Enlace Judío México e Israel – Muhammad al-Massab, exterrorista que cumplió una condena de prisión en Israel, viajará a Estados Unidos a finales de este mes para exponer su visión de paz entre Israel y los palestinos.

MAAYAN JAFFE-HOFFMAN

“Los palestinos y los judíos pueden vivir juntos”, dice Massab en una entrevista al diario The Jerusalem Post. “Hay tantos países que hablan de paz, pero no parece que estén realmente interesados en una solución. Creo que la solución vendrá del pueblo”.

Estas palabras vienen del mismo hombre que guarda en su cartera fotografías de cuando era adolescente y sostenía un M-16 que usaba para disparar a soldados israelíes.

Massab, casado y con cuatro hijos, reside actualmente en Haifa, donde planta olivos y cosecha aceite de oliva. Pero nació y creció en una pequeña aldea cerca de Jenin en Cisjordania.

“Nací en el seno de una familia de clase media, una familia respetada”, dijo, entre sorbos de café turco, mientras revelaba su sórdido pasado.

“Cuando comenzó la Primera Intifada, en 1987, yo tenía 13 años”, continuó Massab. “Fui reclutado por el movimiento juvenil de Fatah para arrojar piedras a soldados israelíes”.

“Cuando tenía 15 o 16 años, me dieron un arma y me uní a las Panteras Negras de Jenin. Me pidieron que luchara contra Israel”.

Pero en realidad, su militarización comenzó aún antes.

Massab comenta que asistió a su primera protesta cuando sólo tenía ocho años. Acompañó a un amigo de 11 años. En medio de los disturbios, su amigo murió por una bala en la cabeza.

“Miembros de Al Fatah cubiertos con máscaras, se acercaron y dijeron:’Miren lo que han hecho los soldados. Este pobre chico sólo arrojó unas piedras y le dispararon'”, recuerda.

Los líderes de Fatah alababan a los niños por arrojar piedras, y los jóvenes competían por quién era el más fuerte.

“Cuando ese chico murió, fuimos a su funeral. Lo convirtieron en un héroe. Pusieron su foto en carteles, escribieron un poema sobre él. Nosotros estábamos celosos de él, queríamos que nos alabaran como a él”, agregó.

En pocos años, Massab fue reclutado por el cerebro terrorista de Hamás, Yehiyeh Ayash, conocido como “el ingeniero” y quizás el mayor architerrorista que haya operado contra Israel. Ayash diseñó los primeros explosivos y entrenó al primer grupo de terroristas suicidas a mediados de la década de 1990.

En 1996, el servicio de seguridad Shin Bet mató a Ayash con un explosivo dentro de un teléfono.

“Quería que un pequeño grupo de cinco miembros de los Panteras Negras trabajáramos para él. Nos dijo que Hamás estaba trabajando en un nuevo tipo de armas y coches bomba y que si nos pidió que nos uniéramos a él para causar daños aún mayores a los civiles israelíes”, continuó Massab.

“Casi me unía, pero en el último momento me retracté. Ninguno de nosotros accedió. Nuestra meta era mejorar nuestras vidas, no morir. No queríamos convertirnos en terroristas suicidas”.

Sin embargo, a principios de los años 90, Massab y otros compañeros se acercaron a un vehículo blindado de las FDI con la intención de atacar. Al no lograrlo huyeron, pero fueron capturados días después y encarcelados. Massab pasó siete años y medio en prisión. Fue liberado en un gesto de buena voluntad poco después de los Acuerdos de Oslo.

“Cuando salí de la cárcel, me consideraban un héroe. Me llevaron al círculo íntimo de Yasser Arafat.”

En ese entonces, Arafat era presidente de la Autoridad Palestina, y Massab podría haber estado en el apogeo de su carrera militar y política. En cambio, su vida comenzó a desmoronarse.

“A medida que ascendía de rango, me daba cuenta que el terrorismo con el que había estado tan comprometido no era para mejorar vidas, sino que todo era por dinero. Vi una corrupción masiva en la cúpula de la Autoridad Palestina, la misma que existe hoy en día”.

“Descubrí que los ciudadanos palestinos, el pueblo, no son importantes para los líderes. Ellos no quieren un acuerdo de paz. Quieren ver cuánto dinero pueden ganar para su propio beneficio y el de sus familias”.

“Miré mi vida, lo mucho que había renunciado por esa gente. Mis amigos y yo morimos, fuimos heridos, arrestados, mientras que nuestros líderes iban a la discoteca a buscar chicas. Decidí que tenía que cambiar”.

Itamar Marcus, investigador, fundador y director de Palestinian Media Watch, corroboró el relato de Massab. Dijo que Arafat necesitaba el apoyo político y financiero de los países vecinos.

