Juntos venceremos
viernes 26 de julio de 2024

Enlace Judío México e Israel – El primer vuelo de El Al con cientos de israelíes a bordo tras el cierre de fronteras en Perú debido al coronavirus partió rumbo a Israel esta mañana.

El rescate de los israelíes fue coordinado por el ministro de Exteriores, Israel Katz y su homólogo peruano Gustavo Meza-Cuadra, quien autorizó los vuelos luego de consultar con el ministro de Transporte de Perú, reportó el sitio The Times of Israel.

“Tras mi conversación con el canciller peruano ayer, se acordó que esta mañana, hora de Perú, los israelíes saldrán de Cusco a Lima y se unirán a los jóvenes que ya están allí, para abordar los aviones de regreso a Israel. Con la ayuda de Dios, todos volverán a casa sanos y salvos”, escribió Katz en Twitter.

Amsalem Tours, una agencia de viajes israelí que ayudó a organizar los vuelos de Cusco a Lima, indicó que el primer vuelo partió a las 7:30 a.m. hora local y que los otros tres despegaron en intervalos de 30 minutos.

Se cree que miles de israelíes se encuentran actualmente en Sudamérica, donde varios países han anunciado el cierre de sus fronteras para combatir la propagación del coronavirus.

El Ministerio de Relaciones Exteriores reiteró el jueves su llamado a israelíes en el extranjero para regresar al país de inmediato a medida que otras naciones han comenzado a cerrar sus fronteras.

“Debido a la reducción y cancelación de vuelos en todo el mundo y a la decisión de muchos países de cerrar sus fronteras a causa del brote de coronavirus, hacemos un llamamiento a todos los israelíes en el extranjero para que vuelvan a Israel lo antes posible”, indicó la cancillería israelí y publicó una lista de posibles formas de salir de los países.

Los jóvenes serán sometidos a cuarentena domiciliaria a su llegada a Israel.

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Enlace Judío México e Israel – El ministro de Defensa de Israel, Naftali Bennett, ordenó este jueves al Comando del Frente Doméstico de las FDI que establecer un centro de emergencia nacional para ayudar al público debido a la pandemia de coronavirus en curso.

Bennett ordenó al Mando del Frente Doméstico junto con varios ministerios del gobierno y organizaciones voluntarias que establezcan de inmediato el centro que servirá como punto focal para administrar la asistencia civil durante la crisis del coronavirus.

El centro ayudará a las autoridades locales y al público en general en términos de asistencia médica, apoyo mental, de alimentos, transporte y más, se abrirá la próxima semana y estará dirigido por tropas del Comando del Frente Doméstico.

Asimismo, las FDI aplicarán pruebas a los israelíes para detectar el coronavirus junto con equipos del servicio de emergencias Maguen David Adom, informó la Radio del Ejército, de acuerdo a información de The Jerusalem Post.

A partir de esta mañana, 100 equipos de las FDI viajarán a los hogares de israelíes en todo el país sospechosos de portar el virus. Un paramédico de Maguen David Adom será parte de cada equipo y tomará muestras de los pacientes.

Según el informe, se unirán otras 50 tripulaciones móviles y otros 50 equipos trabajarán para controlar a las tropas en las bases de las FDI en todo el país.

Los militares también anunciaron que después de un anuncio situacional, todos los ensayos militares han sido pospuestos hasta nuevo aviso debido a la continua propagación del virus.

Las FDI informaron este jueves que otro soldado había sido diagnosticado con el virus, elevando el número total de casos confirmados en el ejército a 10.

Un oficial de 24 años de carrera fue infectado por otro portador confirmado del virus. Hay otros 5 mil 639 soldados y oficiales actualmente en cuarentena.

El Cuerpo Médico de las FDI y el Ministerio de Salud están trabajando para rastrear los contactos del soldado con el fin de localizar a las personas con las que pudo haber estado en contacto e infectado, dijo el ejército en un comunicado.

Los militares también anunciaron que después de un anuncio situacional, todas las pruebas militares se han pospuesto hasta nuevo aviso debido a la continua propagación del virus mortal.

El martes, el Comando del Frente Doméstico de las FDI junto con el Ministerio de Salud de Israel y la Policía de Israel abrieron la primera instalación de cuarentena para portadores del coronavirus del país en el Hotel Dan Panorama de Tel Aviv.

Se abrirán un total de cuatro instalaciones especiales en todo el país para aislar a los diagnosticados con el virus que presenten sintomatología leve y brindarles atención médica según sea necesario.

Según un informe en Walla! News, el ejército también está considerando actualmente establecer un hospital de campaña en el sur del país para pacientes que están levemente enfermos con el virus.

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Enlace Judío México e Israel – Cuando la humanidad vive amenazada por una pandemia y cada uno intenta aferrarse a la esperanza de no ser contagiado, hay quienes hablan del uso de un “escudo protector” contra el coronavirus.

RABINO YERAHMIEL BARYLKA

La sugerencia del uso de amuletos como estrategia para evitar el contagio de la pandemia pone en peligro la vida de las personas incautas y candorosas, que son convencidas que siguiendo ese camino se verán protegidas.

Guardando toda distancia, también nos encontramos con figuras judías, algunas de las cuales, incluso venden sus servicios, que sugieren que pueden proveer la “vacuna” contra el virus por medio de diversos tipos de escudos protectores.

Los amuletos, figuras, pergaminos u otros objetos a los que se atribuyen virtudes mágicas para “proteger” al hombre o sus posesiones de las influencias malvadas de brujas, demonios y otros poderes traviesos, o para contrarrestar desgracias, enfermedades y daños de diversos tipos, son hoy un peligro mayor para la humanidad que en cualquier otro momento de la historia.

El uso de talismanes se extendió tanto a Oriente como a Occidente, entre las tribus salvajes y entre las naciones civilizadas hasta nuestros días.

Igualmente, amplios sectores del pueblo judío los usaron y todavía emplean, cuando en su desesperación, intentan lograr un cambio de la fortuna personal y familiar.

Según algunos estudiosos, todos los adornos usados ​​por las personas parecen haber sido originalmente amuletos y talismanes. La mayoría de ellos derivaron su supuesto poder, del hecho de que portaban imágenes de ídolos o eran usados como fetiches.

El antecedente lo encontramos ya en la Torá cuando “ellos [su familia] entregaron a Yaakov todos los dioses extraños que había en su poder, y los pendientes de sus orejas, y Yaakov los escondió debajo de la encina…” (Bereshit 35. 4).

Al ver que los débiles tenían más probabilidades de sufrir la influencia maligna de la brujería y los demonios que los fuertes, generalmente solo las mujeres y los niños usaban esos medios de protección.

Aarón les dijo a los hombres: «Quitad los pendientes de oro de las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y vuestras hijas, y traédmelos» y de ellos nació el becerro de oro (Shemot 32:2).

En muchos pasajes de las Escrituras que hablan en sentido figurado de un collar, una corona ornamental u otras protecciones, se hace referencia constante a la concepción popular del poder de los amuletos.

“Entonces encontraron bajo las túnicas de cada uno de los (guerreros) muertos, objetos consagrados a los ídolos… Fue entonces evidente para todos por qué motivo habían sucumbido aquellos hombres” (2 Macabim 12).

El uso de sortilegios fue muy extenso en el período rabínico hasta alrededor de 600 de la era común. Al parecer, el amuleto en sí mismo podría consistir un pasaje de las Escrituras o de la raíz de alguna hierba.

Particularmente se usaban astillas de la madera de una Asherá, un árbol sagrado símbolo del principio reproductivo de la naturaleza, característica muy prominente en los cultos a la fertilidad en el Oriente, que la Torá prohíbe [“no plantareis ningún árbol como Asherá  al lado del altar” (Devarim  16:21)],  o de cualquier cosa ofrecida a un ídolo. Incluso se usaban para proteger a los animales.

