Enlace Judío México e Israel – Y arraaaaaancan los Juegos Macabeos Panamericanos, sí, y arrancan en México ¡después de 20 años! En la tierra de la gente inalcanzable, de la comunidad más sólida y unida del mundo, y una vez más, comprobé lo anterior en la Arena Ciudad de México. 

Desde antes de llegar a la arena, el tráfico era agotador, por lo que varios nos tuvimos que estacionar en las calles y desde ese momento me di cuenta de la solidez de la Comunidad y del sentido de ésta, en el momento en el que caminamos juntos a ver a nuestros atletas.

En la entrada se escuchaban los gritos, los saludos y los abrazos de los conocidos que, en algunos casos, no se veían desde hace algunos años. 

Entrando a la Arena CDMX, saludé a algunos conocidos, vi a Igal Rabchinsky, competidor de squash, con el que me quedé platicando y me comentó exhausto de su gran partido, en el cuál, a pesar de haber perdido, se le veía en la cara una emoción al platicar de la experiencia, que daba un gusto enorme. Posterior a mi plática con Igal, entro al gran escenario, veo las filas superiores llenas y las de la parte baja esperando a ser llenadas por los atletas de la Comunidad Judía quienes de a poco, comenzaban a entrar, siendo la delegación de Israel, la primera que entraba. 

Poco después, escucho gritos que provienen de afuera, a los lejos se escucha un “Cielito Lindo” y no me puedo resistir, salgo a los pasillos y veo el espectacular ambiente que tiene la delegación mexicana, en la que veo a Aline Turquie, a Dany Navas, a Ygal Maya, a Cecy Cohen, a Charlie Azar, a los hermanos Alberto y Gabriela Achar, a Eduardo Zonana, a Marino, quien es un entrenador legendario del CDI y a muchos otros conocidos a los que les puede ver una cara de exaltación que decía “esta es nuestra casa, este es nuestro evento”. 

Poco después, veo en el pasillo a Paul Kupersmit, a quien abrazo y le deseo el mejor de los éxitos, tras él, veo a los equipos de futbol y en particular al equipo de futsal categoría open varonil, en el que veo caminando a Samuel Nates, Abraham Atri, Elias Shayo, David Altaled y Samuel Tawil, a quienes les digo, gran partido el de hoy. A nada de ellos, veo pasar todo el equipo, comandado por mi amigo, Jacobo Palombo, quien es un líder nato y probablemente, el tipo más competitivo y seguramente el que más siente la camiseta al que conozco; le digo: “Palo, gran juego el de hoy, te vi parar”, ante lo que me dice, “nos quedamos cortos, no se pudo”. Sólo para que sepan, hoy México le dio un juegazo a Argentina en el futsal y aunque iban ganando 4-3 a poco de que terminara el partido, terminaron siendo derrotados por Argentina, en un verdadero partidazo. 

Jacobo me repitió: “no se pudo” aunque la realidad es que a pesar de perder, el futsal dio todo por su país y su Comunidad y Jacobo me demostró una vez más en esa cancha del “Depor” el corazón que tiene, el que lo quisieran todos los atletas del mundo.

Vuelvo a entrar a la gran inauguración, veo como entran el resto de las delegaciones, hasta llegar a la mexicana, la cual demuestra su unión, su felicidad y su comunidad al entrar al son de pura música folclórica mexicana y con un fondo de bailarines disfrazados de figuras clásicas de nuestro país como la calavera que tanto nos caracteriza.

Tras culminar el recorrido de los atletas, la ceremonia comenzó con palabras de los patrocinadores, con las palabras de la doctora Claudia Sheinbaum, con el encendido del fuego macabeo, con desfiles, con bailes de Anajnu Veatem, con un apoyo incondicional del público mexicano y con un ambiente extraordinario de todos los atletas, quienes bailaron como hermanos la clásica canción de Rak Rotza Lirkod, además de que aplaudieron, gritaron y rieron durante toda la ceremonia.

Hoy, la inauguración fue magna y monumental gracias a ustedes. 

 

*Este artículo va dedicado a todos y cada uno de los atletas que hacen de este “Una Locura” de evento, y en especial a mi amigo Jacobo Palombo, quien personifica toda la palabra “Macabiada”. 

 

 


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