Enlace Judío México e Israel – Una ceremonia especial fue organizada este lunes en Ramat Gan, para homenajear al judío mexicano Andrés Roemer, cuyo nombre hoy reluce en la urbe israelí.

El primero en ofrecer una palabras durante el evento realizado este lunes entre la hoy calle Andrés Roemer y la avenida Ze’ev Jabotinsky, fue el alcalde Carmel Shama Hacohen, mente detrás de la iniciativa para nombrar la calle en Ramat Gan en honor al multifacético mexicano por su acción a favor de Israel en 2016 en la UNESCO, quien llamó a Roemer no solo su amigo, sino “un amigo del pueblo judío” y “amigo del Estado de Israel”.

Al recordar las votaciones en contra de Israel en la UNESCO, acusó a los países implicados en estos procesos de causar daño a la organización y de deformar la historia.

Hasta el día de la votación, dijo Shama Hacohen, consideraba a la representación diplomática de México en la UNESCO un “caso perdido” por su votación constante al respecto de Israel, pero que “el valor, la valentía, la consciencia” de Roemer vinieron a echar abajo esa consideración. “Andrés no te he equivocaste. Hiciste lo justo y lo correcto”, expresó Shama Hacohen.

Shama Hacohen dijo que desde el acto de Roemer, decidió planear establecer una calle con su nombre en Israel, intención que lo llevó a tocar puertas incluso con el exalcalde de Jerusalén, Nir Barkat. Hasta que él mismo se volvió alcalde de Ramat Gan en 2018 y decidió echar a andar el plan, lo que “cerró el círculo” de la acción de Roemer a favor de Israel.

“A diferencia de todos los grandes que estuvieron aquí como Bialik o Herzl, ninguno de ellos logró en vida tener una calle a su nombre, pero tú lo has logrado porque eres una persona especial que trae alegría, amistad y amor a la gente, y siempre ayudas. Por eso, te quiero, Ramat Gan te quiere, y sabemos que eres un amigo que lo será para siempre”, concluyó Shama Hacohen al final de su discurso.

En seguida, familiares de Roemer otorgaron unas palabras, entre ellas su esposa Pamela y sus hijos, que lo consideraron un héroe en toda la extensión desde sus respectivos lazos personales.

Al tomar el estrado, Roemer dijo que de verdad quería sentir ese momento y estar en conexión con él para siempre, antes de resaltar la importancia que le da personalmente valor de la gratitud. “No puedo contener mis sentimientos, no hay una manera de explicarlo. Ojalá pudieran escuchar mi corazón, mi canción”, manifestó.

A Shama Hacohen, a quien externó un agradecimiento especial, lo llamó un “político no común”, y reconoció que desde la primera vez que lo conoció lo consideró alguien especial por su enérgica actividad en la UNESCO, organismo que Israel abandonó a finales del año pasado.

Posteriormente, Roemer recordó los pormenores y detalles ocurridos alrededor de la votación de 2016. Aseguró que desde el momento en que le dieron el puesto, sabía a qué se enfrentaría respecto a Israel en la UNESCO, pero a la vez, dijo, no perdió la esperanza de trabajar para tratar de cambiar la perspectiva de México sobre lo que no era correcto.

Afirmó que la UNESCO fue para el un sitio no solo de cultura, sino también un lugar para el pensamiento crítico, de desafío al statu quo y de “nadar contra la corriente”. Así, supo que tenía que confrontar un dilema: “estar callado o hablar. Seguir la corriente o ir contracorriente. Obedecer o desobedecer”.

El día de la votación, dijo, notó que la resolución a votar no solo negaba un hecho histórico, sino que estaba “llena de odio” y que violaba los mandatos de paz de la UNESCO. “Sabía que estaba en contra de toda la opinión en México, pero insistí: esto es lo que tiene que ser hecho”, enfatizó al recordar ese día. “Hay algo en el corazón de uno, que a veces solo tienes que hacerlo”, recalcó.

Reconoció haber sufrido bastante luego de su acto a favor de Israel, en medio del odio que recibió de muchas direcciones, que asegura nunca antes había recibido de tal manera. “Fui acusado de cosas que nunca ocurrieron. Me dijeron incluso que era un espía”, lamentó.

Relató que luego de la votación se encontró con Shama Hacohen, a quien desde ese momento reconoció como un auténtico mentsch y a un “amigo para siempre” por sus convicciones y solidaridad con él. Luego agradeció al propio Shama Hacohen por ser un factor para que se volviera embajador de buena voluntad de la UNESCO y destacó los reconocimientos que recibió.

Aseveró que de existir un único momento en su vida por el que se viera destinado a repetir su vida por toda la eternidad, sería el que vivió hoy en la calle que lleva su nombre en Ramat Gan.

“Estar callados o hablar. Obedecer o desobedecer. Pueden actuar, desobedecer, ir contra la corriente, pueden ser como un judío que dijo ‘no creeré en muchos dioses sino en uno solo’. Pueden volverse un rebelde. Pueden hacerlo. Pero el precio podría ser muy alto. Venimos aquí a hacer un mundo mejor, Tikun Olam. Por lo que para mí, este particular momento es sobre eso. El punto es que las generaciones venideras nunca obedezcan, se mantengan calladas o sigan la corriente cuando algo vaya en contra de la humanidad”, concluyó Roemer.

La ceremonia concluyó con una interpretación de la canción Jerusalén de oro y del himno nacional de Israel con los presentes en el evento.

En comentarios previos a la ceremonia, Roemer emitió un agradecimiento especial a Enlace Judío.

“Le agradezco infinitamente a Enlace Judío, que si no hubiera sido por ellos, mucho de la pelea de lo que es la verdad no hubiera sido sucedido. Siempre ha sido incondicional y un gran medio profesional, objetivo e imparcial”, manifestó camino al sitio donde se realizó una ceremonia especial por el evento.

“Son los momentos más importantes sin duda alguna de mi vida, y como un principio y una condición de ser. Agradezco que en todo este camino, Enlace Judío ha sido parte de esto. Hoy festejo y celebro junto con Enlace Judío. Gracias a todos los lectores de Enlace Judío. Es el medio de los que más valen la pena en el mundo”, agregó.

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