La mayor parte de esos objetos y acciones descritos en el Talmud y en el Midrash son de extracción foránea, como lo demuestran sus denominaciones extranjeras u otras indicaciones. Los sabios del Talmud, prohibieron el uso de esos remedios, por ser “práctica pagana”, pero no consiguieron extirparlas de las costumbres populares.

En la Edad Media los judíos estaban completamente expuestos tanto al crecimiento de supersticiones propias como a las incursiones abrumadoras de las prácticas de las naciones en las que habitaban.

Es interesante notar que no se alzó una voz unánime contra la locura de los amuletos quizás porque se pensó que si bien, probablemente, no servirían para nada, no podían hacer daño y podrían servir como estimulantes espirituales en el camino de la búsqueda de sosiego de personas desesperadas.

Maimónides, se pronunció en contra de ellos; él les niega toda potencia o virtud (Moré Nevujim 3:37), y habla de la “locura de los escritores de amuletos, que esperan lograr milagros por permutaciones del Nombre Divino” (Ib. 10, 61, final).

En tiempos del temor generalizado que linda con el pánico, es comprensible que las personas sientan culpa por los pecados cometidos y no cometidos, y salgan en búsqueda de fórmulas que presumen de mágicas, para sentirse protegidas.

Pero, si quienes usan esos elementos se sienten tan seguros como para ignorar los requerimientos de las autoridades sanitarias y de las autoridades comunitarias y abandonan las mínimas prácticas de higiene personal, se convierten en una amenaza a la salud propia y ajena.

Se deben lavarse repetidamente las manos con agua y jabón y   guardar distancia física de por lo menos dos metros de otras personas que eventualmente (nadie puede saberlo) son portadores del virus. Quien no lo hiciera así no solo se expone a la enfermedad sino que la propaga pudiendo provocar la muerte de seres queridos.

Por favor, no confíen en esos antídotos porque no son vacunas, no curan ni previenen el Coronavirus.

Desoigan a quienes les intentan convencer de su uso. No se expongan al contagio y no contagien al prójimo porque ello los convertiría en verdugos.

Recordemos que el judaísmo es una fe que defiende la vida por encima de todo otro valor y prescribe a todos los hombres que: “guardaréis mis estatutos y mis leyes, por los cuales el hombre que los cumpla, por ellos vivirá…“ (Vayikrá 18:5).


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

Enlace Judío México e Israel- La docente y poeta Jenny Asse Chayo presentó “El Cabalista o el fulgor del laberinto”, en el Auditorio principal del Centro Comunitario Ramat Shalom.

El Cabalista es ante todo, un encuentro místico con la palabra, la palabra del Libro de los Libros que,
al haber anegado en la conciencia, puede ya ser diálogo con el otro, el maestro, el guía, al buscador del centro en cuyo núcleo más profundo se haya la paz absoluta y el encuentro definitivo con el D-os de luz”, se dijo del libro.

En esta presentación, Asse Chayo estuvo acompañada por la Dra. Anette Pier y Stella Betesh, y al concluir la presentación, la autora firmó sus libros al público asistente y dio paso a un vino de honor.

Enlace Judío México e Israel – Durante el primer año del fallecimiento de un ser querido, los varones deben recitar el Kaddish, plegaria por el enaltecimiento de su alma. Es obligatorio hacerlo como parte de un Minyan, un grupo de 10 hombres. ¿Cómo cumplir con esta mitzvá en época de cuarentena?

“Las personas que quieren o que necesitan decir Kaddish por un ser querido están literalmente muy tristes, frustradas también por no saber qué hacer porque, dicho sea de paso, el Kaddish se puede recitar solamente cuando hay Minyan”, dijo el rabino Raúl Askenazi en una transmisión exclusiva para Enlace Judío.

El rabino, que ha recibido muchas llamadas de gente que se encuentra en esa situación, ofrece una respuesta “muy clara y, a la vez, muy contundente: el Kaddish es un factor para poder enaltecer el alma de un ser querido.”

Según Askenasi, el dolor de la pérdida puede hacer tambalear la fe de los dolientes. “En vez de eso, la persona se levanta y dice Kaddish”, que son alabanzas a Dios. Se trata de una demostración de fe mediante la cual, la persona que vive el duelo reconoce que la muerte es voluntad de Dios y es incuestionable e incomprensible.

Por lo tanto, cuando no se puede recitar el Kaddish, “cualquier acción propositiva que hagas, tanto entre tú y Dios como entre tú y otras personas que te rodean” puede cumplir el propósito de ese rezo. Su recomendación puntual es el estudio de las Mishnayot.

Askenazi nos comparte que, entre los muchos libros de tratados sobre las Mishnayot, hay uno que él recomienda particularmente: Pirke Avot, donde se encuentra una serie de consejos para la superación personal, “consejos para el crecimiento humano; consejos para una sociedad saludable.”

Estudiar una mishná diaria del Pirke Avot puede “suplir” el Kaddish y, el consejo del rabino, es ponerse el tefilín, el talit y leer el libro en casa. Además, las semanas perdidas por el aislamiento se pueden reponer, dijo Askenazi, rezando el Kaddish el número de semanas que este no se haya podido decir, después de los 12 meses de duelo.

Y cierra con una advertencia: “lo que pide hoy Dios de nosotros es cuidarnos y, por ende, cuidar a los demás, porque cuando te cuidas tú, se cuidan todos, estás cuidando a los demás”, eso, dijo, es la prioridad.

 

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Enlace Judío México e Israel – El 18 de marzo, el rabino Isaac Betech ofreció la conferencia “La pandemia premesiánica”, en las instalaciones de TOV.  

¿Estamos aproximándonos a la época premesiánica, es decir, a los tiempos turbulentos que, según la Torá, anteceden a la llegada del Mashiaj y, por ende, al fin del los tiempos? El rabino Isaac Betech abordó este tema en su conferencia “La pandemia premesiánica”, la noche del 18 de marzo, que Enlace Judío comparte con sus usuarios.

En ella, el rabino advirtió que “en ningún momento puedo decir que hay certeza, ni menos aún, que hay una fecha definida” para que nos encontremos en dicho escenario, aunque las pandemias como la que hoy enfrenta la humanidad, el covid-19, y otros signos parecen coincidir con las profecías.

El rabino habló del concepto “teshuvá”, que se refiere al retorno al judaísmo más prístino, el arrepentimiento y la pureza del espíritu. En la Torá, existen dos escenarios posibles para la llegada del Mashiaj: cuando el pueblo judío ha logrado la teshuvá y cuando no.

En el primer escenario, explicó Betech, el advenimiento ocurrirá de imprevisto, sin signos que lo antecedan, lleno de milagros y con gran honor; mientras que en el segundo, la llegada será penosa y estará anunciada por signos calamitosos. Las epidemias son uno de ellos.

El rabino enumeró a las enfermedades que durante las últimas décadas han amenazado a la humanidad, desde el sida hasta el zika y desde la influencia aviar y porcina hasta el coronavirus que hoy mantiene en aislamiento a una buena parte del mundo.

Pero no solo de presagios bíblicos habló el rabino, también lo hizo sobre las medidas de precaución que debemos tomar para no encontrarnos en los escenarios que viven hoy en día países como Italia o Francia. “Está en nuestras manos”, dijo.

Luego, en un viraje, usó la pequeñez inimaginable del virus “que hoy tiene de cabeza al mundo” para hablar de la grandeza de Dios, y de cómo no somos nada frente a él, aunque podemos tomar medidas para protegernos de ese ínfimo pero colosal enemigo llamado covid-19.

Profecías encriptadas

Pero no solo de forma literal anuncia la Torá el fin de los tiempos. Según Betech, aplicando un sistema llamado “salteo fijo mínimo” puede encontrarse mensajes encriptados que aluden a la situación actual. Aplicando ese método, Betech encontró las palabras “corona”, “virus”, “Wuhan”, “China” y “dispersión” en una misma página.

