Enlace Judío México e Israel – Hermanos de niños con discapacidad intelectual son más empáticos, enseñan mejor y disfrutan de mejores relaciones con sus hermanos, indica un nuevo estudio israelí.

Investigadores de la Universidad de Tel Aviv y de la Universidad de Haifa encuentran que las relaciones entre los niños y sus hermanos con discapacidades intelectuales son más positivas que aquellas entre hermanos con desarrollo típico, de acuerdo al sitio The Times of Israel.

El estudio examina las relaciones de niños con hermanos con y sin discapacidades intelectuales a través de dibujos y cuestionarios.

El documento, titulado “Calidad de las relaciones entre niños con desarrollo típico y sus hermanos con y sin discapacidad intelectual: Perspectivas de dibujos de los niños”, fue publicado este mes en la revista médica Research in Developmental Disabilities (Investigación en Discapacidades del Desarrollo).

“Un niño con discapacidad impone demandas únicas a todos los miembros de la familia, incluyendo a los hermanos con un desarrollo típico”, explica la profesora Anat Zaidman-Zait de la Universidad de Tel Aviv. “Aunque existen desafíos, con frecuencia van acompañados de contribuciones positivas a corto y largo plazo”.

“Encontramos que los hermanos de niños con discapacidad intelectual obtuvieron una mayor puntuación en empatía, enseñanza y cercanía y un menor puntaje en conflicto y rivalidad que los que tenían hermanos con un desarrollo típico”, añadió Zaidman-Zait.

Estudios anteriores indican que los niños con necesidades especiales son un riesgo para sus hermanos, y tienden a encontrar un pequeño riesgo de problemas de adaptación en los hermanos con un desarrollo típico.

Otras investigaciones se centran en resultados positivos y sostienen que los hermanos de niños con discapacidades asumen una mayor responsabilidad en la familia, sin perjuicios.

El nuevo estudio se basa en informes no verbales, como dibujos de los niños y reportes de padres e hijos para examinar la interacción entre hermanos.

Los investigadores evaluaron a 61 niños y niñas de 8 a 13 años, de los cuales la mitad tienen hermanos con discapacidad intelectual. En esta etapa de la “niñez media”, los niños tienen más contacto con sus hermanos y adquieren una comprensión más madura de sus discapacidades, señalaron.

Los niños se dibujaron a sí mismos junto a sus hermanos con lápices de color. Los dibujos luego fueron analizados por terapeutas de arte autorizados de acuerdo los siguientes criterios: distancia entre las dos figuras en el papel; su ubicación en la página; evidencia de apoyo o asistencia entre ellas; su tamaño; presencia o ausencia de un padre o madre en el dibujo; y la cantidad de detalles en cada figura.

Ejemplo ilustrativo del tipo de dibujo utilizado en la investigación, proporcionado por los autores del estudio, quienes no pudieron compartir dibujos específicamente del estudio. (Cortesía)

Según los investigadores, una mayor distancia entre las figuras se relaciona con mayor conflicto y evasión. Las diferencias de tamaño indican rivalidad y una diferencia de poder. Las indicaciones de apoyo en las figuras se asociaron con una mayor cercanía, empatía, conductas de enseñanza, y menor conflicto.

Posteriormente, los niños respondieron a un cuestionario con el fin de evaluar sus sentimientos de cercanía, dominio, conflicto y rivalidad hacia sus hermanos.

Los autores sostienen que los cuestionarios son menos reveladores que los dibujos, ya que los niños podrían responder de una manera socialmente aceptable y no estar conscientes de algunos aspectos de sus mundos internos, que pueden salir a la luz a través de la comunicación no verbal.

Ejemplo ilustrativo del tipo de dibujo utilizado en la investigación, proporcionado por los autores del estudio, que no pudieron compartir dibujos específicamente del estudio. (Cortesía)

Los hallazgos sugirieron niveles más altos de obligación de apoyar a hermanos con discapacidad y de dedicación a la relación, destacando mayores exigencias de cuidado de la familia.

“En familias de niños con discapacidades, podría haber un mayor énfasis en el ‘familiarismo’, una orientación familiar caracterizada por la interdependencia y alta prioridad en las necesidades de toda la familia”, explicaron los autores.

“En general, el estudio sugiere que los hermanos de niños con necesidades especiales experimentan un crecimiento personal que se refleja en perseverancia, motivación, sentido de responsabilidad, madurez y habilidades sociales desarrolladas”, agregaron.

“La presencia de un niño con discapacidad también contribuye a que el resto de la familia esté más atenta a las necesidades de los demás”.

No se encontraron diferencias significativas entre los dos grupos en cuanto a la adaptación socio-emocional individual de los niños, lo que indica que el hecho de tener un hermano con discapacidad no tuvo un impacto negativo.

En general, los resultados sugieren que la presencia de un niño con necesidades especiales en la familia es beneficioso para las relaciones entre hermanos, refuerza los lazos familiares y disminuye la hostilidad entre hermanos. Además, las necesidades de atención de los niños con discapacidad tienen un efecto positivo en sus hermanos.

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