Enlace Judío México e Israel.- Se asoció con un yihadista, voló de ida a Turquía, y luego compró un ‘rifle tipo AK-47.’

EDITORIAL THE WALL STREET JOURNAL

El debate por las leyes de bandera roja, que permiten a la policía incautar las armas de una persona sin un proceso legal que determine que representa una amenaza, se está llevando a cabo más que nada en el abstracto. ¿Y qué hay de algunas historias de la vida real? Un documento académico esta semana presenta 21 ejemplos desde el 2016 al 2018 en los cuales la ley de California fue usada “en esfuerzos para prevenir tiroteos masivos.” Aquí hay tres:

La policía local tuvo una advertencia del FBI acerca de un hombre de 22 años. Él era un asociado de alguien acusado recientemente de ayudar a un grupo yihadista sirio, el Frente Nusra, el cual había alentado ataques terroristas. Los dos hombres volaron una vez a Turquía con boletos de ida. Un mes antes el hombre de 22 años comenzó a trabajar en un polígono de tiro, pero fue despedido. Su gerente dijo al FBI que no le gustaban los clientes pero disfrutaba manejando las armas.

El hombre recientemente había comprado un “rifle tipo AK-47,” y el período de espera de 10 días de California estaba a punto de expirar pronto. En unas pocas semanas se esperaba que los acontecimientos públicos de las cercanías atrajeran multitudes de 50,000 o más. La policía local obtuvo una orden de bandera roja por corto plazo para impedir la adquisición de armas, y después de una audiencia fue emitida una orden de un año.

La policía fue advertida por funcionarios escolares de que un chico de 14 años había alabado los tiroteos masivos. Usó computadoras del campus para buscar armas de fuego y términos como “poder blanco.” Llevado ante un psiquiatra, el estudiante dijo que estaba bromeando.

El padre del chico poseía un rifle y una pistola. Fue obtenida una orden de bandera roja de corto plazo, y las dos armas de fuego fueron entregadas. Después de una audiencia fue emitida una orden por un año.

Un grupo de niños, de entre 11 y 15 años de edad, dijo a la policía que una mujer de 62 años había amenazado con “volarles las cabezas.” Ellos pensaron que ella les apuntó con un arma, pero resultó ser un rollo de toallas de papel cubierto en cinta adhesiva.

Cuando llegó la policía, ella admitió también tener un revólver en la casa. El oficial obtuvo una orden de bandera roja de corto plazo, tomó el arma, y arrestó a la mujer por amenaza criminal. Ella siguió diciendo que quería “enseñar una lección a esos chicos” e “ir a sus casas para terminar a cada uno de ellos.” Después de una audiencia fue emitida una orden de un año.

Estos ejemplos son un pequeño subconjunto. California tuvo 414 casos de bandera roja desde el 2016 al 2018, dice el documento. Sus siete autores hasta ahora obtuvieron registros en la corte para 159. Los 21 bocetos en miniatura que ofrecen dejan sin responder preguntas importantes.

¿El padre cuyas armas fueron entregadas sugirió que él era incapaz o no estaba dispuesto a asegurarlas de su hijo de 14 años? ¿Cuántas de estas personas fueron catalogadas lo suficientemente peligrosas un año después que fuera renovada la orden? En un mundo contrafáctico sin estas órdenes, admiten los autores, “es imposible saber si habría ocurrido violencia.” Pero, los particulares son un reto para los críticos de tales leyes, algunos de quienes acusan que el proceso de California equivale a un esquema de ataque. En un Estado de 40 millones de personas, 414 casos durante algunos años no suena como una tasa abusivamente elevada de banderas rojas.

La mayoría de los 21 ejemplos incluyen amenazas específicas: “Voy a venir y a cazarlos”; “si aprieto el gatillo sobre una persona” entonces “no voy a detenerme ahí hasta ser atrapado”; “Qepd escuela secundaria [nombre borrado].”

El debido proceso es vital siempre que es recortado un derecho constitucional, incluida la Segunda Enmienda. Hay argumentos legítimos sobre cuán pesada debe ser la carga de la prueba, particularmente para órdenes de emergencia concedidas antes que pueda celebrarse una audiencia plena.

Más investigación y experiencia están justificados, y las leyes de bandera roja no son ninguna panacea para los tiroteos masivos. Pero apenas 17 Estados tienen estas leyes hoy y, si son redactadas de forma razonable, parecen estar un paso adelante: control de armas para los peligrosos e inestables. El genio del federalismo es que los Estados pueden ver lo que funciona, y pueden sacarse y difundirse útiles lecciones.

 

 

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México