Según un análisis estadístico citado por Betech, la probabilidad de que todas esas palabras se encuentren ahí encriptadas por casualidad es de 1 en 13,500. Otro hallazgo, que no puede ser calculado estadísticamente, es que esas palabras aparecen en un fragmento del Bereshit, donde se describe la descendencia de la que formará parte el Meshiaj.

Durante más de una hora, y con un estilo sumamente singular, el rabino mantuvo a la audiencia cautiva, la hizo reír y, seguramente, temer. Habló de la caída de las bolsas, la devaluación del peso, la debacle económica…

Pero también hubo espacio para la esperanza en esta conferencia que no te puedes perder, en el video que ponemos a tu disposición, adjunto a esta nota.

 

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Enlace Judío México e Israel – Sin duda alguna nos encontramos ante una crisis sanitaria histórica debido a su facilidad de contagio y a su alcance a nivel internacional. Por esta razón, los medios de comunicación y las redes sociales se han llenado de información que, en ocasiones, no es del todo correcta. Es por eso que Enlace Judío trae para ti una consulta completa con el Dr. José Halabe, vicepresidente de la Academia Nacional de Medicina, quien responde todas las preguntas que se pueden tener sobre el actual coronavirus que tiene paralizada a toda la sociedad.

El especialista señaló que debemos tener en cuenta que aún no hay un tratamiento específico para el COVID-19, pero que la mayoría de pacientes no requerirán ninguno en específico.

Explicó que aunque ya hay esfuerzos por desarrollar vacunas y antiretrovirales, aún los estudios disponibles sobre estos fármacos no son concluyentes y se encuentran aún en fases experimentales.

También sugirió que si alguien presenta síntomas, no automedicarse.

Halabe destacó que es muy importante respetar las medidas de contención como la cuarentena y el distanciamiento social indicados por las autoridades.

Pero, sobre todo, llamó a respetar los protocolos de atención, permitir que los hospitales atiendan y den prioridad a las personas que realmente lo requieran, al igual que las pruebas de detección.

“Sí hay pruebas, pero no deben de hacerse de forma masiva, porque si se hacen de forma masiva, a la gente que piense que pudiera tener y no tiene síntomas, primero, podríamos acabarnos todas estas pruebas. Pero sería lo menos problemático. Segundo, si salen negativas porque agarramos tempranamente a la enfermedad, este paciente, aunque lo tenga el coronavirus, puede hacer su vida normal puede contagiar a mucha más gente. En este de momento de salud pública creo que no es conveniente hacer la prueba de forma indiscriminada a toda la población”, advirtió.

“Es importante concientizar a la población de que tenemos un problema de salud pública muy importante y que tenemos que colaborar todos nosotros, esto implica muchas incomodidades todos los días. No son vacaciones, es un periodo de contingencia, como si estuviéramos en una guerra virológica. Tenemos que afrontarla todos y colaborar todos para que no sea un problema que se nos salga de las manos”, concluyó Halabe.

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Enlace Judío México e Israel –  Resuelto indiscutiblemente a suicidarse −nos informa una noticia de prensa−, en Tel Aviv, un desesperado entre muchos en estos días, se cortó las venas, abrió la llave del gas, se clavó un cuchillo en el vientre y después se colgó de un poste. Pero todo fue en vano.

Atraídos por el olor a gas, los vecinos −que en este país siempre se meten en todo− acudieron rápidamente a ver qué pasaba, forzaron la puerta y descolgaron al señor Moshé Ben David, para que una ambulancia pudiese transportarlo al hospital más cercano.

En el camino, la ambulancia del Maguén David Adom, lo que sería la Cruz Roja en otros países, alterada y cansada en estos días de coronas, chocó contra un autobús de la compañía Dan, y hubo cuatro muertos (más que por el coronavirus,  que en este país todavía no ha registrado ninguno), el suicida frustrado llegó sano y salvo al hospital, y hasta pudo subir por sí mismo tres pisos, ya que el elevador no llegaba. Se metió a la cama y de paso acarició las caderas de la enfermera (ustedes saben cómo están esas enfermeras rusas).

El suicidio, después de todo, es la máxima libertad individual. Yo en lo personal no lo recomiendo, con la excepción de dos o tres casos particulares de políticos  que no estaría del todo mal que desaparecieran, pero creo que toda persona al corriente en el pago de sus impuestos (cosa que no sé cómo será de ahora en adelante), tiene el inalienable derecho de suprimir sus cumpleaños.

Existen varias clases de libertades: la libertad de palabra y expresión, (no en todos lados), la libertad de conciencia, y otras libertades. Entonces,  ¿por qué no ha de existir la libertad de liberarse de todo?, hasta de los discursos políticos  de nuestros líderes del gobierno.

Es el caso de Moshé Ben David, que tan decidido estaba de hacer un cambio en su vida, y que intentó no uno, sino cuatro procedimientos cada uno más espeluznante que el otro, resulta intolerable la intromisión de sus vecinos, que a veces ni siquiera lo saludaban.

No sabemos cuáles fueron las causas que impulsaron al suicida cuatro veces frustrado a eliminarse de este mundo. Posiblemente haya sido el miedo a la nueva situación económica desfavorable que tendría que enfrentar después que terminara (si es que termina),  la Era del Coronavirus, o la canción que (hasta ayer) nos iba a representar en el Eurovisión. Pero de lo que sí estoy segura es que ninguno de sus vecinos hubiera tenido la misericordia de ayudarlo discretamente a resolver sus problemas o a prestarle algunos shekels. Sin embargo, todos metieron la cuchara, como decimos los mexicanos, cuando él mismo estaba en proceso de liquidarlos (a sus problemas, no a los vecinos).

Pienso que debería haber en el país una disposición en los códigos judaicos, que garantizase a los suicidas malogrados el cumplimiento de sus designios por parte del Estado. Algo así como Bituaj Leumi (Seguro Social) en reserva. A menos claro está, que como en el caso de Moshé Ben David, alguna enfermera rusa les hiciese cambiar de propósitos.

Bye, bye democracia.

Se están llevando a cabo  con todo éxito las pruebas del control de nuestros teléfonos (y de paso de nuestras vidas), calculándose que el próximo Pésaj, es decir en unas tres semanas o antes, se harán los primeros intentos, después de que el gobierno autorizó al servicio de seguridad Shin Bet (servicio de inteligencia y seguridad general interior de Israel), para monitorear nuestros teléfonos celulares, en un intento por contener la propagación del coronavirus COVID-19.

La medida fue autorizada sin pasar por la Corte y por lo tanto plantea serias preocupaciones sobre las violaciones de la privacidad y las libertades civiles, y tendrá tal vez muchas ventajas, pero a la vez acarreará serios inconvenientes, aunque el gobierno nos promete que el Shin Bet estará limitado en cuanto a los datos que recolectará y quiénes en el gobierno tendrán acceso a ellos. Se supone que la agencia podrá usar la información sólo en la lucha contra el coronavirus, pero ¿y si no?

A nadie dicen los hombres más mentiras que a las personas con quienes hablan por su celular. A nadie dicen más mentiras las mujeres que a las personas a distancia. Amparados en el viejo refrán de “ojos que no ven corazón que no siente”, nos inventamos las disculpas más desvergonzadas para no ir a una cita,  justificar una ausencia o escaparnos de aquellos que nos buscan para cobrarnos alguna cuentecilla. Y en estos días, para justificar que no estamos en casa.

