Enlace Judío México e Israel – “Lo más bonito que tiene una persona es la posibilidad de ayudar a otro, eso para mí es invaluable, dice Juan Taifeld”, director ejecutivo de Gvahim en una entrevista exclusiva a Enlace Judío.

Gvahim (“Alturas”) es una organización sin fines de lucro que brinda a nuevos inmigrantes y residentes que regresan a Israel una plataforma esencial para encontrar empleo o crear nuevas empresas, ayudándoles a integrarse a la sociedad israelí y aprovechar sus habilidades.

“La ONG se creó en 2007 por Michael Ben Saadon, inmigrante de Marruecos que llegó a Israel con un doctorado de una de las mejores universidades de Francia, con mucha esperanza, con muchas energías, con la posibilidad de dar al país y sin embargo no encontraba un empleo. Reunió a 12 jóvenes del Grande Ecole, una de las mejores universidades en París que tampoco encontraban un trabajo apto a sus habilidades. Se dio cuenta que había este vacío”, comenta Taifeld.

Juan Taifeld habla de tres elementos que caracterizan al olé jadash (nuevo inmigrante) cuando llega a Israel: no conoce el idioma, no conoce la cultura en Israel, carece de redes de apoyo y por lo tanto se pierde. Ahí es donde entra Gvahim, dice.

“En vez de ver al nuevo inmigrante como una persona necesitada y pobre, lo vemos como un talento, un diamante que solamente hay que pulirlo, darle un empujón y él hará el resto. Eso es lo que hacemos en Gvahim. Damos un empujón sumamente necesario, una esperanza en un momento muy crítico de la inmigración”.

Actualmente, Gvahim ofrece 6 programas y toda una red de asistencia para nuevos inmigrantes con un título académico que llegan a Israel de más de 60 países, facilitando su integración al mercado laboral.

Foto: cortesía de Gvahim

“El Programa Carrera, por ejemplo, tiene una duración de un mes. Durante 8 horas una vez por semana damos a los olim (nuevos inmigrantes) diversos talleres en inglés y les enseñamos cómo funciona el mercado laboral en Israel. Les proporcionamos una serie de habilidades sociales. Por ejemplo, les enseñamos cómo se escribe un curriculum en el mercado israelí. Les enseñamos cómo usar redes sociales profesionales como LinkedIn. Hablamos de sus obligaciones y derechos como trabajadores y ofrecemos simulaciones laborales con empresas que buscan empleados. Además, los olim obtienen asistencia personalizada con un consultor que se sienta con cada persona y hace un diagnóstico del mercado”.

Foto: cortesía de Gvahim

Cuando termina este programa que incluye entre 25 y 30 personas de diferentes países que pasan por el mismo proceso se crea una cohesión social. Los olim pasan a formar parte de una gran familia.

Foto: cortesía de Gvahim

Tras este proceso de un mes, la organización ofrece a cada inmigrante un mentor israelí, un voluntario que se reúne con cada uno varias veces al mes para guiarlo e introducirlo en el mercado laboral al conectarlo con empresas e instituciones que ellas mismas están muy necesitadas de capital humano.

“Contamos con más de 300 israelíes que son mentores de Gvahim”, señala Taifeld. “Es extraordinario que estos israelíes que muchas veces están en la cima de su carrera profesional tengan el tiempo y la motivación de ayudar a que estos olim puedan integrarse de manera óptima a la sociedad israelí”.

“Constantemente recibo llamadas de mentores de Amdocs, Intel, Google, Facebook que se ofrecen como voluntarios. Esto refleja una parte muy bonita que tiene Israel. El israelí es muy abierto y da mucho de su tiempo”, dice emocionado.

Con el entusiasmo y dedicación de sólo 20 personas, la mayoría nuevos inmigrantes, Gvahim también ofrece un centro de conectividad laboral que establece contacto con más de mil empresas en el sector público y privado en Israel en áreas de la alta tecnología, finanzas, mercadotecnia, instituciones y organizaciones sin lucro.

“Actualmente la organización tiene más de 3 mil egresados, la gran mayoría sumamente agradecidos. Después de algunos años estos mismos olim pasan a ser mentores. Nos ayudan a conectarnos con más empresas”.

Sin embargo, la ONG no pretende generar círculos exclusivos de olim. Su objetivo es mantener un contacto continuo con el Israel de hoy. “Inclusive hemos tenido matrimonios que han salido de Gvahim“, agrega Taifeld.

Foto: cortesía de Gvahim

Pero también hay obstáculos. “Este proceso que pasa el olé genera costos. Hay que contratar gente, capacitarla y nuestros recursos no son suficientes. Nuestro problema es la demanda. Tenemos mucho más gente que quiere integrarse porque sabe que le beneficiará. Debemos recaudar fondos constantemente porque tenemos gente en lista de espera”, explica.

“También tenemos un 8 o 9 por ciento de personas que no logramos colocar, ya sea porque estudiaron algo que no es relevante para el mercado laboral o por su edad, porque no tienen las habilidades sociales, los idiomas o la cultura que la empresa necesita”.

