Enlace Judío México e Israel – El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, abogó por la expulsión de la presencia militar de EE.UU. en Irak y la región como una respuesta a la muerte del comandante iraní Qasem Soleimani.

En un mensaje emitido este domingo en el que elogió a Soleimani y a Abu Mahdi Al Muhandis, el otro líder militar de peso eliminado junto con el iraní, Nasrallah aseguró que la fecha de sus ejecuciones “es un punto de inflexión en la historia de la región, no solo para Irán o Irak. Es un nuevo comienzo”.

En seguida, Nasrallah se abocó a denunciar la responsabilidad de Trump en lo que llamó “crimen” en contra de Soleimani, asegurando que el presidente estadounidense había terminado por quedar en una serie de fallas en la región, incluidos sus embates contra Irán y su aún en espera plan de paz para el conflicto palestino-israelí.

Por ello, el líder de Hezbolá afirmó que la eliminación de Soleimani fue una medida tomada por el gobierno de Trump para “compensar todas las fallas pasadas”, evitando con ello una una guerra con Irán, que, según aseveró Nasrallah, puede ser compleja y peligrosa para Washington.

Nasrallah consideró que “Israel consideraba a Soleimani el hombre más peligroso para su existencia desde su establecimiento”, pero que pese a ello, no se atrevió a matarlo en Siria, por lo que “recurrió a los americanos”.

“Los americanos y los israelíes tienen un proyecto para controlar nuestra región y sus recursos… contra esto, está el eje de la resistencia para evitar el dominio americano sobre la región”, manifestó.

“Nuestra confrontación ya comenzó”, expresó Nasrallah, asegurando que la respuesta del pueblo iraní sería próxima y esperando que Irak apruebe la expulsión de la presencia estadounidense en su territorio, y si esto no fuera posible, que la propia “resistencia” se dirigiera hacia ello.

“El zapato de Soleimani vale más que la cabeza de Trump” fue una frase con la que Nasrallah condensó su primera vacilación sobre cómo responder de manera directa para vengar su muerte desde la resistencia entera, para después dejar en claro que esta debería de centrarse solo y únicamente en la presencia militar de EE.UU. en la región, desde soldados hasta bases.

Ante ello, Nasrallah afirmó que el objetivo de la resistencia no deben ser los ciudadanos civiles estadounidenses en la región, y que atacarlos sería erróneo pues solo beneficiaría a Washington, sino solo lanzar un embate contra los objetivos militares estadounidenses.

Nasrallah sostuvo que cuando la expulsión de EE.UU. de Irak pudiera ser cumplida, la liberación de Palestina sería lo siguiente, “estos sionistas empacaran sus cosas y se irán, y quizá no se necesite luchar contra Israel”, agregó, dejando en claro su rechazo a que “los santos lugares y los recursos naturales queden en manos de los sionistas”.

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