Enlace Judío México e Israel.- Ese 18 de julio de 1994 resuena en los oídos de quienes transitábamos cerca de la AMIA. El estruendo paralizó a miles de personas de la zona del Once en Buenos Aires.

ANDRÉ GATTEGNO.

El Hospital de Clínicas tembló, sus médicos, enfermeras y otros no podían imaginar la triste y ardua tarea que les esperaba.

Una camioneta cargada de explosivos se había incrustado en el muro de una institución cuyo único pecado era el de ayudar y velar por el bienestar y las necesidades, no solo de la comunidad judía sino de quienes lo necesitasen.

Eran las 9:50 de la mañana, describir la situación y la sensación de impotencia y desamparo de quienes emergían de entre los escombros perdurará en mi memoria para siempre.

No puedo dejar de expresar algunos de los hechos vividos a título personal y otros no tanto.

Una pareja caminaba de un lado al otro desplazándose en ese espacio irreal en el que los sonidos no existen. El hombre había venido al enterarse del atentado pues su esposa colaboraba en la AMIA, en el cuarto piso, y ese día su hija de 21 años, que trabajaba con él, decidió acompañar a su madre a la institución. Algunos minutos antes de la explosión ella desciende a buscar café para ambas. Los únicos sobrevivientes fueron los del cuarto piso…

El suegro de mi mejor amigo falleció el día anterior. Dos de sus nietos y un primo fueron esa mañana la AMIA para hacer los trámites del sepelio.

Nunca habían ido antes. Los tres jóvenes murieron.

Una joven que trabajaba allí se quedó dormida en el ómnibus que la llevaba por lo que se bajó 200 metros más lejos, ese atraso le salvó la vida.

Algunos que circulaban por la calle en ese instante no tuvieron la misma suerte.

Esto nos lleva a preguntarnos ya tomar consciencia de que no movemos los hilos de nuestro destino. Él lo hace…

Se habla de 85 muertos y de aproximadamente 300 heridos.

En realidad hubo un muerto más. Se dice que fue el número 86. El Fiscal de la Nación Alberto Nisman.

Su asesinato dos días antes de la presentación que iba a hacer en el Congreso de Diputados y Senadores, de las conclusiones sobre el atentado luego de haber trabajado con sus colaboradores para tratar de esclarecer el hecho durante años, hizo de él la víctima 86.

Muchos artículos y libros se han escrito sobre esta tragedia, pero es muy poco lo que avanzó la justicia al respecto. Los diplomáticos iraníes con el Hezbolá y la conexión local eximida de culpa y cargo apañados por políticos decididos a no tener problemas nos lleva, como siempre, a pensar que la sangre judía seca rápido.

 

*Presidente de la Federación Sefaradí de la República Argentina.