Todo aquello que se usaba en el pasado de “dile que no estoy”, cuchicheado al oído de quien contesta tu teléfono o celular, se ha acabado y se va acabar aún más con la diabólica medida del gobierno que ha sido criticada por los defensores de los derechos humanos y la privacidad, ya que esencialmente significa que cualquier persona puede estar bajo el escrutinio del Shin Bet. La propuesta va mucho más allá de los esfuerzos de vigilancia y control realizados por otros países en su lucha contra el coronavirus.

La Policía israelí ya tiene los  instrumentos y la metodología a su disposición de eso que yo llamo el nuevo “Destructor de Mentiras”, que en estos momentos, también tiene sus ventajas.  Por ejemplo, nos obligará  a suprimir las malas palabras como manyak, ben esto y ben aquello, etc., y los malos gestos.  A las mujeres, sobre todo a las que somos vanidosas, nos obligará a estar bien vestidas en el hogar o fuera, por si acaso llamara un agente guapo de la Shin Bet. 

Por otra parte, nos ahorrará descripciones de dónde nos encontramos, y qué estamos haciendo, así como evitará el tener que deletrear nombres raros como ROZENZEIEGH,  pues los agentes ya lo tendrán computarizado. En general puede decirse que el método nos obligará a los israelíes a ser más responsables, y más modestos y educados… por miedo claro está.

Se supone que el Shin Bet fue autorizado solamente a utilizar los datos de los teléfonos para rastrear los movimientos de aquellos que fueran encontrados por un portador de coronavirus para ver con quién interactuó en los días y semanas anteriores a sus pruebas, con el fin de poner en cuarentena a esas personas. La información se enviará al Departamento de Salud, que a su vez despachará un mensaje a cualquier persona que se encuentre a menos de dos metros de la persona infectada en 10 minutos o más. ¿Ciencia y Ficción? No. Para nada.

Personalmente pienso que esta medida añadirá un peso más a nuestras vidas, que ya de por sí sufren en la actualidad una serie de esclavitudes y vigilancias.

Cada vez que suene el celular, nos angustiaremos las mujeres arreglándonos el cabello y dándonos un retoque de pintura en los labios. El celular deberá estar en el sitio más presentable de la casa, ya que no sería agradable que apareciéramos en la pantalla con un fondo de ropa tirada en el suelo, ceniceros llenos de colillas, y calzoncillos puestos a secar sobre el respaldo de una silla en estos fríos días de lluvia.

Pero lo peor de todo es que se acabarían las pocas llamadas que todavía hacen algunas amistades para decirnos: vamos a llegar un poco tarde, pero llevamos pitas, humus, y tres Coca Colas Zero.

Pienso al igual que Avner Pinchuk, abogado de la Asociación de Derechos Civiles de Israel, que el pequeño beneficio de la detección de los portadores de la enfermedad y su hallazgo “no justifica una grave violación del derecho a la privacidad”. El peligro del COVID-19 no solo radica en el virus en sí mismo, sino también en el temor de que, como parte de nuestros esfuerzos por superar el peligro, también perdamos nuestros valores fundamentales como sociedad libre y democrática.

Pero lo que a mí más me preocupa es que me exijan tomarme la fiebre delante de ellos, y a cada rato estén llamando para ver si efectivamente no toso. Y, si estoy un poco enferma nomás, estaré en cama con una bolsa de agua caliente y un tequila Cuervo en vez de té. Además, tendré que quitar de la pared los afiches de Lenin y el Che, y poner alguno de Ben Gurión o Golda.

Utilizando esta forma de vigilancia, generalmente diseñada para combatir el terrorismo, en una crisis de salud, es probable que el gobierno la utilice para abordar otras cuestiones, no necesariamente relacionadas con la seguridad del país. Además, estaremos vigilados (Orwell 1984) directamente por el primer ministro.

En general todo esto solo nos dará dolores de cabeza. Ya bastantes molestias causan las personas que llaman a horas inoportunas o nos persiguen para vendernos algo o para cobrarnos o pedirnos prestado, ahora encima de todo esto tenderemos que estar viéndole la cara al Shin Bet.

Qué bonito sería que toda esta pesadilla se acabe y que volvamos a las señales de humo que usaban los apaches.

En realidad todos estos nuevos inventos solo sirven para complicarnos la existencia.

Con lo sabroso que era decir mentiras por teléfono sin que nos delatara el semblante.

 


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

Enlace Judío México e Israel – Según expertos, el fin de la pandemia por COVID-19 se vislumbrará cuando tengamos una vacuna que prevenga nuevos contagios, contemos con una cura que la resuelva, se haya contagiado el 60-70 por ciento de la población mundial o se presente alguna situación que logre disiparla (como podría ser quizás y de forma provisional, el cambio de estación).

Ante esto, la comunidad científica esta enfocada desde el inicio de la epidemia en buscar una solución urgente. Ya algunos protocolos están probando una posible vacuna y los laboratorios de investigación trabajan para probar encontrar compuestos en tiempos récord.

En el Instituto Weizmann de Ciencias en Rehovot, a pesar de que ha bajado la actividad en el campus por las restricciones que ha impuesto el gobierno de Israel, existen grupos de investigación que asumiendo su responsabilidad como institución científica están volcados para apaciguar esta epidemia. Además de que pronto el Weizmann comenzará a apoyar al sistema de salud israelí haciendo pruebas diagnósticas de COVID-19 en sus laboratorios.

La estrategia que un grupo particular del Weizmann, liderado por el Dr. Nir London del Departamento de Química Orgánica en colaboración con el Dr. Frank von Delft de la Universidad de Oxford, busca encontrar a través de programas computacionales una molécula capaz de bloquear la actividad de la enzima proteasa viral, impidiendo así su reproducción, y por ende interrumpiendo la infección.

Cuando China hizo público el genoma del nuevo coronavirus a principio de enero, el grupo decidió modelar en computadora la proteasa viral y probar una librería completa de moléculas posibles para vislumbrar cuáles moléculas embonarían en el sitio activo de la enzima formando un enlace covalente irreversible para inactivarla. Química orgánica de computadora. De este sinfín de posibilidades, el grupo encontró 100 posibles sustancias que teóricamente y según la estructura molecular funcionarían para inactivar al virus SARS-CoV-2.

Habitualmente, los tiempos que se requieren para diseñar, probar y producir un nuevo medicamento pueden ser años e implicar costos sobre los billones de dólares. Sin embargo, por la urgencia de esta investigación, los científicos han hecho pública su preselección de 100 compuestos preliminares con la esperanza de que otros científicos del mundo colaboren para revisar teóricamente las estructuras y encontrar aquellas moléculas o derivados que pudieran ser exitosos. Una vez que la comunidad científica seleccione opciones viables en esta iniciativa de Ciencia Abierta (Open Science), el equipo del Weizmann podrá sintetizar las sustancias para poderlas probar contra el virus.

Una vez que las sustancias hayan sido elaboradas se harían las pruebas de efectividad en cultivos virales de SARS-CoV-2 en el laboratorio y de seguridad en animales y humanos.

Los científicos Nir London y Frank von Delft esperan poder descubrir el fármaco adecuado para curar la enfermedad COVID-19 en un mes. Tiempo ambicioso pero posible.

Esperemos buenas noticias muy pronto.

 


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

Enlace Judío México e Israel – Tomando prestado el título de la novela de Gabriel García Márquez, El Amor en los Tiempos del Cólera, veremos qué oportunidades nos presenta la actual crisis de coronavirus que amenaza, muy democráticamente, a toda la humanidad.

DUDE EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO

Así como la obra de García Márquez se enfoca casi totalmente en el amor, no en él cólera, y contiene sexo, mucho sexo, tratado de tal manera que hay quienes la consideran una de las mejores narraciones de amor contemporáneas, en la que el protagonista, Florentino, esperó 51 años, 9 meses y 4 días a consumar su amor por Fermina…

Mientras seduce a cientos de mujeres y comparte los secretos del sexo, sigue derrochando alegría en las hamacas de las pobres viudas solitarias”.

