Enlace Judío México e Israel.- Este domingo 24 de noviembre fue inaugurada en Israel la Casa de Peregrinos de Magdala, ciudad donde según la tradición, nació o vivió María Magdalena, la fiel discípula de Jesucristo. El complejo está compuesto por dos edificios con 160 habitaciones para hospedar a peregrinos de todo el mundo.

Presente estuvo en la inauguración Nathan Shteremberg, presidente de Enlace Judío México.

La inauguración fue presidida por el cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo Primado de México, en virtud de que se trata de un proyecto liderado por mexicanos, teniendo a la cabeza al sacerdote Juan María Solana L.C., quien hace 15 años comenzó a trabajar la idea de tener en este lugar, ubicado a la orilla del Mar de Galilea, un espacio digno para albergar a visitantes.

Durante la Misa de inauguración, el Cardenal Carlos Aguiar Retes aseguró que, para conocer mejor la vida de Jesús y sus apóstoles, se dispone ahora de un centro de peregrinaje que permite a todo creyente contextualizar las narraciones de los Evangelios.

El Arzobispo Primado destacó la importancia de la inauguración de este complejo de Magdala, y en la Eucaristía elevó sus oraciones “para que quienes la visiten sea muy fecunda su estancia y fortalezcan su convicción de transmitir a las nuevas generaciones, la Buena Nueva, proclamada por Jesucristo, precisamente en esta bella región del Lago de Galilea”.

Por su parte, el padre Juan María Solana, director del Proyecto Magdala, se congratuló por la cantidad de personas de diferentes confesiones religiosas que asistieron al acto inaugural, y que de una u otra manera colaboraron en lo que es hoy este complejo: “siento que hoy está aquí la familia de Dios: hay cristianos de diversas denominaciones, hay judíos, hay musulmanes; todos hijos de Dios en esta Tierra Santa”.

El sacerdote dejó en claro que la inauguración de Magdala no puede considerarse una meta, “sino un inicio muy hermoso para ayudar a mucha gente a conocer esta tierra, y de esa manera favorecer su acercamiento a Dios. Queremos que Magdala sea un espacio para el encuentro de los peregrinos consigo mismos y con Dios”.

El padre Cipriano Sánchez García L.C. rector de la Universidad Anáhuac México resaltó que Magdala es un proyecto de mexicanos y de México, toda vez que fue la institución que él encabeza, junto con la Universidad Nacional Autónoma de México, las que hicieron los primeros estudios de la riqueza arqueológica que se encuentra en el lugar. “Creo que los mexicanos nos debemos sentir muy orgullosos de ser una de las naciones a las que el Estado de Israel le ha permitido escavar y encontrar lo que se tiene aquí”.

Resaltó también “la calidad, excelencia y pulcritud con la que se han hecho las investigaciones, que debe ser motivo de mucho orgullo. En México tenemos gente de la talla de la arqueóloga Marcela Zapata-Meza, de la Universidad Anáhuac, quien ha sido pieza clave en este proyecto, demostrando lo que, como mexicanos, somos capaces de hacer”.

El sacerdote Cipriano Sánchez adelantó que la Universidad Anáhuac de México está trabajando en una publicación de todo lo que se ha encontrado en Magdala, pues prácticamente –dijo- se ha sacado una ciudad del siglo I a flote: las calles, los mercados, la sinagoga, las casas; en fin, “muchos elementos que deben ser integrados a una publicación científica, la cual podría estar lista en enero”.

En la inauguración también estuvieron presentes Su Excelencia Arzobispo Mons. Pierbattista Pizzaballa, Administrador Apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, Su Excelencia, Arzobispo Mons. Leopoldo Girelli, Nuncio Apostólico a Israel, P. Eduardo Robles Gil, Director General de los Legionarios de Cristo, el Alcalde de Migdal – Nathanial Alfasi, Johanna von Siemens, Directora de la Sección de Mujeres consagradas en la Tierra Santa, y el P. Juan María Solana, Director de Magdala, al igual que muchos bienhechores y personalidades de Israel y de más de 23 países.

Con la apertura de este complejo, también quedó inaugurada una nueva ruta de peregrinaje, toda vez que el Mar de Galilea o Lago de Tiberiades o de Genesaret, facilita el acceso hacia otros lugares santos, como el Monte de las Bienaventuranzas, Caná, Monte Tabor, Monte Arbel, Nazaret, Tabha, Cafarnaúm, el Monte Carmelo, entre otros, mientras que las vías de comunicación hacen posible estar en Jerusalén sólo en un par de horas.