Enlace Judío México e Israel- La frase ‘odiaba las matemáticas y las ciencias en la escuela’ es universal pero, para el físico judío chileno Andrés Gomberoff,  esto no tendría por qué ser así, pues asegura que la ciencia es un tema que debería interesarnos a todos.

En entrevista antes de presentar Einstein para perplejos en la Feria Internacional del Libro Judío, asegura que las ciencias se enseñan de manera errónea y aunque reconoce que no tiene la solución.

Sabe que enseñar física, química, biología y otras materias como una verdad inapelable hace que los jóvenes se alejen de la materia.

“No sabría decir qué tenemos que hacer pero de lo que sí estoy seguro es de qué es lo que se está haciendo mal: enseñamos la ciencia como una herramienta para el futuro laboral. En realidad, el motor de la ciencia es la curiosidad, el amor por la naturaleza y se tiene que desarrollar el gusto”, reconoce el físico chileno y catedrático de la Universidad Adolfo Ibáñez.

Dice que cuando se hace hincapié en lo laboral se enseña como si todo fuera una revelación. “Se les da un libro que te dice cómo son las cosas y no que los niños salgan a conocer el mundo.”

Esto, reconoce, también ha llevado a adultos escépticos. “Ahora hay comunidades que dudan que la tierra es redonda o creen que las vacunas no sirven y creo que entonces hemos fallado en cómo enseñamos estos temas.”

EINSTEIN PARA PERPLEJOS

Cuando Andrés tenía 12 años vio por primera vez en la televisión el programa Cosmos de Carl Sagan. No solo despertó en él el interés por la ciencia, sino que fue la primera vez que vio a un científico que no cumplía con la imagen del científico loco, viejo y desaliñado. Era alguien a quien podía emular.

“Estábamos acostumbrados a la imagen de Albert Einstein, con el cabello despeinado, distraído y excéntrico”, reconoce, aunque aclara que el científico alemán es uno de sus ídolos.

Fue con estas ideas que decidió escribir Einstein para perplejos junto con el argentino José Edelstein. Un libro que intenta desmitificar al físico más reconocido del siglo pasado y ponerlo en el terreno real.

Einstein se convirtió en un ícono, un personaje pero que es poco conocido en realidad. Hay frases que se le adjudican que no las dijo nunca. Su obra es una catedral, es una de las obras cumbre de la historia y la gente se está perdiendo de todo ese conocimiento”, reconoce Andrés Gomberoff.

Compartir el amor y la pasión por las ciencias lo mueve pero reconoce que, pese a todo, las cosas no han cambiado: “lo veo con mi hijo que le enseñan igual que cuando yo iba a la escuela.”

 

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