Enlace Judío México e Israel.- Standard & Poor’s (S&P) reafirmó la calificación crediticia de Israel en AA- durante el fin de semana, lo que indudablemente llevó a los funcionarios del Ministerio de Finanzas de Israel a lanzar un suspiro colectivo de alivio.

OMRI MILMAN

Si bien es menos emocionante que una mejora o el pronóstico de una mejora, sigue siendo un resultado favorable si se tiene en cuenta el continuo limbo político de Israel, su situación presupuestaria caótica y su creciente déficit.

S&P proyecta que “la economía diversificada y resistente de Israel se expandirá en un promedio anual del 3%” hasta 2023, gracias al fuerte mercado laboral, el inicio de operaciones en el mayor yacimiento de gas Leviatán de Israel y las exportaciones de gas del país. Se espera que la deuda del gobierno se recupere ligeramente debido a los déficits fiscales, antes de que “las medidas de consolidación fiscal se implementen completamente en 2021 y más allá”. Sin embargo, el crecimiento a largo plazo podría ser menor debido a los desafíos estructurales en la economía israelí, como su vivienda y problemas de transporte y la baja participación en el mercado laboral y los bajos niveles de habilidad de los grupos minoritarios, como los hombres ultraortodoxos judíos (haredi) y las mujeres árabes.

S&P reconoce que “la alta exposición a riesgos de seguridad externos e internos sigue siendo una preocupación”, y que un aumento significativo en la relación deuda / PIB podría dañar la economía de Israel y, por lo tanto, su calificación crediticia.

Si bien S&P no ignoró el pandemonio político de Israel (el país se dirige a una tercera elección en marzo de 2020 después de que sus elecciones de abril y septiembre no fueran concluyentes), la agencia de calificación crediticia no parece demasiado preocupada. “Nuestra suposición clave sigue siendo que las instituciones sólidas de Israel resistirán la turbulencia política en curso reflejada en una tercera elección rápida consecutiva“, escribieron los autores del informe, agregando que existe un consenso político sobre la necesidad de contener la deuda pública y mantenerla bajo su nivel actual de 60% del producto interno bruto (PIB).

Al leer el informe, es difícil no preguntarse qué tan bien S&P comprende la compleja situación política en Israel. La lucha cuerpo a cuerpo entre el primer ministro Benjamin Netanyahu y el aspirante a primer ministro Benny Gantz probablemente convertirá al próximo gobierno en un mercado de acuerdos de coalición. Es demasiado pronto para decir qué demandas tendrán los partidos de izquierda, y si serán relevantes. Sin embargo, lo que está claro es que los partidos judíos ultraortodoxos tendrán muchas demandas, y hasta la fecha, los políticos israelíes han demostrado que deben cumplirlas.

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