Enlace Judío México – Desde tiempos inmemorables se ha relacionado la música con la espiritualidad. En la Torá y el Tanaj cuando los personajes presencian una visión profética, la narración hace mención de música rodeándolo; lo cual implica que han entrado a un estado alterado del conocimiento, donde hay mayor conexión con los mundos espirituales. La música, además, era usada en el Templo por los levitas antes de hacer los sacrificios rituales y en diferentes servicios; a David se le conoce como el hombre que pudo entender mejor que nadie el alma humana precisamente por los Salmos que compuso y la música con la que calmaba al rey Saúl. Hasta la fecha la música juega un papel muy importante en la espiritualidad judía y Janucá no está aparte de este contexto.

Al igual que cualquier festividad, existen cantos, poemas, bailes y actividades que nos recuerdan lo que estamos celebrando y nos ayudan a profundizar en la esencia de la fiesta. En Janucá las tres canciones más conocidas son “Al Hanisim” (Por los milagros), “Maoz Tzur” (Roca de mi salvación) y “Hanerot Halalu” (Estas luces) suelen cantarse en familia y hablan sobre aspectos distintos de la festividad. Intentaremos profundizar en ellas.

Al Hanisim. Por los milagros

“Al Ha Nisim” es un párrafo de alabanza a D-os que se incluye en la Amidá y el Bircat Hamazón (dos de los rezos más importantes en el judaísmo) durante los días de Purim y Janucá. En él le agradecemos a D-os los milagros que hizo por nuestros antepasados. En Purim recordamos los milagros ocurridos en tiempos de Mordejai y Esther y en Janucá recordamos las victorias obtenidas por los macabeos y la consagración del templo.

El texto es un agradecimiento y una alabanza, en lugar de centrarse en el papel humano, hace protagonista a D-os de las victorias y le agradece por ellas. En este texto se muestra uno de los significados más profundos que ambas fiestas representan, la idea de que los milagros no necesariamente son revelaciones mundiales, a veces son sucesos extraordinarios que ocurren dentro del mundo “natural” y “lógico.” Sin embargo, D-os también maneja ese mundo, lo sorprendente se encuentra dentro de lo cotidiano. Cada una de esas batallas fueron ganadas militarmente dirigidas y peladas por humanos, sin embargo, en el campo de batalla quien da los resultados finales siempre es D-os.

Las frases “entregaste a los poderosos en manos de los débiles, los numerosos en manos de los pocos” recalcan lo sorprendente del evento y dan un carácter espiritual a las victorias. Es D-os quien puede hacer ocurrir los giros dentro del destino y al final de los días, no favorece ni al más poderoso, ni al más fuerte o numeroso, sino a aquel que busca apegarse a la bondad y a Su ley. El texto termina recalcando la dedicación del Templo en Jerusalén y remarca que la Torá no se olvidó. Bajo esta luz, éste fue el objetivo por el cual ocurrieron dichas batallas “para engrandecer el nombre de D-os en el mundo.”

Hay quien canta el texto entero, pero usualmente en las casas solo se canta el inicio, la parte en la que agradecemos por los milagros, en que recordamos a los muchos cayendo frente a los pocos o las partes en que recordamos la Torá y la dedicación al Templo. Cuando se canta en el seno de la familia, uno piensa en los milagros particulares que D-os le ha hecho a cada uno de nosotros y en Su Presencia continua en este mundo, en los reveses de fortuna que pueden darse.

Maoz Tzur

La segunda canción más cantada de Janucá se llama “Maoz Tzur”, es una canción que fue escrita alrededor del siglo XII por un rabino alemán del que lo único que sabemos es que se hacía llamar Mordejai. La canción, con el tiempo se fue popularizando e incluso fue aceptada entre grupos sefarditas y pertenecientes a otras comunidades. Toma fragmentos de los Salmos y el Tanaj y habla sobre los numerosos exilios que ha sufrido el pueblo judío y cómo D-os los ha acompañado en cada uno. La primera frase “Maoz Tzur Yeshoati” quiere decir “Fortaleza, Roca de mi salvación” es el inicio de uno de los salmos. El autor le pide a D-os que restauré pronto la casa de rezos para poder darle alabanzas como es debido. Después empieza a recordar el dolor de Egipto y la alegría de la salvación, lo mismo sucede cuando habla de Babilonia y Grecia. Finaliza hablando del exilio actual y pidiendo salvación para estos días.

Es una canción hermosa llena de amor a D-os y al pueblo judío. Se escribió y se canta en Janucá porque Janucá ocurre en el mes más oscuro del año. Janucá nos enseña a ver la luz rodeada de la oscuridad, la fe y la esperanza en medio del Exilio.

Hanerot Halelu. Estas luces

Esta canción se encuentra en el Talmud nos recuerda las razones por las cuales se prende la Janukiyá y que esa luz debe ser contemplada y no usada con fines prácticos. Son de las primeras canciones que se aprenden los niños y ayuda a las familias a estar en el presente del momento, a apreciar la convivencia, la luz de las velas, pero sobretodo la canción hace hincapié en el agradecimiento a D-os. Las velas de Janucá las prendemos finalmente para agradecer a D-os todas las bondades que nos ha dado en nuestra vida.