Enlace Judío México e Israel – Es bien conocido el sufrimiento que enfrentaron los judíos europeos durante la Segunda Guerra Mundial. No lo es tanto la situación que vivía este pueblo en Palestina en la misma época. Antes de la fundación del Estado de Israel se vivieron tiempos críticos. 

 

 

 El nazismo de Hitler no tenía solo matices racistas, pues con la invasión a Polonia, el 1 de septiembre de 1939, el Fhurer del 3er Reich demostró que sus ideas racistas tenían también intenciones expansionistas. Dos días después a esta invasión, los británicos entraron en la guerra para tratar de frenar el avance nazi y con esto el mundo se dividió en dos: los que estaban con Hitler y los que estaban contra él.

 Para los judíos de Palestina la situación no era sencilla. Por un lado estaba Adolfo Hitler con su profundo antisemitismo y por el otro, estaban los británicos que negaban a los refugiados judíos europeos la entrada a Palestina, y con esto les impedían salvar sus vidas. Es cierto, había que ayudar en todo lo necesario para impedir que aquel Fhurer racista siguiera implementando sus acciones antisemitas, aunque esto significara colaborar con aquellos que no estaban siendo piadosos ante las muertes judías. Sin duda, una situación complicada para los judíos de Palestina, pero David Ben Gurión no pudo decirlo mejor: “Ayudaremos a los británicos en la guerra como si no hubiera libro blanco y lucharemos contra el libro blanco como si no hubiera Guerra.”

 El avance nazi era asombroso. Entre 1939 y 1942 el ejército de Hitler había logrado conquistar Austria, Polonia, Checoslovaquia, Noruega, Dinamarca y Holanda pero en junio de 1940 cayó un pilar esencial: Francia.

 Aterrados por el avance nazi, los judíos de Palestina dedicaban todo su día a hacer lo necesario para fortalecerse. En 1941 se formó el Palmaj, un grupo de élite militar, mientras que al mismo tiempo se seguía mejorando la Haganá. Sin embargo, las noticias de lo que sucedía en los campos de concentración nazis llegaron hasta Palestina y el miedo no podía ser mayor.

 En el invierno de 1943, en medio de la pesadilla, hubo un hecho inspirador: mil niños judíos lograron escapar del nazismo hacia Teherán; de ahí pasaron por Rusia hasta llegar a Uzbekistán; luego viajaron a través de la India para llegar a Palestina. Después del largo viaje, el tren llegó y cientos de judíos fueron a recibir a los pequeños a la estación de Rejovot. Se trataba de un millar de bebés y niños que a su corta edad no tenían familia ni hogar; quedaba claro que aunque las condiciones eran extremadamente difíciles los judíos tenían una causa inspiradora por la cual luchar.

 A finales de 1943 se comenzó a visualizar la derrota nazi, y ante esto la polémica sionista, que durante cinco años había estado en pausa por la guerra, se volvió a desatar: ¿Luchar por el estado judío por la vía diplomática o por la vía militar? Cuando la pregunta empezaba a generar debate, la organización judía Stern ya había dado un terrible golpe a los británicos asesinando al Lord Walter Moyne, ministro de estado destinado a Medio Oriente y sobre todo, amigo de Winston Churchill.

Moyne fue asesinado por ser conocido como un poderoso británico antisionista; sin embargo, esta muerte provocaba un gran daño al proceso político que David Ben Gurión estaba llevando, por lo que el reconocido líder judío se deslindó de dicho asesinato, intentando que esta tragedia injusta no afectara su proceso diplomático. La enemistad entre miembros de la Haganá y miembros del Irgún o de Stern fue tanta, que David Ben Gurión entregó terroristas judíos a las autoridades británicas. La Haganá luchaba por un estado judío en Palestina y tenía claro que ningún estado sería concedido a un puñado de terroristas, cualquiera que afectara la vía diplomática estaba causando heridas de muerte a la causa sionista.

 

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