Enlace Judío México e Israel.- Queridos amigos, los organismos internacionales y la Unión Europea (UE), nos pretenden convencer que todo lo que haga Israel, es un obstáculo para lograr la paz entre israelíes y palestinos.

EDUARDO HADJES

La última gracia de Federica Mogherini, Canciller de la UE, es asegurar que los asentamientos autorizados para levantarse en Judea y Samaria, son ilegales, en contradicción al gobierno americano que los declaró legales. ¿Deben pedir autorización para efectuar construcciones en territorios que antes no les pertenecían, los países de Europa? ¿Fue de algún país que yo desconozca, estos conjuntos habitacionales levantados en Judea y Samaria, aparte del Estado de Judá, destruido hace 2 mil años, por los romanos?

El argumento encontrado esta vez por la permanente detractora israelí, es que con ellos, se imposibilita la solución al conflicto israelo-palestino. ¿Se habrá preguntado tan eminente dirigente europea, por qué, durante tantos años sin esos asentamientos, no se solucionó dicho conflicto?

Este es tan sólo el último ejemplo que podemos dar, pero no el único. Si desde la Franja de Gaza se disparan cientos de cohetes en contra de ciudades israelíes, con el peligro inminente de asesinar civiles, nadie lo condena ya que, aparentemente, no es un obstáculo para lograr la paz y la solución a este largo conflicto. Tan pronto Israel responde, aplicando el principio universalmente reconocido a la legítima defensa, de inmediato surgirán las críticas a Israel por tener la osadía de defenderse.

La semana pasada, la Yihad Islámica Palestina, disparó en 6 horas, 190 cohetes y morteros contra el sur de Israel, en venganza por la eliminación por parte de este último, de su comandante Baha Abu Al Ata. Fue eliminado (con un mínimo de daño colateral) ya que estaba a cargo desde mucho tiempo del lanzamiento de cohetes contra el sur israelí. ¿Por qué lo hacía? Entre otras cosas, porque ningún organismo defensor de los DDHH lo condenaba.

Para vengar su muerte, la Yihad inició esta lluvia de cohetes que, finalmente, en 48 horas, sobrepasó los 400 disparos. En las respuestas israelíes, fallecieron 18 palestinos, todos integrantes de la Yihad. Sólo la respuesta israelí fue un obstáculo a un acuerdo de paz. ¿Se preguntará alguien por qué antes del asesinato por parte de Israel de Baha, efectuaban los terroristas sus permanentes ataques contra civiles, así como ahora la Yihad justifica su actuar por venganza? Como de costumbre, los terroristas amenazaron a Israel poco menos que con su destrucción total, si tenía la osadía de responder.

Al hacerlo, la mayoría absoluta del Consejo de Seguridad de la ONU y los organismos defensores de los DDHH, clamarán al cielo, condenando a Israel, por tal acto de legítima defensa que, entre otras cosas, dificulta el llegar a un acuerdo entre las partes. Se comprende que nadie recuerda que, cada vez que altos dirigentes israelíes se han sentado a la mesa de negociaciones con sus pares palestinos, estos siempre se las arreglarán para encontrar, a última hora, algo que haga fracasar la posibilidad de un acuerdo. Los motivos serán múltiples, pero el resultado siempre será el mismo.

Arafat primero y ahora Abbas, sacarán debajo de su manga, un petitorio que sea absolutamente imposible de aceptar por parte del gobierno israelí.
Como se comprenderá, siempre la culpa será de Israel que pone obstáculos para lograr la paz. Si el haber aceptado las solicitudes palestinas, significaría su inminente desaparición, para la comunidad internacional no es problema.

Si en cualquier país del mundo, terroristas cometen un atentado, la repulsa y condena generalizada no se hace esperar. Si ese atentado se da en Israel, se esperará la respuesta israelí, para ser condenado, ya sea por el uso desproporcionado de la fuerza, por ser más efectivos que los terroristas palestinos o, simplemente, por ser un nuevo obstáculo para la paz.

En los momentos en que escribo este comentario, múltiples incendios acosan Valparaíso y sus alrededores. Indignadas, nuestras autoridades afirman que todos ellos han sido ocasionados en forma intencional y, como es lógico, la gran mayoría de los chilenos, condenamos tan deleznable hecho.

Transversalmente, todos se unen para repudiar el actuar de desalmados que pueden cometer tan brutal acto, dañando miles de hectáreas de bosques, casas, generalmente de humildes pobladores, cortando caminos y, lo más importante, el daño ecológico que significa quemar estos bosques tan necesarios para proteger el cambio climático, tan de moda últimamente.

Nuestras autoridades no dudan en calificar estos incendios deliberadamente provocados, de actos terroristas y, como es de esperar, serán investigados a objeto de que sus autores, reciban su respectivo castigo.

Me llama poderosamente la atención el doble estándar que esto significa. Desde hace más de un año, Israel viene luchando en el sur de su territorio, contra reiterados y permanentes actos terroristas por parte de gazatíes, los cuales, en cantidades asombrosamente numerosas, lanzan globos incendiarios en contra de su territorio. Al igual que en Chile, miles de hectáreas han sido consumidas por fuegos arrasadores, en estos actos demenciales. Nuevamente, aplicando el principio de legítima autodefensa, Israel actúa cuidando meticulosamente ocasionar el mínimo posible de daño a civiles palestinos, en contraposición a los terroristas de Hamás o de la Yihad Islámica, que efectúan sus ataques tratando de dañar y asesinar al máximo posible de civiles israelíes.

El Consejo de defensa de los DDHH de la ONU, jamás condenará el actuar palestino, guardando ominoso silencio. Igualmente, y con una firmeza digna de mejor causa, condenará a Israel por defenderse, ya que al hacerlo, crea obstáculos para lograr la paz entre las partes.

Hoy, estamos viendo cómo estos organismos internacionales, supuestamente defensores de los DDHH, distorsionan las noticias, para condenar a Carabineros de Chile e incluso al gobierno mismo, por violar estos derechos que sólo deberían proteger a saqueadores de supermercados, fábricas, bancos, grandes y pequeños comercios, incendiando todo lo que pueden, actuando hasta paralizar el metro de Santiago, destructores despiadados de la infraestructura del país, con un costo de miles de millones de dólares. Por desgracia, ellos son intocables. Sólo nuestras fuerzas de Orden y autoridades de gobierno son condenadas.

No sé si la injusticia que se está cometiendo en contra de Chile y los daños producidos por terroristas irracionales, hará reaccionar a nuestras autoridades, la próxima vez que organismos internacionales, llamen a condenar a Israel, por defenderse de lo que ahora, estamos sufriendo en carne propia, ya que hasta éste momento, Chile siempre ha respaldado a los terroristas palestinos, votando en contra de Israel.

David ben Jaim

 

 

 

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