Enlace Judío México e Israel.- Para aquellos que seguimos desde hace años la historia de la Segunda Guerra Mundial, no podemos dejar de señalar que el año 1942, fue el año donde se quebró el mito de la invencibilidad de las tropas nazis.

DR NATALIO DAITCH

Dos hechos marcaron la inflexión de la contienda: 1) La victoria de los soviéticos en Stalingrado capturando el sexto ejército alemán, y 2) El desembarco anglo-estadounidense en el norte de África en Túnez (Operación Torch) a los fines de derrotar a la coalición de los italianos con los alemanes, que querían hacerse con Egipto, cruzar el Canal de Suez y conquistar los pozos de petróleo de Medio Oriente.

El Alamein y el peligro para la judeidad local.

La realidad histórica donde el general británico Montgomery detiene al Mariscal Rommel en la localidad de “El Alamein”, haciendo naufragar el deseo nazi de conquistar Egipto y llegar a lo que en ese tiempo se denominaba Palestina y poder conquistar vitales zonas donde hacerse de crudo y combustible para continuar alimentado su monstruosa maquinaria bélica. Todo esto en sincronía con el complicado y hasta peligroso viaje del Rab Isaac Alfie Z”L para llegar a Egipto a orar en la tumba del Rabi Yaacob Abujatzira Z”L enterrado en Daman Hur, para pedir por la salvación de la judería de todo el norte de África, palestina y el resto de los países del Medio Oriente.

El esfuerzo visible y material de muchos que dejaron la vida para salvar la de muchos otros miles, y de este Jajam, donde el esfuerzo radica en la fuerza de la oración, a los fines de pedir la clemencia divina, y que frente a las tumbas de grandes tzadilim y hacedores de milagros, el remanente de los hebreos pueda salvarse y no correr igual suerte que sus hermanos en la Europa ocupada bajo la bota nazi.

Año de salvación.

Con ciertas semejanzas a la historia de Purim, la derrota del Afrika Korps, alejo el cuchillo de la garganta de más de 415.000 judíos que residían en Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Egipto, y la comunidad israelita palestina y del resto de los países árabes.

Es sabido que había un plan donde si los alemanes triunfaban, las poblaciones árabes y musulmanas se alzarían contra los aliados y atacarían a sus vecinos judíos en todos los países de su dispersión. Esta intención se veía reforzada por el estrecho lazo del Mufti de Jerusalem (Hajj Amin el Husseini) y su llegada al mismísimo Hitler y con el jefe de la Gestapo Himmler. En cada reunión con estos carniceros, el Mufti de los árabes-palestinos reclamaba el exterminio de los judíos.

Final agridulce.

Frente al milagro del 1942 y principios de 1943, nos queda el sabor amargo y el dolor profundo por el exterminio casi total de las comunidades de judíos sefaradíes de Grecia, los Balcanes, Holanda, y de algunas deportaciones que lograron concretar los esbirros nazis en el norte de África.

De todas formas, no podemos entender la totalidad del plan divino, y del enorme castigo sufrido por todo el pueblo judío (askenazíes y sefaradíes), y por otro lado Hashem nos dejó un resto, y luego, a solo tres años de la terrible Shoá, poder ver con ojos lacrimosos el nacimiento del Estado de Israel y el renacer milagroso de una nación herida. Que sea Israel el principio de nuestra redención final y no sepamos más de angustias ni pesares.

Amén.