Enlace Judío México e Israel – El año pasado, Aram y su familia, kurdos nativos del norte de Siria, huyeron al Kurdistán iraquí tras los ataques del ejército turco y sus aliados de las Fuerzas Armadas Sirias Libres en África. Cientos de miles de sirios se han convertido recientemente en refugiados debido a la ofensiva turca.

MAAYAN HOFFMAN

Cuando Aram llegó al Kurdistán iraquí, su hijo Ajwan de 3 años y medio requirió una cirugía a corazón abierto que no estaba disponible allí, pero un médico estadounidense le dijo que el niño podía ser tratado en Israel.

“No tuve miedo de venir a Israel, aunque me advirtieron que podía perder mi pasaporte sirio”, dijo Aram al Jerusalem Post.

En poco tiempo, Ajwan contactó a la ONG cristiana sionista Shevet Ajim, con sede en Jerusalén, que consiguió las visas para ambos y organizó la cirugía de corazón para Ajwan en el Centro Médico Sheba de Tel Hashomer.

El objetivo de Shevet Ajim es ayudar a niños no israelíes a recibir atención médica que les salve la vida en Israel. Los esfuerzos continúan a pesar de las recientes escaladas, explicó Jonathan Miles, director de la ONG. En los últimos 10 meses, ha organizado el tratamiento en Sheba, así como los visados para 41 niños kurdos iraquíes, y tres de Siria. Miles indicó que el domingo llegarán dos nuevos pacientes de las zonas devastadas por la guerra.

El programa se enfoca específicamente en cirugías de corazón para niños.

“Para que un niño kurdo venga aquí, su visa tiene que pasar por el escritorio del ministro del Interior, quien limita la entrada a aquellos que requieren atención médica para salvar sus vidas”, dijo Miles, y especificó que las familias vuelan a través de Jordania hacia Israel.

“Con 200 mil a 300 mil kurdos han que buscado o están buscando refugio en el norte de Irak, supongo que otros 20 a 30 niños con enfermedades cardíacas congénitas necesitarán tratamiento, e Israel “tendrá la oportunidad de tenderles la mano”.

La mayoría de las cirugías son realizadas por el Dr. David Mishali, director del Centro Internacional de Cardiopatía Congénita del Hospital Infantil Safra de Sheba. Sin estas cirugías, los niños morirían o sufrirían de debilitamiento.

“En muchos casos, cuando leemos el historial médico de los niños, difiere de lo que descubrimos en nuestros exámenes médicos avanzados”, explicó Mishali. “Eso es porque en muchos países del Tercer Mundo, la tecnología médica está casi 60 años por detrás de los países occidentales desarrollados, como Israel”.

De manera similar, Mishali dijo que tiene que considerar cuidadosamente el tipo de cirugía porque los pacientes están siendo enviados de vuelta a un país donde hay poca o ninguna atención primaria.

Dijo que rara vez puede hablar directamente con las familias debido a las barreras del lenguaje. La mayoría de los pacientes kurdos no hablan árabe, así que tienen que comunicarse a través de alguien que hable árabe y kurdo.

El cirujano explicó que en base a las noticias, sabe que sus pacientes más recientes acudirán a él tras un trauma extenso. Sin embargo, dijo que no se centra en los recientes acontecimientos en Siria o Irak, ni en las políticas de la región.

“Los atiendo como a mis pacientes israelíes”, dijo. “Son gente hermosa, cálida y auténtica. Es un placer cuidar de ellos”.

Los pacientes son apoyados por un equipo multidisciplinario de trabajadores sociales, enfermeras y otro personal.

Aram explicó que ni ella ni otros kurdos “son rehenes en el hospital”, y que Sheba e Israel les permiten salir bajo la supervisión de Shevet Ajim para conocer el país, visitar Tel Aviv, Jerusalén y rezar en el Monte del Templo.

“Estoy agradecida por toda la ayuda, y especialmente a los médicos de Sheba por salvar a mi hijo”, expresó.

Fuente: The Jerusalem Post / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico