushner dijo que la iniciativa, que estaba respaldada por las administraciones anteriores de EE.UU., era un buen punto de partida, pero que se había recibido el rechazo de ambas partes.

No detalló los parámetros de lo que describió como la “posición israelí”.

Aseguró además que tanto los israelíes como los palestinos “necesitan hacer concesiones” para alcanzar un acuerdo de paz viable.

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