En estos casos, Gvahim orienta a los olim para hacer un cambio de profesión. Plantea las distintas opciones de desarrollo y la capacitación que se requiere a través de un trato mucho más personalizado.

Además, Gvahim tiene un programa para atraer a médicos que inició con Francia. “Hemos logrado traer 130 médicos en 3 años, el 60 por ciento con especialidades. Israel no invirtió en su capacitación y los traemos ya listos para que puedan insertarse en el mercado laboral. Estos médicos se integran en el seguro médico y en hospitales públicos en todo el país. Trabajamos en colaboración con el Ministerio de Salud, los llevamos mano a mano hasta que forman parte del servicio médico israelí”, agrega Taifeld.

Otro programa está destinado a ingenieros en Ciencias de la Computación. “Actualmente hay una necesidad de 15 mil ingenieros en software en Israel”, explica. “Creamos un programa para atraer a ingenieros de todo el mundo. En dos años logramos traer 250 ingenieros a Israel que el mercado los toma de inmediato. Gvahim proporciona la información y capacitación antes y después de llegar al país para que los nuevos inmigrantes puedan decidir en dónde quieren contribuir a la economía israelí dentro del campo de la alta tecnología”.

“Israel es hoy en día una potencia regional y en ciertas áreas mundial en todo lo que se relaciona con seguridad cibernética, fintech, tecnología agrícola gracias a la inmigración de la ex Unión Soviética, que también ha aportado en otras áreas como física, matemática, ingeniería, medicina”.

Esto, en su opinión, muestra la importancia del capital humano y el poder guiarlo. “Finalmente, gracias a esa aliá, hoy Israel es el la Nación Start-Up”, afirma.

“El deporte nacional de todo israelí es tener una start up”, bromea Taifeld. “Cada 8 horas se abre una nueva start up en Israel y en la India. Sin embargo, el 90 por ciento de ellas no sobreviven después del primer año”.

Para satisfacer esta demanda, la ONG lanzará próximamente un nuevo proyecto para olim que desean abrir su propia empresa o desempeñarse como freelancers.

Gvahim también ha creado un programa de aceleración de start-ups para nuevos inmigrantes que quieren generar su propia empresa en base a un concepto ya armado. Es un programa intensivo que dura 5 meses, que incluye capacitación, talleres, visitas a empresas en donde la ONG proporciona las redes, enseña a los olim a abrir su empresa, cómo tener acceso a capital y subsistir al final el proceso”.

“Las empresas en la aceleradora de Gvahim han recaudado más de 20 millones de dólares, y el 40 por ciento de ellas siguen vivas después de dos años, generando puestos de trabajo en ciudades de desarrollo también”, indica.

Juan Taifeld emigró a Israel en 1991 desde México, tras una larga trayectoria de participación y liderazgo en el movimiento juvenil Hejalutz Lamerjav, siempre al tanto del quehacer en la comunidad judía y de lo que ocurría en Israel.

“La razón por la que vine a Israel además de mi ‘carga sionista’ es porque dije, ‘yo quiero ser la generación que va a venir a Israel y que va a tener éxito, porque también mi abuelo quiso y no pudo, mi padre intentó y fracasó’”.

Regresó a México en dos ocasiones, del 2001 al 2005 como sheliaj (enviado) de 3 movimientos juveniles, y de 2013 a 2017 como director regional de la Agencia Judía para Israel, ese mismo organismo que lo llevó al país unos años antes.

“Fueron años de mucho aprendizaje, mucho que hacer, contacto con jóvenes, poder generar una identidad judía con una base pluralista con Israel en el centro”, dice a Enlace Judío.

En 1995, como estudiante de Ciencias Políticas, Juan asistió al mitin en la Plaza Maljei Israel (hoy Plaza Rabin), donde el exprimer ministro israelí, Yitzhak Rabin fue asesinado.

Explica que “el contexto que llevó a esa manifestación fue toda una ola de protestas de la derecha en contra del proceso de paz que Rabin y Peres lideraban. El mitin se organizó para que se escuche esa voz que sí está a favor del proceso de paz”, apuntó.

“Había un ambiente de fiesta, alegría, emoción. De ese ambiente de esperanza y optimismo todo se desplomó en cuestión de horas… Ese terremoto social sacudió mucho a Israel”.

Con un brillo en los ojos, Juan Taifeld nos dice al final de esta larga entrevista que su mayor satisfacción es ver el desarrollo personal de los olim cuando terminan el mes de capacitación. “Es gente que ya tiene un autoestima, que ya puede hablar, que está más encaminada en lo que quiere. Verlos y escucharlos a todos después de este mes me emociona mucho. Es la parte favorita de mi trabajo”.

“Es mi felicidad decir, ‘todo este esfuerzo es para ustedes’. Creo que lo más bonito que tiene una persona es la posibilidad de ayudar a otro, eso para mí es invaluable”.

Foto: cortesía de Gvahim

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