El significado del ideograma utilizado en el idioma chino para expresar crisis une dos conceptos, peligro y oportunidad. Es indudable que estamos frente a un peligro.

También es indudable e inevitable que muchas personas mueran a consecuencia del virus, pero hay muchas medidas que podemos tomar para reducir, en algo, la posibilidad de contagio. Y también hay muchas acciones que podemos implementar para sobrellevar el proceso y salir, cuando nos toque, fortalecidos.

Una de las prácticas más efectivas es el llamado “distanciamiento social”. Es evidente que mientras menos contacto tengamos con otras personas, menor será la posibilidad de contagio. Y en los casos de duda, este distanciamiento se convierte en una cuarentena forzosa, casi un arresto domiciliario de por lo menos dos semanas.

Aún cuando este no sea nuestro caso, las medidas oficiales de cancelar eventos públicos y la suspensión de clases en escuelas y de labores en empresas nos llevan a la opción casi única de estar recluidos en nuestras casas, lo que para el humano contemporáneo, en lugar de ser una bendición, parece un castigo, ya que no estamos acostumbrados a saber qué hacer con nuestro tiempo. La cantidad de series y programas de televisión que nuestra mente aguanta tiene un límite.

Muchas instituciones; periódicos, compañías de ópera, museos, gimnasios, bibliotecas etc. están ofreciendo, como servicio público, su contenido y sus clases. Pero, a la larga, estar todo el tiempo frente a una pantalla cansa la vista, la mente y el cuerpo.

Sin embargo, contamos con una posibilidad maravillosa, hasta milagrosa, que no solo nos hará más llevaderos los días, o quizá semanas, que estaremos semiaislados. Me refiero a el amor, no solo al amor romántico, sino al amor físico, al sexo. Tenemos la gran oportunidad de contar con el tiempo suficiente para encontrar nuevas dimensiones a esta actividad tan gratificante para el cuerpo y para el alma.

Así como con solo siete notas se ha escrito una infinidad de música, incluyendo obras maestras sublimes, así, con nuestro cuerpo, nuestra mente y, principalmente, nuestra actitud podemos llegar a conocer nuevas sensaciones, alcanzar niveles más altos de placer para nosotros y para nuestra pareja. No solo se trata de un pasatiempo, sino de un ejercicio de autoconocimiento y crecimiento personal en el que pondremos en juego nuestra imaginación, nuestra creatividad y hasta la condición física, que, definitivamente resultará beneficiada.

Y esto, sin olvidar que estaremos cumpliendo una muy importante Mitzvá. La Mishna Ketuvot establece que si un hombre está desempleado y no tiene nada que hacer, debe hacer el amor con su mujer por lo menos una vez al día”.  ¡Interesante!

Hemos sostenido que hacer el amor, tener relaciones sexuales, no solo consiste en acostarse, introducirse, eyacular y retirarse. Hemos dicho que el sexo involucra todos los sentidos, los cinco tradicionalmente reconocidos y otros más que cada uno podemos desarrollar.

Así, podemos convertir al encierro en una experiencia placentera, divertida y de unión y compenetración entre la pareja.

Para esto, usemos la imaginación y dispongámonos a salir de nuestro terreno conocido.

Comencemos con el habla y el oído.

Muchas parejas tienen pena o miedo de hablar de sexo entre sí. Este es un buen momento para brincar esa barrera y platicar de lo que nos gusta hacer o que nos hagan, y, de manera muy importante, lo que no nos gusta.

Muchas parejas sufren y se sienten frustrados silenciosamente por años al sentir que deben aguantar cosas que les desagradan, o por el contrario, que deben quedarse con las ganas de algo que les encante, y van acumulando resentimientos y sensaciones de falta de capacidad que hacen del sexo una actividad mecánica y obligatoria, carente de placer. Para esto, debe haber total apertura y confianza entre los integrantes de la pareja. Si D-ós nos hizo perfectos y nos regaló, nos ordenó el sexo, no hay nada que sea inadecuado prohibido ni pecaminoso, empezando por el hablar de este tema.

En muchos casos, la pareja encuentra que las expectativas del otro coinciden con las de uno, o son muy sencillas y hasta agradables de satisfacer, y que no se ha hecho por la pena de comentarlo y el miedo de que el otro piense mal.

Así que la primera recomendación es una buena sesión de plática tan desinhibida como ambos se sientan capaces. Esta puede ser sobre una taza de buen café o una copa de vino y llevarse a cabo con total apertura, estando dispuestos a escuchar todo, lo que sea, que el otro quiera decir, sin juzgar ni criticar.

De esto, casi siempre resultan sorpresas agradables y hasta divertidas. Es muy común que durante la plática, se empiece a sentir cierto calorcito que empieza en el vientre y se va esparciendo por todo el cuerpo, que la pareja empiece a parecernos más atractiva, que nos sea más simpática, que nos recuerde a los primeros días en que nos sentimos atraídos a él o a ella y que lo deseemos más de lo que lo hemos deseado en los últimos años.

Esto es un preludio a una sesión de amor físico muy placentera, ya sabiendo lo que el otro espera y lo que no le gusta. Es salirse de la terracería y entrar a la autopista.

Pero esto es solo el comienzo.

Les recomiendo esto: https://smoda.elpais.com/placeres/como-superar-cuarentena-en-pareja/

Continuará…

 


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

Enlace Judío México e Israel –  La historia de las cuarentenas data del siglo XIV, cuando Venecia en la Edad Media protegía sus puertos deteniendo a los barcos que llegaban de regiones con epidemias. Los barcos debían anclarse por cuarenta días antes del desembarque: de ahí la palabra italiana, quaranta giorni.

Sin embargo el concepto de aislamiento data desde la época bíblica. El libro de Vayikrá (Levítico 13:54) explica cómo se debe de separar a los enfermos de lepra.

Durante la Antigua Grecia, Hipócrates propuso los distanciamientos en sus escritos, incluso fue el primero en usar la palabra “epidemia” (del griego epi, encima; demos, pueblo; y logos, estudio), es decir “lo que está sobre las poblaciones”.

Así que la frase que escuchamos hoy en día de forma cotidiana, “distanciamiento social”, no es un invento moderno, sino una medida fundamental a la que se ha recurrido a lo largo de los tiempos para alentar el esparcimiento de una enfermedad.

Ahora que muchos estamos guardados en casa, cumpliendo con nuestro deber cívico, podemos inspirarnos de otros que durante periodos similares lograron trascender.

Cuenta la historia que en julio de 1606, cuando la epidemia de plaga bubónica invadió Londres, la compañía de teatro de William Shakespeare tuvo que cesar sus funciones. Algunos coinciden en que el autor inglés escribió King Lear y Macbeth mientras estaba en cuarentena por esta epidemia.

De forma similar, unos años después, cuando el joven Isaac Newton tenía 20 años, describió las tres leyes de movimiento mientras se aislaba de una epidemia también de plaga bubónica.

En 1665, Cambridge mandó a todos sus estudiantes a casa como medida de contención. Fue cuando Newton, jugando con unos prismas en su cuarto, describió sus teorías de óptica y sentado en la pradera de Woolsthorpe, vio la famosa manzana caer de un árbol.

A través de la historia las epidemias han marcado a las sociedades. Sin embargo no fue sino hasta el siglo XIX que cambió por completo la forma en que tratamos las epidemias gracias al brillante descubrimiento del doctor John Snow, ahora conocido como el padre de la epidemiología.

Antes pensaban que el mal olor del drenaje hacía que una persona cayera enferma de cólera. Sin embargo Snow entendió, y luego demostró, que lo que hacía que alguien se enfermara era el contacto directo con una fuente contaminada. Snow hizo sus observaciones durante el brote de cólera en Londres de 1854.

Trazó un mapa de la ciudad e identificó que todos sus pacientes residían en las viviendas que recibían agua del pozo de la calle Broad. Una conclusión brillante. Cuando John Snow habló con las autoridades de la ciudad e interrumpió el uso del pozo logró finalmente detener la epidemia. Gracias a él el abasto de agua fue corregido ahí y en varias ciudades, cambiando el destino de miles. Hoy, en la calle de Broad Street, Londres, hay un pequeño monumento en el lugar donde alguna vez se ubicaba el pozo.

Ahora, en el siglo XXI, en que la humanidad se enfrenta a la pandemia de COVID-19, los tiempos nos obligan a familiarizarnos con algunos conceptos de la ciencia que estudia este fenómeno: la epidemiología, que es la rama de la salud pública que tiene como propósito investigar la distribución, frecuencia y determinantes de la salud en poblaciones humanas así como las modalidades y el impacto de las respuestas sociales.

Todos hablan del paciente cero (o el primero en presentar la enfermedad), en Ro (la tasa de contagio), en aplanar la curva (disminuir la velocidad de contagio) o en la diferencia entre una pandemia (presente en todo el mundo) y una epidemia (contagio a nivel regional).

Un texto que recibí hace unos días del colegio de mis hijos habla de la situación de emergencia en que estamos viviendo, y de cómo dentro de esta palabra existe el concepto de “emerger”.

Tal cual esta situación nos da ejemplos de cómo instituciones y corporaciones están emergiendo con ejemplos extraordinarios. Entre ellos menciono algunos.

La compañía española Inditex, dueña de Zara, esta usando su fuerza productiva y logística para manufacturar y distribuir tapabocas y vestimenta médica.

Gran Bretaña pidió a Ford y Dyson que contribuyan a la elaboración de material médico. General Motors y Tesla están dispuestos a frenar su producción automotriz e integrar a sus líneas la elaboración de ventiladores para poder responder a la posible sobredemanda en EE.UU, recordando a las fábricas de Detroit que bajo el pedido del presidente Roosvelt suspendieron la elaboración de coches para hacer tanques durante la Segunda Guerra Mundial.

Empresas cerveceras y destilerías en distintos países están adaptando sus equipos para la elaboración de gel antibacterial, entre ellas Ambev en Brasil y Brewdog en Escocia. La ocasión amerita el nivel de compromiso con la sociedad.

A nivel personal, en que nuestro derecho de agrupación y libertad de traslado se ha visto mitigado, surge la reflexión sobre qué tan importantes son esos traslados, antes fundamentales, a reuniones, que hoy se pueden dar con éxito a través de plataformas cibernéticas. Somos testigos de las consecuencias en la disminución en la actividad humana.

Desde el espacio, mediciones de emisiones de gases efecto invernadero, principalmente en China e Italia, muestran que esta pandemia ha beneficiado en ese sentido al medio ambiente. Claro que el mundo, espero pronto, regrese a la “normalidad”, pero mientras tanto podemos hacer un cuestionamiento sobre lo que es realmente imprescindible y no.

Es un momento que también sirve de introspección. Hace muchos años que los canales de Venecia no lucían con el agua tan cristalina que peces y cisnes han vuelto a habitarlos. Bloomberg llama a esta medida DOMO (data on missing out), la información que resulta por no hacer. Será un indicador interesante.

Durante esta cuarentena, voluntaria u obligada, te invito a reconectarte con los tuyos, mirar con perspectiva éste momento histórico que marcará sin duda el paso del ser humano por el mundo, a cuidar de tu salud, valorar lo que realmente es importante y apoyar a nuestros médicos y enfermeras quedándote en casa, aislándote.

Quizás este periodo disruptivo engendrará la oportunidad para nuevos héroes: los próximos Shakespeare y Newton del siglo XXI.

 


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Enlace Judío México e Israel – Supongo que en esa noche en que Moisés avisó que todo mundo tenía que encerrarse en su casa debió haber quien no estuviera demasiado contento con la medida. “¿Para qué, si Egipto todavía no entra en la Fase 2?”, pudo ser el argumento. Pero la medida de Moisés funcionó, según el texto bíblico, y eso nos deja una interesante lección para estos días de pandemia.

Una plaga es una plaga, y aunque cada una tiene sus particularidades, hay paradigmas que resultan interesantes porque se hacen presentes una y otra vez.

La plaga que nos azota hoy en día no tiene muchas similitudes con las famosas Diez Plagas que, según el relato del Éxodo, azotaron a Egipto por la necedad del Faraón al no querer dejar libre al pueblo de Israel.

Lo de hoy es una pandemia surgida de manera natural (no, querido lector: no es un virus inventado por una potencia occidental para fastidiarnos la vida). Lo clásico, pero impredecible: los virus —como todas las especies— presentan mutaciones todo el tiempo. Alguna de estas, por casualidad, los hace aptos para reproducirse en el organismo humano, y entonces aparece una nueva cepa viral. Es decir, una nueva enfermedad para la cual, por supuesto, no tenemos anticuerpos. Eso fue lo que pasó con el llamado COVID-19, una mutación que resultó apta para reproducirse en nuestros cuerpos. Al no estar preparado para ello nuestro sistema inmunológico, el contagio es fácil y rápido.

El relato bíblico no aborda el tema de las Diez Plagas desde ningún tecnicismo médico. Simplemente, las menciona como juicios divinos contra la dureza del Faraón. Pero hay dos que tienen un evidente perfil médico: la sexta plaga fue de úlceras, y la décima fue la muerte de los primogénitos.

Según el libro del Éxodo, los israelitas no fueron afectados por ninguna de estas plagas. ¿Por qué? Vamos a decirlo en los términos que estamos usando hoy en día a causa de la pandemia de coronavirus: porque estaban aislados.

Cuando ocurrió la plaga de úlceras, los israelitas estaban recluidos en Goshen. Cuando murieron los primogénitos, cada familia estaba recluida en su casa.

No es este el espacio para tratar de reconstruir los eventos históricos relacionados con las plagas. Más bien, quiero plantear una pregunta obligada: ¿Será que los autores de este relato estaban informados de que el aislamiento social rompe las cadenas de contagio durante una epidemia?

Las simulaciones que se han hecho por medio de algoritmos lo demuestran contundentemente: si todo un grupo social está en movimiento, lo más seguro es que un brote epidémico contagie a todos; si una parte de ese grupo es confinada a cuarentena en un principio, lo más probable es que el contagio total de todos modos se dé, pero será más lento, gradual; si el 75 por ciento del grupo está inmóvil, los contagios totales se reducen a alrededor del 50 por ciento; y si la inmovilidad se la aplica el 82.5 por ciento, los contagios se verán reducidos a un 20 por ciento aproximadamente.

¿A qué me refiero por inmovilidad? En términos actuales, a quedarse aislado en casa. De hecho, eso significa estar aislado en Goshen y encerrarse durante la cena de Pésaj: mantenerse al margen del grupo que está siendo azotado por diversas plagas.

En gran medida, esta misma situación —me refiero estrictamente al tema que podríamos definir como de salud pública— se replicó durante la devastadora epidemia de la Peste Negra en Europa. Sus orígenes están en Asia, pero los datos que nos interesan por el momento son que en 1347 un barco genovés llegó a Italia desde el mar Negro. Sus tripulantes estaban infectados, y ninguno llegó vivo. Ahí comenzó a diseminarse por Europa el virus, y para 1361 había afectado prácticamente todo el territorio. Se calcula que murió, por lo menos, la tercera parte de la población europea, unas 25 millones de personas.

Las comunidades judías fueron de las menos afectadas, por dos razones. La primera, por los hábitos de higiene inculcados por la propia tradición judía, mucho más avanzados que los del europeo promedio de aquellos tiempos. La segunda, porque estaban aisladas. No voluntariamente, por cierto. La vida en guetos y aljamas, generalmente en condiciones de marginación, fue algo que se le impuso a los judíos en la Edad Media. Pero eso resultó benéfico en el momento más crítico de la expansión de la epidemia, aproximadamente entre 1347 y 1353.

Finalmente, hoy estamos viendo en directo cómo esta noción de aislarse ante una epidemia rinde buenos resultados.

Israel reportó su primer caso de COVID-19 el 21 de febrero, exactamente al mismo tiempo que España. Pero el gobierno israelí decidió aplicar medidas drásticas, poniendo a todas las personas que llegaran desde el extranjero en aislamiento durante 14 días, para cerciorarse de que no vinieran infectadas. Muchos se quejaron de ello, tanto adentro como afuera del país. Lo consideraron discriminatorio. Pero el gobierno no cambió de postura, y los aislamientos se siguieron implementando. Conforme se llegó a situaciones más graves en el exterior (sobre todo en Irán e Italia), Israel endureció sus medidas hasta cerrar sus fronteras para todos los extranjeros.

España hizo todo lo contrario. Su primer error fue considerar que el COVID-19 sería más o menos similar a una fuerte gripe. Su segundo error, aplazar la aplicación de medidas drásticas para romper la cadena de contagios. O, por decirlo de otro modo, aplazar demasiado la aplicación del aislamiento.

El resultado es evidente: al momento de escribir estas líneas, España tiene alrededor de 18 mil contagiados y más de 800 muertos; Israel apenas tiene cerca de 700 contagiados y ningún muerto. Incluso, Michael Levitt —Premio Nobel de Química en 2013— comentó, al ver cómo está funcionando la estrategia israelí, que le extrañaría que al final del proceso pandémico el país entero tuviera más de cinco muertos.

Pese al éxito, el gobierno ha señalado que podría endurecer las medidas. No quiere riesgos.

En Israel, al igual que en todo el mundo, se enferman niños, adolescentes, jóvenes, adultos y gente de la tercera edad. ¿Por qué no hay una ola de decesos, especialmente en las personas más vulnerables, como los mayores de 60 años o quienes tengan antecedentes clínicos difíciles, o estén bajo tratamientos o condiciones que depriman el sistema inmunológico?

Una posible respuesta es que debido a la baja tasa de contagios, los sistemas de salud no se han visto abrumados. Todavía pueden atender a todos los que lo necesitan.

En Italia sucedió todo lo contrario: el sistema de salud colapsó y se llegó al punto de tomar una decisión propia de la llamada “medicina de guerra” (es decir, práctica médica en tiempos de guerra): los adultos mayores a 80 años no son prioritarios para ser atendidos. Si hay demasiada demanda, simplemente se les deja morir.

Así que el aislamiento funciona.

Cierto. Es incómodo. En determinadas circunstancias incluso puede ser atemorizante o deprimente. Pero grandes problemas requieren de grandes esfuerzos, y estamos frente a uno de estos casos con la pandemia del COVID-19.

Buen momento para recuperar los paradigmas bíblicos que, en gran medida, sentaron las bases para hacer de Israel un pueblo de sobrevivientes: en la vida cotidiana, mucha higiene; y en caso de plaga, aislamiento.

La pura existencia del libro del Éxodo y el éxito que está teniendo Israel en el control del coronavirus demuestran que funciona.

Hagan caso, por favor.


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Enlace Judío México e Israel – “Israel y México, fortaleciendo el liderazgo de la mujer en ciencia, innovación y tecnología” fue el título del panel y conferencia que organizo la Embajada de Israel en México, en conjunto con la Universidad Anahuac.

“Si sumamos mujeres más innovación, el resultado es exponencial”, fueron las primeras palabras con que Alfredo Nava, director de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac saludó a los presentes a este encuentro.

“En nuestra Universidad, más de la mitad de la comunidad son mujeres; tenemos 7,040 alumnas, 2,241 académicas y profesoras, y todavía faltan muchas mujeres por meterse a estas carreras, de matemáticas ciencias e ingeniería”, dijo y agregó que aún hay mucho por hacer.

.Entre las panelistas se encontraban Silvia Gerson, presidenta del Instituto Weizmann en
México; Claudia Dorenbaum, representante de Tikkun Olam Makers (TOM) en México; y Rina
Fainstein, fundadora y CEO de Nogaplus Company, las cuales expusieron sus retos, y sus compromisos para  llevar a cabo sus proyectos de superación y, así, contribuir al desarrollo profesional, social y gerencial de las mujeres.

El evento contó con la presencia, de Tal Naim, agregada de Cultura, Prensa y Diplomacia Pública
de la Embajada de Israel en México, así como de Irit Tal, esposa del embajador de Israel en México, el señor Zvi Tal.

 

Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico

 

 

Enlace Judío se une a la pena que embarga a la familia de

Isaac Modje Marcovich Riwich Z”L

Falleció este jueves 19 de marzo de 2020.

De acuerdo a los protocolos fijados en el comunicado #7 emitido por el Comité Central de la Comunidad Judía y los presidentes de las comunidades, la Levaye se llevó a cabo el día de hoy en el Bet Hajaim de la Kehilá.

Conforme al mismo comunicado, durante los días de Shive se restringirá la asistencia a la familia directa en primer grado. Se sugiere a quienes deseen expresar sus condolencias, que lo hagan exclusivamente por teléfono o vía electrónica.

ESPOSA:

Raquel Marcovich

HIJOS:

Eva Marcovich

Anita Koslowski

Esther Saad

HERMANOS:

Malka Marcovich

David Marcovich

Que la familia no sepa más de penas.

Enlace Judío México e Israel – Estos son los siete consejos del rabino Askenazi para hacer que tus oraciones lleguen a su destino. Escúchalos y dale power a tu tefilá. 

“Rezar es una plática diaria y constante con tu creador”, dijo el rabino Raúl Askenazi, citando a Abraham ben Moisés ben Maimón, el hijo del Rambam. Cumplir con la mitzvá del rezo equivale a cumplir con las 613 mitzvot, señaló.

Pero, ¿es posible rezar de tal forma que nuestras plegarias sean escuchadas por el Creador? La respuesta, dijo, es “sí”. Y para hablar del cómo, el rabino preparó siete puntos principales para darle fuerza a la tefilá.

Sobre eso versó la conferencia virtual “Dale power a tu tefilá” que, en esta época de aislamiento social, el rabino ofreció para el público de Enlace Judío a través de una transmisión de Facebook Live.

A continuación, te ofrecemos un resumen de su conferencia, los siete puntos a seguir para darle power al rezo.

Rezar con alegría

“Está escrito en la Torá que cuando la persona reza con alegría, su rezo es imparable, tiene muchísimo poder”, dijo. Explicó que es una costumbre que la gente se acerque a los novios contrayentes para pedirles bendiciones. De la misma manera, cuando alguien celebra su cumpleaños, la gente puede aproximarse para pedirle sus buenos deseos. Esto se debe, dijo, a que las personas que están alegres tienen las puertas del cielo abiertas. Por lo que su consejo es: reza con alegría y, cuando te sientas feliz y pleno, aprovecha para hablar con tu Creador.

Con el corazón

Rezar con amor y con cariño es el segundo consejo del rabino Raúl Askenazi para darle fuerza a la tefilá. Ejemplifica con una historia del rabino Baal Shem Tov, fundador del judaísmo jasídico, quien luego de rezar cada Yom Kipur recibía en sueños la visita del mismo Eliahu Hanavi, quien lo felicitaba por haber realizado el rezo más poderoso del mundo. Así fue cada año hasta que un día, el profeta se le apareció para decirle que esta vez, el rezo más poderoso había provenido de alguien más.

A la mañana siguiente, el gran rabino fue a buscar al hombre en cuestión, solo para descubrir que era un humilde carnicero que no sabía rezar pero que había recitado, con todo su corazón, una y otra vez, las diez primeras letras del alfabeto hebreo para que Dios formara con ellas las palabras y las frases que quisiera.

