Enlace Judío México e Israel- Como es común en la Comunidad judía de México, es la Jevrá Kadishá de la Comunidad Judía mexicana que preparó los cuerpos de los israelíes Benjamin Yeshurun Sutji y Alon Azulay, asesinados el miércoles en la plaza Artz Pedregal.

En el judaísmo, el cuidado del cadáver de un fallecido, la preparación del sepelio y el entierro, son tareas religiosas de carácter sagrado. En toda comunidad judía, generalmente, se organiza una “Jevrá Kadishá”, o sociedad sagrada, la cual tiene a su cargo esta labor especial fúnebre.

Las autopsias son un proceso que se considera prohibido por la religión judía sobre los cuerpos de los fallecidos, pero en el caso que sacudió a la Ciudad de México esta semana, debido a que hubo homicidio, ésta fue necesaria y llevada a cabo por las autoridades.

Y debido a que tanto Azulay como Sutji serán enterrados en su natal Israel, los cuerpos también tienen que ser embalsamados, otro proceso que no se realiza sobre los cuerpos de manera tradicional, debido a la distancia de varias horas que tendrán que recorrer en avión. En un comunicado, la Embajada de Israel en México, encargada de los procesos de repatriación de los cuerpos, aseguró que estos podrían llegar la próxima semana a su destino.

En este caso sí se embalsama porque como tuvieron una autopsia, entonces están abiertos y tienen que preparar todo lo que está adentro y cerrarlo, para que se puedan preparar y viajar sin que se putrefacten.

“Los embalsama una empresa calificada por salubridad, en un lugar especial, donde se les llevó [a Sutji y Azulay] en la madrugada. Tiene que ser en un lugar especial porque tienen que checarlo las autoridades”, explicaron a Enlace Judío.

Precisó que cuando ocurre la muerte violenta de un miembro de la comunidad judía, las autoridades correspondientes son la primeras en abordar el cuerpo para realizar dichos procesos. Solo hasta después del proceso médico-legal, el cuerpo pasa a manos de la Jevrá Kadishá.

Un miembro de la Jevrá Kadishá acudió personalmente al Instituto de Ciencias Forenses (INCIFO) de la Ciudad de México para recoger los cuerpos de Sutji y Azulay para el proceso ritual de preparación, donde pudo ver a familiares y conocidos de ambos, entre ellos, según comentó, un hijo del primero, y la esposa e hijo del segundo. De acuerdo al periódico Milenio, un amigo de Azulay, de nombre Isaac, también acudió al INCIFO.

“Entraron ellos a reconocerlos. Yo no tengo que estar forzosamente. Solamente en los casos en que no hay ningún familiar, yo entro”.

“La preparación es de manera religiosa. Se prepara un baño ritual, la Tahará. Hay que bañarlos, vestirlos, hacer todo con el debido respeto con los rezos”.

Asimismo, comenta que tiene bastante experiencia en casos de muerte violenta, incluidos homicidios, pero que, debido a la labor sagrada que tiene en sus manos, se abstiene de emitir cualquier calificación sobre las circunstancias de los occisos, pues sería una falta de respeto para lo que tiene encomendado.

“Me ha tocado gente joven que se accidenta, que les quitan la vida, que los atropellan, que los queman o se queman. Todo ese tipo de casos. Nosotros no podemos calificar, porque es una cosa muy sagrada. Y nos han tocado casos de esos, claro que sí”.