Enlace Judío México e Israel – Una historia llena de esfuerzos y hasta “milagros” precede la decisión del Presidente guatemalteco. En entrevista exclusiva, la activista y comunicadora nos la cuenta. 

Para la comunicadora y activista pro-Israel guatemalteca Gloria M. Garcés, la decisión del presidente de su país, Jimmy Morales, de trasladar su embajada a la ciudad de Jerusalén fue uno de los momentos más importantes de su vida. Lo fue no solo porque como ferviente defensora del Estado de Israel aplaude tal decisión, sino porque luchó personalmente, ayudada por miembros de su familia, para incidir en ella.

“Mi momento más lindo y más histórico para mí, es cuando  fui como esa chispita que movió todo el tema para que el presidente Jimmy Morales tomara la decisión de mover la embajada a Jerusalén, y pude estar ahí mismo el día que hicimos la inauguración”, nos cuenta con una sonrisa que parece indeleble, en entrevista exclusiva durante la AIPAC Conference 2020, que tiene lugar en Miami, Florida, pocos días antes de que la crisis por el CcoVid-19 explote en América.

También comparte con nosotros el origen de su pasión por Israel. “Ahora me he dado cuenta, porque investigué, que mis familias, todas, por parte de mi mamá, de mi papá, son familias de conversos,  y yo pienso que, tal vez, lo que pasó es que…. como que la sangre te haló, te empujó a eso.”

Su trayectoria, dice, comenzó desde que tenía 12 años, cuando “aprendí a danzar rikudim (danzas tradicionales judías), quería bailar en Jerusalén, en la Fiesta de los Tabernáculos; a los 18 años cree mi propia organización en la universidad, con mis amigos no judíos, para crear conciencia acerca del antisemitismo en Latinoamérica, y bueno, en fin, he estado muy involucrada desde niña y, gracias a Dios, en mi trabajo anterior también pude llevar noticias, información sobre Israel y Medio Oriente a medios de comunicación de habla hispana.”

 

Una agenda apretada y muy apasionada

Actualmente, la activista trabaja en el Comité Anfitrión del Super Bowl LIV, que se celebrará en Miami, y también está por abrir su agencia, “cuando termine mi tiempo con el Super Bowl, para poder hacer comunicación estratégica, especialmente para organizaciones que necesitan posicionarse a nivel global.”

Pero su enfoque, asegura, “siempre es hacer trabajo pro-Israel, así que, Dios mediante, voy a poder seguir haciendo eso.”

No es la única vez en la entrevista que Garcés invoca a Dios. A Su voluntad le adjudica la realización del que, hasta ahora, parece su mayor logro: el traslado de la embajada de Guatemala en Israel a la ciudad de Jerusalén, capital histórica del pueblo judío, un pueblo al que ella ama, un país por que siente fervor.

La historia de cómo logró, con ayuda de otras personas, que el presidente Morales trasladara la embajada es larga pero ella la comparte con nosotros.

“Yo hacía la relación con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel para poder lograr esto. Es una historia llena de milagros porque yo siento que cada vez que estamos hablando del pueblo de Dios, tenemos que pensar que estamos lidiando con un dios de milagros, que sigue haciendo milagros hasta el día de hoy. Hubo muchísima oposición, muchísimas cosas que estaban pasando a nivel político en el país. Y, la verdad, fue algo tan, tan fuerte, que no hubiese sucedido si Dios no hubiese intervenido.”

Mientras Garcés trabajaba a la distancia, su padre y su hermano, nos cuenta, operaban en Guatemala para reunirse con personas políticamente influyentes.

“Todo comenzó cuando escuché al primer ministro Bibi Netanyahu, en el 2017, hacer una apelación durante el Yom Ha’Atzmaut, al cuerpo diplomático para que considerara mover la embajada a Jerusalén. En ese momento dije ‘Guatemala tiene que ser el primer país en hacerlo’. Todo mi esfuerzo era tratar de ganarle a Trump para poder hacerlo antes de que él lo hiciera.”

Recuerda riendo que no tuvo éxito. En noviembre de 2018, Trump se le adelantó. “Y como que no entendí que era más poderoso para Guatemala ser el segundo país y, entonces, comprarse dos aliados, Israel y Estados Unidos, a que ser el primero. Porque no creo que como país hubiésemos aguantado el pleito que venía, lo fuerte que iba a ser la resistencia en contra de esta decisión si hubiésemos sido los primeros.”

Garcés y sus aliados comenzaron a trabajar en mayo de 2017 para conseguir el traslado de la embajada. “Mi hermano, mi padre comenzaron a reunirse con… creo que se reunieron con más de 400 personas en toda la comunidad, no solo de la comunidad judía, estamos hablando en toda la ciudad. Personas que son influyentes en la comunidad, líderes,  personas que tenían contactos en el gobierno…”

La estrategia era hallar a personas clave. Una de ellas “fue una mujer que fue nombrada Canciller de Guatemala, Sandra Jovel; otra persona clave es el que llegó a ser en ese momento el embajador de Israel en Guatemala, Nattanya Cohen”, recuerda.

 

La decisión histórica

“Yo siento que eso fue una intervención divina.  Se cuenta toda una historia de cuando él estaba en una llamada. El primer ministro Bibi Netanyahu lo llamó para agradecerle el apoyo de Guatemala ante la ONU, cuando la ONU hizo una votación en contra de la decisión de Trump, y hubo solo dos países en Latinoamérica que apoyaron la decisión de Trump; entonces, el embajador coordinó una llamada para que el Primer Ministro le diera un agradecimiento al presidente de Guatemala como al presidente de Honduras también.”

