Enlace Judío México e Israel.- Dominar las tierras eurasiáticas siempre ha sido difícil. Los jázaros, un pueblo oscuro de las estepas que se convirtió al Judaísmo hace muchos siglos, sobresalen como un ejemplo excepcional de cómo la geografía, economía, y religión pueden ser usadas para promover intereses geopolíticos.

EMIL AVDALIANI

Halford Mackinder, padre de la geopolítica, quien esbozó el concepto de un área central abarcando el centro y norte de Eurasia, sostuvo que Rusia fue la primera potencia en la historia en arreglárselas para aprovechar el poder de la geografía y la economía en el norte de Eurasia. Los jázaros, un pueblo oscuro que existió mucho antes del Estado ruso moderno, podrían suplicar diferir.

Los jázaros eran vecinos de dos potencias mundiales: Bizancio y el califato islámico. En la época del Imperio islámico unido y relativamente fuerte (los siglos VII al X) que dominó el vasto territorio desde España a Asia Central, los jázaros, un pueblo nómada de las estepas eurasiáticas en el Cáucaso Norte y el territorio al norte del Mar Caspio, crearon un Estado grande y poderoso.

Informes de historiadores y geógrafos islámicos, tanto como evidencia arqueológica, sugieren que junto con el nomadismo, la agricultura estaba generalizada entre los jázaros y pudieron producir bienes. Estos detalles sugieren un pueblo más bien poco conspicuo a la par de otros pueblos nómadas del pasado.

Sin embargo, una mirada más de cerca a los jázaros (cuyo idioma y origen étnico siguen siendo oscuros) sugiere que fueron bastante más interesantes como actores geopolíticos. Su comprensión del espacio geográfico y su capacidad para aprovechar el poder de sus tierras les permitió seguir siendo relevantes durante siglos. Además, su política religiosa – ellos eligieron el Judaísmo como su religión estatal – fue destacable, ya que vivían en estrecha vecindad con un mundo islámico que era condescendiente hacia otras religiones.

Pero empecemos con su conocimiento geográfico y su impulso de usar la geografía para el avance de los intereses estatales. Los jázaros levantaron su Estado en las encrucijadas de dos rutas comerciales estratégicamente importantes. Una corría desde el Mar Báltico en el norte de Eurasia al Cáucaso, el Mar Caspio, y el Cercano Oriente. La otra corría desde Asia Central (Corasmia) a la Ucrania de hoy día y los territorios de Rusia occidental.
Los jázaros se colocaron así en un punto de tránsito importante. Los comerciantes, tanto musulmanes como judíos, del Cercano Oriente, Asia Central, y tierras que ahora son Rusia y Ucrania visitaron Jazaria y su capital, Itil, sobre el río Volga.

Es asombroso lo bien que los jázaros entendieron y usaron la geografía para obtener sus objetivos económicos y políticos. Se las arreglaron para controlar los grandes ríos de la región: el Volga, el Don, y varios estuarios corriendo hacia ellos. Levantaron fortalezas y recolectaron impuestos en las grandes entradas y salidas de los ríos.

Además, los jázaros estaban en contacto con el Mar Báltico e incluso con Europa oriental y occidental. El geógrafo Ibn-Khordadbeh del siglo IX registró que comerciantes judíos de Andalucía (España) visitaron tierras jázaras. El comercio era tan activo que se han encontrado millones de monedas en tierras al norte de los mares Negro y Caspio.

El pensamiento geopolítico de los jázaros fue también visible en su deseo de controlar pasos y ciudades estratégicos tales como, por ejemplo, Daruband, entre las Montañas del Cáucaso y el Mar Caspio, en el punto donde el paso se estrecha a sólo tres kilómetros.

Estos movimientos estratégicos por parte de los jázaros los llevó a chocar con el imperio islámico, el cual también aspiraba a controlar cruces claves, y rutas de comercio transcontinentales.

Al oeste, alrededor del Mar Negro, los jázaros se encontraron enfrentando a los bizantinos, quienes también aspiraban a controlar el comercio y fortalezas estratégicas alrededor de ese mar. Pero, debido a que los musulmanes habían sido en gran medida victoriosos contra los bizantinos, los últimos decidieron aliarse con los jázaros, usando la lógica que una alianza bizantina-jázara sería demasiado para los musulmanes desde un punto de vista estratégico.

El imperio islámico coincidió posiblemente con esta evaluación, lo cual probablemente explique por qué estableció una paz repentina con los jázaros en el año 750, cuando los abasidas llegaron al poder y mudaron la capital imperial de Damasco a Bagdad.

Los bizantinos y los musulmanes estuvieron así encerrados en una batalla por una alianza estratégica con los jázaros. Ambos lados hicieron herramientas económicas y religiosas en sus intentos por influenciar a los jázaros.

Notablemente, los jázaros respondieron al cortejo doble de los imperios cristiano e islámico tomando la decisión estratégica de adoptar ninguna de sus religiones sino convertirse al Judaísmo en su lugar. Esta decisión sugiere que el pensamiento estratégico de los jázaros se extendía mucho más allá de la geografía y comercio.

Los viajeros musulmanes a Jazaria, tanto como los historiadores y geógrafos musulmanes, tomaron nota de la astucia de esta elección de la religión estatal. El Estado judaizante fue muy tolerante de los extranjeros tanto como de las religiones locales y mundiales. El sistema judicial de los jázaros consistía en “jueces” judíos, musulmanes, cristianos, y paganos que juzgaban casos concernientes a discrepancias importantes.

La comprensión de la geopolítica por parte de los jázaros se manifestó en su manejo para dominar el río, ejército, y corredores comerciales terrestres y correlacionar la geografía con la economía. Ellos lograron importante poder geopolítico estableciendo alianzas estratégicas sabias para contrarrestar las influencias militares, económicas y religiosas bizantinas e islámicas.

 

 

*Emil Avdaliani enseña historia y relaciones internacionales en la Universidad Estatal de Tbilisi y la Universidad Estatal de Ilia. Ha trabajado para varias empresas consultoras internacionales y actualmente publica artículos sobre acontecimientos militares y políticos a través del antiguo espacio soviético.

 

 

Fuente: The Begin-Sadat Center for Strategic Studies

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México