Enlace Judío México e Israel.- Corbyn no ha ´tolerado´solamente las actitudes antisemitas. Ha transformado activamente al Laborismo en un refugio seguro para el odio al judío.

DAVID HARSANYI

En un tweet, ahora borrado, el Washington Post informó a sus 14 millones de seguidores que la condena histórica a Jeremy Corbyn por parte del Gran Rabino del Reino Unido fue provocada por el fuerte apoyo del líder del Partido Laborista a los “derechos palestinos.”

Como señalaron rápidamente numerosas personas, esta es una falsedad detestable. De hecho, el artículo al cual hacía referencia el tweet destaca que una revisión de comentarios online por parte de miembros del Laborismo descubrió “ejemplos de negación del Holocausto, estereotipos crudos de banqueros judíos, teorías de conspiración culpando a Israel por el 11/S, e incluso un individuo que pareció creer que Hitler había sido incomprendido.”

A pesar de esto, el resto de la historia del Post tiene algo de encubrimiento. Como tantos otros que han cubierto el deterioro moral del Laborismo, sale de su camino para destacar que, “Corbyn, junto a muchos en la izquierda de su partido, son fuertes partidarios de los derechos de los palestinos y críticos feroces del gobierno de derecha de Israel.” Esta insinuación — que la animosidad corbynista hacia la judería británica es predicada sobre la existencia de un “gobierno israelí de derecha” — es un mito.

Por un lado, a pesar de la percepción del público, la coalición de centro-derecha dirigida por Benjamin Netanyahu no ha alterado la política israelí que gobierna la Margen Occidental y Gaza en alguna forma significativa respecto a sus predecesores (aparte de, tal vez, ofrecer a los palestinos más autonomía). Por el otro, aun si Netanyahu hubiese alterado esa política, nunca ha habido — y casi con seguridad nunca habrá — ningún gobierno israelí de derecha, izquierda, o centro que aplacaría al corbynista promedio.

El vínculo que traza el Post es insensato. ¿Vamos a creer que el Líder de la Oposición Más Leal de Su Majestad se refirió a los grupos terroristas antisemitas tales como Hamás y Hezbolá como sus “amigos” en un discurso frente al Parlamento porque él estaba preocupado por las negociaciones de status final? ¿Apareció Corbyn múltiples veces en el canal de propaganda del régimen iraní negador del Holocausto y partidario de Hamás porque él extraña a Yitzhak Rabin?

El hombre que participa en una ceremonia de ofrendas florales en el 2014 para los terroristas que asesinaron a los atletas israelíes en las Olimpíadas del Verano de 1972 y miente cuando se le pregunta si es “antisemita decir que los sionistas Rothschild dirigen a los gobiernos mundiales” no es amigo de los judíos.

Israel se vislumbra grande en la visión del mundo de Corbyn. El partido Laborista dirigido por él fue inicialmente incapaz de adoptar la Alianza Internacional de Recordación del Holocausto del antisemitismo hasta que la tremenda presión exterior los obligó. ¿Por qué? Porque las directrices entraban en conflicto con su antisionismo, la forma más significativa y consecuencial del odio al judío que existe en el mundo hoy. El antisionismo es ahora la justificación predominante para la violencia y el asesinato contra los judíos en Europa y alrededor del mundo. Corbyn es uno de sus abanderados.

“No es antisemita ser crítico de Israel,” les gusta decir a los corbynistas, y sus primos ideológicos progresistas aquí en Estados Unidos. Y, por supuesto, tienen razón. Pero suficientemente curioso, los que reservan oprobio especial para un Estado judío que ven como una empresa inherentemente racista y colonialista, como lo ven la mayoría de los corbynistas, también parecen tener opiniones odiosas acerca de la gente que gobierna democráticamente esa pequeña franja de tierra.

Como señala correctamente el Rabino Ephraim Mirvis, Corbyn no ha “tolerado” solamente las actitudes antisemitas — como les gusta afirmar a tantas publicaciones — sino más bien él ha transformado activamente el Laborismo, una vez uno de los partidos políticos más importantes en el mundo libre, en un refugio seguro para el odio al judío. Como destaca Mirvis, bajo Corbyn, un autoproclamado socialdemócrata, el Laborismo ha “acosado a parlamentarios, miembros e incluso despedir personal del partido por desafiar el racismo anti-judío.”

¿Quizás el surgimiento de Corbyn refleja simplemente una realidad nueva — ¿o es una renovada? — en Europa? Una encuesta reciente de la ADL afirma que un cuarto de los europeos sostienen opiniones antisemitas. Alrededor del 45% de los polacos y 42% de los ucranianos admiten a los encuestadores que ellos creen que “la gente odia a los judíos debido a la forma en que se comportan,” una opinión que comparten más del 30% de nuestros viejos amigos austríacos y alemanes. Y uno de los grupos de crecimiento más rápido en Europa, los musulmanes, están importando una enemistad incluso más profunda hacia los judíos que la que es encontrada en Polonia, Ucrania, Alemania, y otras partes. Los musulmanes en Europa Occidental son antisemitas en casi tres veces la proporción de la población general. Hasta ahora, Corbyn ha apaciguado, en vez de tratar de extinguir, este odio.

Si el partido Laborista de Jeremy Corbyn termina ganando el mes próximo, Gran Bretaña será dirigida por un gobierno abiertamente antisemita. Mirvis advierte que tal resultado es una amenaza existencial para la judería de Gran Bretaña. Lo que él no puede decir, pero da a entender, es que personas tales como Corbyn son exactamente el motivo por el cual Israel debe existir.

 

*David Harsanyi es escritor para National Review y autor del libro “Primera Libertad: Un Viaje a través de la Historia Duradera de Estados Unidos con el Revólver”.

 

 

Fuente: National Review
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.