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Bernie Sanders es el único candidato presidencial judío que se presentará a los comicios de 2020 en Estados Unidos. Sanders, quien nació en 1942 en Nueva York, es hijo de sobrevivientes del Holocausto que llegaron de Europa.

ANDRÉ MOUSSALI

Su vida personal ha estado un poco revuelta. En 1963 conoció a Debora Shiling en la universidad, y ambos fueron voluntarios durante varios meses en el Kibutz israelí Sha’ar Ha Amakim. Se casaron en 1964, pero se divorciaron en 1966 sin tener hijos. El único hijo biológico de Sanders, llamado Levi Sanders, nació en 1963, de una unión libre con Susan Campbell. En 1968 se casó con Jane O’meara. El día de su boda la pareja visitó la Unión Soviética como parte de una delegación oficial, de la que él formaba parte en su calidad de alcalde de Burlington. Sanders considera a los tres hijos de Jane como suyos.

El veterano candidato describió su educación como judío-estadounidense en un discurso de 2016. Su padre asistía a la sinagoga solamente en Yom Kipur. Sus celebraciones religiosas se limitaban principalmente a los Seders de la Pascua con sus vecinos. Y Larry Sanders, su hermano, dijo que sus padres “estaban muy contentos de ser judíos, pero no creían firmemente en Dios”. Bernie tuvo un bar miztvá en el histórico centro judío de Brooklyn donde creció.

En 1963, en cooperación con el movimiento juvenil sionista-laborista Hashomer Hatzair, Sanders y su primera esposa se ofrecieron como voluntarios para el kibutz Sha’ar Ha Amakim; su motivación fue tan socialista como sionista.

Cuando se convirtió en alcalde de Burlington, Sanders permitió que se colocara una Menorá del movimiento Jabad en el ayuntamiento. Inauguro públicamente la Menorá en Janucá, y realizó el ritual religioso judío de bendecir las velas. Su temprano y fuerte apoyo jugó un papel importante en la celebración de Menorás públicas, ahora generalizada en todo el mundo. Cuando se le preguntó sobre su herencia judía, Sanders dijo que estaba orgulloso de ser judío, pero que no era “particularmente religioso” y no estaba activamente involucrado con la religión organizada. “Creo que cada quien cree en Dios a su manera. Para mí significa que todos estamos conectados, que toda la vida está conectada”.

Sanders no asiste a la sinagoga y trabaja en Rosh Hashaná, un día en el que los judíos generalmente no trabajan. Ha asistido a celebraciones de Yahrzeit, como una que se celebró en memoria del difunto padre de un amigo. Y en 2015 fue a una ceremonia de expiación Tashlikh con el alcalde de Lynchburg. La actual esposa de Sanders es católica romana, y con frecuencia ha expresado su admiración por el Papa Francisco, diciendo que “el líder de la Iglesia Católica está planteando cuestiones profundas. Es importante que escuchemos lo que dice”. Sanders ha admitido que se siente cercano a las enseñanzas económicas del Pontífice, y lo ha descrito como “increíblemente inteligente y valiente”.

Nacido y crecido en el neoyorkino barrio de Brooklyn, Sanders se graduó en la Universidad de Chicago en 1964. Mientras era estudiante, fue un activo organizador de protestas para el Congreso de Igualdad Racial y el Comité de Coordinación de Estudiantes No Violentos, durante el movimiento por los Derechos Civiles. Como alcalde de Burlington fue reelegido tres veces, y ganó las elecciones por Vermont para la Cámara de Representantes en 1990.

Ahí Sanders se desempeñó durante 16 años, antes de ser elegido para el Senado en 2006; y luego ser reelegido en 2012 y 2018.

En abril de 2015, Sanders anuncio su campaña para la nominación demócrata a presidente de Estados Unidos. Ganó aproximadamente el 43% de los delegados comprometidos, mientras que Hillary Clinton ganó el 55%. Su campaña se destacó por el entusiasmo de sus partidarios, así como por el rechazo a las donaciones de grandes corporaciones. En 2016 apoyó formalmente a Clinton en su campaña electoral contra el republicano Donald Trump.

Durante su alcaldía, Sanders se proclamó a sí mismo como socialista, y así fue calificado por la prensa. Durante la década de 1980, Sanders fue un crítico constante de la política exterior de Estados Unidos en América Latina. En 1985, el ayuntamiento de Burlington organizó una conferencia de Noam Chomsky. En su presentación, Sanders elogió a Chomsky como “una voz muy importante en el desierto de la vida intelectual de Estados Unidos”. Y dijo que estaba “encantado de recibir a una persona de la que creo que todos estamos muy orgullosos”. Chomsky es conocido por ser un asiduo crítico de la política exterior de Israel y Estados Unidos, países ambos a los que ha calificado como “Estados terroristas”.

Sanders votó en contra de las resoluciones que autorizaban el uso de la fuerza contra Irak tanto en 1991 como en 2003, y se opuso firmemente a la invasión. Pero en 2001 votó a favor de la autorización del uso de la fuerza militar contra los terroristas.

El 19 de febrero de 2019, Sanders anuncio en Vermont que nuevamente buscaría la nominación del partido Demócrata para presidente de Estados Unidos en las elecciones de 2020. Las encuestas nacionales de mayo y septiembre lo colocaron en segundo lugar, detrás de Joe Biden. Pero el 1 de octubre Sanders fue hospitalizado, después de experimentar dolores en el pecho en un acto de campaña en Las Vegas. Se le encontró un bloqueo en la arteria coronaria y se le insertaron dos stents. Aunque la naturaleza de su condición no se reveló inicialmente, más tarde se supo que tuvo un ataque cardiaco. Sin embrago, en el debate demócrata del 15 de octubre declaró que “estoy sano y me siento genial”, para tranquilizar a los votantes sobre su salud y su capacidad de asumir los deberes de la presidencia.

Sanders tiene ahora el apoyo de “The Squad”, las cuatro congresistas que defienden el movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones) contra Israel. Estas son Alexandria Ocasio-Cortez, Ayanna Pressley, Ilhan Omar y Rashida Tlaib, aunque esta última (de origen palestino) ha vacilando recientemente sobre su apoyo a Sanders. Omar y Tlaib son las dos primeras mujeres musulmanas que han llegado al Congreso estadunidense. Estrellas en ascenso, todas son definidas como progresistas, y sus críticas contra Trump son frecuentes y directas. Todas son más críticas hacia Israel que la mayoría de los legisladores demócratas.

Sanders, quien es judío y vivió un tiempo en un kibutz israelí, también se observa más crítico hacia Jerusalén que sus contendientes a la nominación presidencial. Ha dicho que consideraría recortar la ayuda exterior estadunidense a Israel para presionar a su gobierno a que abandone la construcción de los asentamientos y retire la presencia israelí en Cisjordania. En junio pasado posó con los activistas de “If Now, Now”, con un cartel que decía “judíos contra la ocupación”.

Como dice el dicho: “Con este tipo de amigos, ¿quién necesita enemigos?”

 

 

 

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