Enlace Judío México e Israel – La Franja de Gaza colinda con el sur de Israel. Tiene una superficie de 360 kilómetros cuadrados y una población palestina de 2 millones. La Franja es gobernada por Hamás, un movimiento terrorista que pretende la destrucción de Israel, y en virtud de ello, el grueso de la ayuda económica que recibe del exterior es utilizado por sus líderes corruptos para su beneficio personal y para fabricar cohetes y túneles para atacar permanentemente a soldados y civiles israelíes.

Las condiciones de vida de los gazatíes son deplorables y agravadas por la destrucción de su infraestructura por las guerras que ha librado con Israel y los ataques de represalia que realiza este último por el lanzamiento continuo de cohetes, en ocasiones masivo, y globos explosivos a territorio israelí.

En este contexto, el lanzamiento de cohetes y globos explosivos por parte de Hamás aumentó considerablemente desde enero pasado, después de varios meses sin ocurrir. La táctica hostil de lanzar globos y cometas incendiarios se inició en la Gran Marcha de Retorno que comenzó el 30 de marzo del 2018, en la frontera de Gaza con Israel, “para poner fin al cerco israelí e implementar el derecho de retorno de los palestinos que fueron expulsados a raíz de la creación del Estado de Israel en 1948”. Los globos y cometas incendiarios disparados por Hamás han provocado incendios en el sur de Israel que han significado pérdidas millonarias para sus agricultores.

Fuentes militares de Israel consideran que el incremento de las agresiones de Hamás es para ejercer presión sobre Israel para lograr más concesiones del mismo en el marco de las negociaciones indirectas entre Hamás e Israel, a través de Egipto y la ONU, para lograr una tregua de largo plazo en la región. Por lo demás, las tensiones en la Franja de Gaza son parte de los disturbios de los palestinos de Cisjordania y Jerusalén a raíz de el plan de paz, de Donald Trump, el “acuerdo del siglo”. En la reciente embestida terrorista han resultado heridos más de una decena de israelíes.

Ante el escalamiento del envío de globos explosivos y de morteros desde la Franja de Gaza, el 11 de febrero pasado Israel envío un mensaje a la delegación de Egipto que visitaba la Franja de Gaza en el que advirtió, que todo debe regresar a la calma, con la amenaza del primer ministro, Benjamín Netanyahu, de que Israel podría responder “con un golpe de gran magnitud contra Hamás con apoyo de EUA e internacional”.

Por su parte, los grupos terroristas palestinos afirmaron a los egipcios que no era su intención buscar una escalada de violencia, empero, que la presión económica que están experimentando un entendimiento (entre Hamás e Israel) está creando un campo de mayor presión en la región fronteriza.

Israel ha evitado una ofensiva mayor ante la proximidad de las elecciones parlamentarias, el 2 de marzo próximo, y aparentemente la Yihad Islámica Palestina y Hamás ya lo entendieron. El 13 de febrero pasado funcionarios de Defensa de Israel dijeron a los medios de comunicación que Hamás había mandado un mensaje al gobierno de Israel en el que indicaba que de manera unilateral dejaría de lanzar globos explosivos y de disparar cohetes contra Israel. A cambio Israel terminaría con las sanciones de represalia que impuso a los palestinos de la Franja de Gaza, especialmente la revocación de unos 500 permisos que facilitan a hombres de negocios salir de la Franja de Gaza y con la restricción de la zona de pesca de 16 kilómetros de los 25 kilómetros usuales.

Paralelamente, Israel ha desarrollado una nueva tecnología contra globos explosivos, Lahav Or, “espada de luz”, un arma de rayo láser que puede eliminar los globos explosivos después de identificar el objetivo. Las pruebas del láser registradas han sido efectivas en un 90 por ciento.

La negociación de una tregua de largo plazo entre Hamás e Israel se ha realizado a través de la intermediación de Egipto y la ONU desde mediados de 2019. Públicamente Hamás ha negado la negociación. Egipto está tenazmente persiguiendo la tregua de largo plazo en virtud de que quiere evitar una operación militar a gran escala por parte de Israel, porque considera que decenas de miles de gazaties podrían atravesar su frontera. Egipto no solo tendría que ocuparse de ellos, sino que algunos podrían recurrir al terrorismo y cooperar con el Estado Islámico. 

Por otra parte, Egipto no está dispuesto a pagar el precio de un acuerdo de paz palestino-israelí que implicaría renunciar a parte del Sinaí para asentar a los habitantes de Gaza, e incluso rechaza la construcción de un puerto marítimo en El-Arish contemplado a la tregua de largo plazo como medida para mejorar la situación de los gazatíes.

Israel tiene una visión distinta de la mediación egipcia. Ofrece una oportunidad estratégica para la cooperación en materia de seguridad entre los dos países (Egipto e Israel) y contempla medidas efectivas para mejorar el bienestar de los habitantes de la Franja de Gaza, suministro constante de agua y electricidad, creación de una isla artificial con un puerto marítimo y un aeropuerto, aunque serían vigilados por Israel por razones de seguridad.

La solución mejoraría drásticamente el nivel de vida de los gazatíes y teóricamente  llevaría al apaciguamiento con Israel. Sin embargo, se piensa que liberado Hamás de la necesidad de ocuparse de su población, podría seguir armándose hasta un punto similar al de los terroristas de Hezbolá que operan desde Líbano. Asimismo, es difícil poder llegar a un acuerdo sobre la desmilitarización de la Franja de Gaza. Israel y Egipto son capaces de pensar racionalmente, empero, Hamás está centrado en su obsesión de destruir a Israel, “seguirá llevando las riendas”.

Israel construyó un muro subterráneo de 40 metros de profundidad y 65 kilómetros de largo desde el Mar Mediterráneo en el noreste de la Franja de Gaza y donde confluyen las fronteras de Israel, la Franja de Gaza y Egipto. El costo de este proyecto fue de más de mil millones de dólares. La barrera está dotada de sensores electrónicos para detectar cualquier intento de penetración. Israel también construye una barrera fronteriza de alrededor de seis metros de altura, que reemplazará a la actual valla. Israel construye otra barrera marítima de 200 metros de largo, 50 de ancho y 6 metros de altura.

Israel no tiene intenciones de conquistar la Franja de Gaza y tener que hacer frente a sus problemas económicos y de seguridad. Hamás no solo es un peligro terrorista para Israel, también para la seguridad de Egipto.

 


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