Enlace Judío México e Israel.-Coincide en estos meses el período electoral y formación de nuevo gobierno en varios países sudamericanos y también en Israel. Nos interesa hacer una comparación en los efectos electorales de Uruguay e Israel, porque nos toca personalmente, y porque ambos países son declarados los más democráticos en sus respectivas zonas.

MAURICIO ALISKEVICIUS

En Uruguay había un consenso en una importante cantidad de votantes no para elegir a tal o cual presidente sino para lograr que cambie el partido político gobernante los últimos períodos. En Israel, en cambio, el consenso importante era sacar de su cargo al primer ministro, no importaba qué partido tendría mayoría.

En ambos casos la solución lógica era simple: unirse diferentes partidos que tuvieran como meta hacer efectivo el cambio que ansiaban.

En Israel no lo hicieron, tuvieron que realizar una segunda elección y aún continúan sin lograr unirse quienes buscan el mismo fin. Si no lo logran en estos días, tampoco lo lograrán con una tercera elección.

En Uruguay existe el ballotage, que es una medida democrática que logra lo que no se logró en la primera votación. No existe en Israel, primer punto en contra de la legislación israelí.

En Israel una gran mayoría se queja de que no tenemos una Constitución que rija claramente la forma de gobierno, y un régimen parlamentarista que si bien teóricamente es muy democrática, en la realidad es la culpable de que existan tejes y manejes con lo que siempre será una minoría la que dictamine quién será primer ministro y quien dicte las leyes, o sea lo contrario a una buena democracia.

En Uruguay existe el voto en blanco. Es un voto positivo, incide en los resultados y el reparto de cargos, pero además si pasa de un determinado porcentaje significa que el pueblo está desconforme con: los candidatos y sus listas, y con la Constitución vigente.

Cuando los votos en blanco superan el porcentaje reglamentado, toma el poder la Suprema Corte de Justicia y convoca a una asamblea constituyente para que elabore una nueva Constitución y se llame posteriormente a nuevas elecciones. En otros países varía un poco; por ejemplo en España, quedan vacías las bancas parlamentarias que corresponderían al número de votos en blanco.

¿Qué sucede en Israel? Luchas internas en los partidos, luchas entre partidos, intentos fallidos de formar coaliciones que no pueden lograr una mínima mayoría de 61 en 120. Un país paralizado, un país rodeado de enemigos en pie de guerra donde un descuido de minutos puede ser fatal para la existencia de todo el país .

¿Cuál de estos es el mejor mecanismo? ¿Cuál es más democrático?

Se oye por ahí que una de las soluciones podría ser nombrar futuro Presidente a quien hoy muchos no quieren como Primer Ministro. ¿Tiene algo de lógica esto? ¿El cargo de presidente no está reservado para personalidades que demostraron sus cualidades positivas?

Por lo mencionado, el sistema político imperante está obsoleto, demostró que no sirve, que depende de voluntades individuales de los políticos, algo que muchas veces resulta negativo, contraproducente, egolatrías que no respetan al ciudadano común, o ideologías que nos conducirían a la Edad Media por querer implantar teocracias en lugar de democracia.

Mientras tanto sufrimos: socios que nos abandonan, capitales que dudan en invertir, valores humanos que emigran, y ni hace falta mencionar que nuestros –muchos- enemigos se están restregando las manos, y como los buitres, afilando sus picos para devorar al Estado de Israel apenas vean la debilidad para combatir por su supervivencia.

GRACIAS SEÑORES POLITICOS POR LA TRANQUILIDAD Y SEGURIDAD QUE NOS BRINDAN.

 

 

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