Dos mujeres convencidas parecen haber persuadido al Presidente. Una de ellas, la canciller guatemalteca, había conversado con la gente de Garcés sobre la conveniencia del traslado. “Entonces, él tenía de un lado a la señora que le estaba haciendo la traducción, y de otro lado a la canciller. La señora que le estaba haciendo la traducción también es una cristiana muy fuerte, pastora, y ella le estaba dando como los puntos bíblicos….”

La llamada sufrió algunas interrupciones técnicas, “y cada vez que se cortaba la llamada estas dos mujeres estaban influyendo. Entrenadas por todos los puntos que ya habíamos nosotros preparado. Y nada, parece que en un momento, él mismo, que había dicho ‘yo no voy a tomar la decisión’, en un momento dijo: ‘bueno, señor primer ministro, quiero decirte que en este momento estoy dando las instrucciones a mi canciller de que vamos a mover la embajada a Jerusalén’.”

Gloria M. Garcés estaba en Estados Unidos, de vacaciones, un 24 de diciembre, cuando vio que tenía seis llamadas perdidas. Cuando devolvió las llamadas y le contaron lo sucedido, “empecé a brincar, no lo podía creer. Al rato llamo a mi hermano, me cuenta la historia y hacemos una llamada entre la canciller, el asistente del vicepresidente de Guatemala, mi hermano y yo.”

Además de para enterarla de los detalles, la llamada tuvo como objetivo “hacer estrategia. Cómo íbamos a manejar esto ante los medios, cómo íbamos a contrarrestar los ataques que estábamos esperando de ciertos grupos. Y ahí empezó la segunda batalla, para lograr que no solo se hiciera la decisión sino que también se lograra y pudiéramos hacer la inauguración en Jerusalén.”

 

La puerta que Guatemala abrió

“Hay países que ya tomaron una decisión, tan siquiera para reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, no que haya que hacerlo, porque obviamente esa es, pero ayuda ese tipo de apoyo diplomático”, responde Garcés cuando se le pregunta por los países que están por seguir el ejemplo guatemalteco.

“Nosotros, en lo personal, mi hermano y yo, estamos trabajando con tres diferentes países, no puedo decir cuáles…

Lo que nos dice es que no se trata de otros países latinoamericanos. “Estábamos trabajando con (países) de América Latina, eso sigue adelante, hay otro grupo que también está apoyando, yo sé que ya ahora hay otros grupos que están queriendo lograr esto, porque es como que se rompió…. abrimos esa brecha, entonces ya queremos que otros también tomen la decisión.”

Entre los países que podrían seguir el ejemplo de Trump y de Morales está Brasil, el gigante de Sudamérica, “yo no estoy involucrada en eso, y bueno, se los aplaudiríamos muchísimo; anoche estábamos hablando de eso, yo creo que en Latinoamérica hay dos países que puede que estén ya casi listos para tomar una decisión así. Yo, por mi parte, estamos trabajando con tres países en otra parte del mundo, estamos trabajando para ver si eso se logra y, al final de cuentas, si Dios lo quiere”

 

La lucha permanente por ayudar a Israel

“Hay varios proyectos en los que estoy trabajando”, nos cuenta. “Uno de ellos, estamos tratando de armar un día nacional en los Estados Unidos donde los cristianos puedan salir, en distintas ciudades, a pararse públicamente en contra del antisemitismo, y eso lo estamos ahora coordinando. Queremos que haya varias organizaciones que nos apoyen en esto.”

Además, Gloria M. Garcés forma parte de varios consejos consultivos en organizaciones que apoyan a Israel. “Con estas organizaciones específicamente, también estamos haciendo proyectos. Entonces, cada una tiene proyectos distintos y, al final de cuentas, Dios sabe cuál es mi pasión por apoyar a Israel, por apoyar a mis amigos judíos, que los amo, que los adoro, así que yo me pongo a la disposición. Lo que tengo, la plataforma que tengo, ya sea mediática, ya sea mi plataforma de acceso con líderes gubernamentales, siempre yo creo que lo importante es tener el corazón en el lugar correcto y ya, los proyectos aparecen pero no podemos dejar de luchar.”

 

Un mensaje para la comunidad judía

La postura de esta incansable activista es clara: hay que hablar fuerte. “Yo he visto a mis amigos judíos que a veces temen crear olas. No quieren crear olas, no quieren hacer bulla, y yo creo que tengo una idea de dónde viene ese miedo (…) y yo siento que tenemos que hablar, tenemos que pararnos, tenemos que defender nuestra causa, tenemos que luchar, no podemos tener miedo.”

También clama por la unión de los esfuerzos en esta lucha que parece mediáticamente decidida. “Creo que como comunidad tenemos que establecer alianzas más fuertes con estos aliados que tal vez no tienen la misma religión que nosotros, que tal vez piensan un poco distinto que nosotros ideológicamente pero mientras haya ese mismo amor, ese fervor por proteger al Estado de Israel, por proteger aún el bienestar de las comunidades judías, de nuestros amigos judíos en nuestros países, pues tenemos que establecer esas alianzas.”

Pero, claro, no se trata de luchar por luchar: Garcés opina que “tenemos que ser estratégicos y colaborar. Hay muchas organizaciones pro-Israel y a veces todas quieren trabajar independientemente y hay muy poca colaboración. Entonces, yo los insto no solo a que alcen su voz y no tengan miedo, no solo a que sigan estableciendo alianzas estratégicas sino a que colaboremos unos con otros. No se trata de pisarnos los talones, se trata de que tenemos un fin común, encontremos ese fin común y trabajemos a por ello.”

Si deseas colaborar en alguno los múltiples proyectos en que participa Gloria M. Garcés, búscala en sus redes sociales como @GloriaMGarces.

 

 

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