“Si entregas tu corazón en cada letra y en cada palabra que sale de tu boca, Dios agarrará ese rezo y hará el rezo más poderoso del planeta tierra.”

Cuando actúas de manera extraordinaria

Pese a que, por derecho Divino, el rey David podía haberse levantado todos los días  las 10:00 de la mañana, solía levantarse a medianoche a alabar a Dios. “¿Díganme ustedes si no es esto un acto extraordinario?” Otra de las acciones extraordinarias que caracterizaban a David era su decisión de salir al campo de batalla junto a su ejército. Por eso, “el rey David le decía a Dios: ‘escucha mi rezo porque mi rezo es muy poderoso ya que soy extraordinario’.”

En consecuencia, el tercer consejo del rabino Askenasi consiste en rezar cada vez que hagamos algo extraordinario, como pedir por el otro antes que por uno mismo, o quedarse callado como única respuesta a un insulto o a un agravio. Actuar de manera extraordinaria, dijo, nos abre las puertas del cielo para que nuestros rezos se vuelvan más poderosos.

Pide de verdad

Cuando estamos en un aprieto, explicó el rabino, confiamos en Dios para que nos saque de él. Sin embargo, no solo confiamos en él sino en las personas que podrían ayudarnos: un médico, un abogado… Sin embargo, estos son solo emisarios de Dios, ayudantes a través de los cuales, Dios opera para salvarnos.

“Si la persona de verdad entiende que la salvación plena y completa está en Dios, y cuando reza, reza de esa forma, entendiendo que el único que lo puede ayudar es Dios, sin tener fe en nadie más, más que en Dios, ese rezo tiene muchísimo poder.”

El llanto

Cuando fue destruido el Segundo Templo, dice el rabino Askenazi en referencia al Talmud, Dios cerró los portones del cielo para nuestros rezos. Pero hay unos portones que permanecieron abiertos: los que permiten que por ahí transiten nuestro rezos cuando lloramos.

“Cuando una persona reza con lágrimas, reza con llanto, ese rezo es el más poderoso del planeta Tierra”, afirmó el religioso. Incluso, dijo, si las lágrimas se derraman a consecuencia de una película que nos conmueve y hasta porque picamos cebolla. Su consejo es aprovechar cada momento de llanto para rezar porque, así, nuestro rezo será muy poderoso.

Rezar en grupo

Es más poderoso el rezo conjunto de mucha gente que el rezo individual, explica Askenazi. “Cuando todos los judíos rezan por una sola cosa a la vez, por un mismo fin, la unión, señores, hace la fuerza”, dijo.

En estos tiempos en que juntarse a rezar es peligroso para la salud, los grupos pueden ser virtuales. Organizarse por WhatsApp, por ejemplo, para rezar un mismo texto a la vez en todo el mundo, es la coaj, la fuerza que se necesita para que ese rezo no encuentre fronteras.

Alaba, pide y agradece… luego, vuelve a pedir

El último consejo que dio el rabino Raúl Askenazi en su conferencia virtual fue seguir la lógica de la Amidá: primero, alabar a Dios, es decir, reconocer su grandeza y, por ende, la confianza que en él se deposita; luego, pedirle a Dios (salud, inteligencia, sustento, amor, felicidad) y, por último, agradecer a Dios por todas sus bendiciones.

Pero así como en la Amidá hay un último rezo en el que volvemos a pedir a Dios, el rabino recomienda que, tras agradecerle al Creador por todo lo que sí tenemos, volvamos a pedirle. Pone como ejemplo el nacimiento de un hijo: le agradecemos a Dios tal evento pero luego le pedimos que nos lo conserve, que lo deje crecer y realizarse. Y si se trata de un negocio que nos ha traído grandes utilidades, lo mismo: le damos las gracias a Dios y luego le pedimos que nos deje usar ese dinero para bienestar de nuestra familia.

 

Así terminó la emotiva e interesante conferencia virtual del rabino Raúl Askenazi. Te invitamos a ver el video completo que compartimos contigo.

 

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Enlace Judío México e Israel – 10 recomendaciones de Netflix para que veas durante tu tiempo de encierro.

El tiempo que estaremos encerrados en nuestros hogares debido al coronavirus es indefinido, y ante este panorama se nos abren dos opciones: dedicar nuestro tiempo al ocio total, a comer de más y a llenar nuestro día de actividades que no nos aportan nada, o bien, aprovechar al máximo el tiempo a solas o en familia.

Si estás solo en casa o con tu pareja, es tiempo para ver esa serie de televisión, leer esos libros que tanto tiempo llevan esperando en las repisas, tener esas largas conversaciones que a veces las actividades y prisas cotidianas nos impiden tener.

Si estás en familia, puedes aprovechar el tiempo para jugar juegos de mesa, para platicar, para compartir largos ratos frente a la televisión, y es que la televisión no es la caja de antes que sólo ofrecía entretenimiento masivo y vacío, ahora la televisión se ha vuelto también la herramienta en la que podemos encontrar mucha cultura y aprendizaje, es por ello que aquí te damos una lista de 10 películas o series con temática judía que puedes encontrar en Netflix, porque hoy por hoy el tiempo libre puede traducirse en extraordinarios ratos productivos.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío

Enlace Judío México e Israel – El siguiente es un texto escrito por Edna Rueda Abrahams

Y así un día se llenó el mundo con la nefasta promesa de un apocalipsis viral y de pronto las fronteras que se defendieron con guerras se quebraron con gotitas de saliva, hubo equidad en el contagio que se repartía igual para ricos y pobres, las potencias que se sentían infalibles vieron cómo se puede caer ante un beso, ante un abrazo.

Y nos dimos cuenta de lo que es y de lo que no es importante, y entonces una enfermera se volvió más indispensable que un futbolista, y un hospital se hizo más urgente que un misil.

Se apagaron luces en estadios, se detuvieron los conciertos los rodajes de las películas, los servicios religiosos y los encuentros masivos y entonces en el mundo hubo tiempo para la reflexión a solas, y para esperar en casa que lleguen todos y para reunirse frente a fogatas, mesas, mecedoras, hamacas y contar cuentos que estuvieron a punto de ser olvidados.

Tres gotitas de virus en el aire, nos han puesto a cuidar ancianos, a valorar la ciencia por encima de la economía, nos ha dicho que no solo los indigentes traen pestes, que nuestra pirámide de valores estaba invertida, que la vida siempre fue primero y que las otras cosas son simples accesorios.

No hay un lugar seguro, en la mente de todos nos caben todos y empezamos a desearle el bien al vecino, necesitamos que se mantenga seguro, necesitamos que no se enferme, que viva mucho, que sea feliz y junto a una paranoia hervida en desinfectante nos damos cuenta que, si yo tengo agua y el de más allá no, mi vida está en riesgo.

Volvimos a ser la aldea, la solidaridad se tiñe de miedo y a riesgo de perdernos en el aislamiento, existe una sola alternativa: ser mejores mientras estemos unidos.

Si todo sale bien, la sociedad cambiará para siempre. Las miradas serán nuestro saludo y reservaremos el beso solo para quien ya tenga nuestro corazón, cuando todos los mapas se tiñan de rojo con la presencia del coronavirus, las fronteras no serán necesarias y el tránsito de quienes vienen a dar esperanzas será bien recibido bajo cualquier idioma y debajo de cualquier color de piel, dejará de importar si no entendía tu forma de vida, si tu fe no era la mía, bastará que te anime a extender tu mano cuando nadie más lo quiera hacer.

Puede ser, solo es una posibilidad, que este virus nos haga más humanos y que de este diluvio atroz surja un nuevo pacto, un pacto desde donde todo empiece de cero”.

 


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.