Enlace Judío México e Israel – Aunque parezca una elección obvia, acordar el pacto con Estados Unidos podría causarnos más daño que bien, especialmente cuando se toman en cuenta las restricciones a Israel en su intento de balancear una relación con Moscú y Washington.

AMOS GUILAD

Para aquellos que no son diestros en estos asuntos, el Pacto de Defensa Mutua entre Israel y Estados Unidos parece una excelente idea.

Los beneficios parecen ser mayores que cualquier costo. Cualquier país querría firmar un acuerdo semejante con una superpotencia, pero la pregunta que debe hacerse es: ¿Con qué fin?

Los desafíos geográficos de Israel obligan a las FDI a mantenerse independientes en sus acciones, algunas de las cuales pueden diferir de las políticas de EE.UU.

El pacto de defensa entre ambos países requeriría que Israel se atenga a ciertas limitaciones y parámetros establecidos por Estados Unidos.

El intercambio de inteligencia y la cooperación entre Israel y Estados Unidos ya es un hecho establecido. Lo mejor sería dejarlo como está y no complicarlo más.

Ciertas restricciones de seguridad no pueden discutirse, pero no es un secreto que durante la Guerra del Golfo de1991, Estados Unidos pidió a Israel que se abstuviera de atacar al líder iraquí Saddam Hussein, que disparaba misiles de largo alcance diariamente contra el país.

De hecho, el mejor interés de Israel fue el de adherirse a la petición estadounidense, por muy controvertida que haya podido ser en su momento.

La cooperación en materia de seguridad y las relaciones en general entre los dos países son impresionantes. De hecho, esta relación constituye el pilar de la seguridad nacional de Israel, más que nunca. Por ese motivo es más beneficioso avanzar sobre las relaciones existentes y no introducir nuevos acuerdos que contengan nuevas restricciones.

El primer ministro Benjamín Netanyahu y el presidente Donald Trump en Washington (Foto: Reuters)

Lo mismo se aplica en lo que respecta a Irán. Lo mejor sería dejar las decisiones sobre Irán en nuestras manos, y que Estados Unidos sirva como guía y nada más.

También es importante recordar que la preferencia del presidente Donald Trump es reducir la presencia de las fuerzas estadounidenses en Oriente Medio, lo entraría en contradicción con cualquier pacto de defensa mutua y causaría tensiones innecesarias entre ambos países.

Hoy en día, los organismos militares y de seguridad israelíes deben coordinar con Rusia, que controla grandes áreas en la región, al igual que con Estados Unidos. Si firmamos un acuerdo con nuestro mayor benefactor, tendremos que negociar el rol de Rusia poniendo en juego nuestro proceso de toma de decisiones.

El primer ministro Netanyahu con el presidente de Rusia Vladimir Putin (Foto: Reuters)

La naturaleza misma de un acuerdo con Estados Unidos debe ser considerada cuidadosamente.

No es probable que los estadounidenses acepten un pacto de defensa mutua que lleve a otros países del Medio Oriente a exigir lo mismo.

Trump seguramente ofrecerá el compromiso de su país para contrarrestar cualquier amenaza existencial que podríamos enfrentar. Con esta declaración de apoyo, el presidente extiende su compromiso.

Parece que el principal motivo detrás de la sugerencia de un pacto de defensa mutua surge ahora principalmente de razones políticas diseñadas para hacer que ciertos candidatos políticos se vean bien.

Las razones políticas son aparentemente aceptables, pero siempre eclipsan las consideraciones de seguridad y eso no debe permitirse.

La mera declaración de un acuerdo inminente también podría ser perjudicial, ya que podría provocar que otros pusieran a prueba ese pacto.

Se debe realizar una discusión seria con la inclusión de altos funcionarios de todos los ámbitos políticos y de seguridad porque por ahora, todo esto huele menos a una iniciativa beneficiosa y más bien a un truco propagandístico.

Fuente: Ynet / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico

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