“Daba regalos a gente de cualquier país con el fin de mantenerlos de su lado”, dijo Marcus. “Arafat tenía cientos de millones de dólares que se embolsaba en cuentas en todo el mundo.”

Massab comenzó a crear conciencia sobre esta corrupción. Pero la primera vez que habló públicamente de ello, fue acusado de ser un colaborador.

Dijo que la Autoridad Palestina preparó un archivo para tratar de demostrar cómo Massab colaboraba con las fuerzas de seguridad israelíes contra la AP, y compartió la información con sus amigos y colegas más cercanos. Entonces fue arrestado por la Autoridad Palestina.

“Estaba sorprendido. No esperaba esto. Había entregado toda mi vida hasta entonces por mi nación”, dijo.

Massab fue torturado durante 23 días sin tener acceso a un médico ni a un abogado.

“No dejaban de pedirme que les diera la fecha en la que me conecté con el Shin Bet”, explicó. “No era colaborador. Pero me dije a mí mismo que si salía vivo de esta situación, lo primero que haría es convertirme en colaborador”.

Según Marcus, los medios oficiales palestinos, e incluso los medios privados, no informan ampliamente sobre la corrupción en la Autoridad Palestina, por temor a ser castigados.

“Todo el que critica a la Autoridad Palestina por corrupción financiera es torturado y encarcelado”, dijo Marcus. “Se han publicado varias historias de la riqueza de Mahmoud Abbas y sus hijos en medios extranjeros que no pueden ser dañados por la AP. No se conocen los mecanismos exactos, pero se sabe que hay corrupción”.

Marcus añadió que en cada encuesta realizada por ONGs a los residentes de las áreas controladas por la Autoridad Palestina en Cisjordania en los últimos tres años, alrededor del 80% de los encuestados destacan la corrupción del gobierno de la AP.

Cuando Massab volvió a su aldea, su familia se alejó de él, debido a la vergüenza que les había causado, aunque técnicamente había sido limpiado su nombre. Estaba desempleado y nadie quería casarse con él.

En 1997, ingresó a Israel con un permiso de trabajo.

“Lo primero que hice cuando llegué a Israel fue ir a la policía de Haifa y decirles que quiero ser un colaborador”, dijo.

En la siguiente década, y durante de la Segunda Intifada, ayudó a Israel y salvó vidas al impedir que sus hijos se convirtieran en terroristas suicidas, salvó las vidas de las víctimas potenciales de esos terroristas. Massab puede revelar poca información sobre estos esfuerzos, “porque pondría en peligro la vida de otros”.

También publicó un libro en árabe sobre cómo los regímenes terroristas “secuestran el Islam” y sacan el Corán fuera de contexto para promover la muerte en lugar de la vida.

En 2009, recibió el estatus de residente permanente en Israel, y ha estado trabajando silenciosamente para retribuir a su comunidad.

Massab dijo que fue invitado a la conferencia económica de Bahréin a principios de este año. Planeaba asistir, pero una vez más, fue amenazado. Agregó que la Autoridad Palestina le pagó a un asesino para que ingresara a Israel y lo matara.

“Las organizaciones de la Autoridad Palestina me presionaron a mí, a mi familia y a cualquier persona relacionada conmigo para que me impidieran ir. Habían publicado su foto en letreros para que si alguien me veía en el territorio palestino, me entregara o me matara”, dijo en la entrevista.

“Quería ir a la conferencia para ayudar a mi pueblo. Estoy a favor de cualquier plan que pueda ayudar a sacar al pueblo palestino de la pobreza y detenga la corrupción”.

La conferencia fue hace cuatro meses. Massab no asistió, pero decidió que no guardará silencio. Se contactó con la ONG Reservists on Duty (Reservistas en Servicio) y viajará a EE.UU. a fin de mes para dar una serie de charlas en los campus universitarios y dirigirse a líderes políticos y religiosos.

Visitará California, Texas, Nueva York y Boston. El viaje es patrocinado por Reservists on Duty como parte de sus esfuerzos para exponer y contrarrestar el movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones y el antisemitismo en los campus universitarios.

“Quiero a la AP fuera, están causando la muerte, y mi pueblo merece vivir. Quiero que el mundo sepa que el pueblo palestino está harto de las guerras, está harto de la sangre derramada. Queremos que el terrorismo termine también”, expresó Massab.

Asimismo, envió un mensaje a las congresistas estadounidenses Rashida Tlaib e Ilhan Omar:

“A ustedes no les importa el pueblo palestino. No saben cómo vivimos. Si vienen por un día y sienten el sufrimiento en el que vivimos, pueden dar tu opinión. Ahora, sólo ladran”, dijo.

Fuente: The Jerusalem Post / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico