Enlace Judío México e Israel.- Los funcionarios prometen no dejar a nadie atrás, organizando vuelos a las cuatro esquinas del mundo, mientras citan el principio judío de “responsabilidad mutua”

Funcionarios israelíes estiman que en la actualidad hay unos 10.000 ciudadanos en el extranjero que quieren volver a casa, mientras crece la preocupación de que la pandemia del coronavirus en constante aumento pueda impedir o dificultar extremadamente su regreso.

El gobierno promete no dejar a nadie atrás, y extrema sus esfuerzos trabajando actualmente en organizar una docena de vuelos a varios destinos en todo el mundo, al tiempo que los diplomáticos advierten a los turistas que cada vez más países están cerrando rápidamente su espacio aéreo, informa Raphael Ahren en The Times of Israel.

Intentar repatriar a los israelíes se ha convertido en la misión principal del Ministerio de Relaciones Exteriores, asumiendo la mayor parte de sus recursos ya escasos.

El desafío llega en un momento precario para el ministerio: docenas de altos funcionarios del ministerio, incluido el director general Yuval Rotem, varios subdirectores generales, todo el curso de cadetes de futuros diplomáticos, así como el cónsul general de Nueva York Dani Dayan, actualmente se encuentran en cuarentena por estar expuestos al coronavirus. Además, al menos tres diplomáticos, dos en Alemania y uno en España, se han infectado.

“Estamos trabajando constantemente las 24 horas con nuestras cabezas y corazones”, dijo Jeremy Issacharoff, embajador de Israel en Berlín, quien dijo sentirse bien a pesar de haber contraído COVID-19 la semana pasada. “Estamos dispuestos a ayudar a las personas que lo necesitan desesperadamente. Al fin y al cabo, somos un servicio exterior, y ayudar a los ciudadanos israelíes que lo necesitan, es lo que hacemos”.

El viernes, por ejemplo, diplomáticos israelíes en India lograron llevar a un grupo de sesenta mochileros en Kasol, en el norte del país, a autobuses en ruta a la capital, Nueva Delhi, donde tomaron vuelos a casa.

Un grupo de mochileros israelíes que estaban varados en el norte de la India pero lograron regresar a casa con la ayuda de la Embajada de Israel en Nueva Delhi, marzo de 2020 (Yogi Makasol)

También la semana pasada, un sobreviviente del Holocausto de 92 años quedó atrapado en Munich, donde daba conferencias a estudiantes alemanes, sin su medicina. Sin mucha fanfarria mediática, en pocas horas Issacharoff y la cónsul general de Israel en la ciudad, Sandra Simovich, lograron conseguirle todo lo que necesitaba, incluido un vuelo en easyjet a Tel Aviv al día siguiente.

“No hay otro ministerio de relaciones exteriores en el mundo que se ocupe de sus ciudadanos varados como nosotros”, dijo Lior Haiat, el portavoz del ministerio, que trabaja desde su casa después de entrar en contacto con dos personas infectadas con el coronavirus. “Consideramos que es nuestro deber profesional y nuestra responsabilidad personal hacer todo lo posible para asegurarnos de que nadie se quede atrás”.

Cuatro vuelos ya llegaron desde Lima, Perú, la semana con más de 1,000 israelíes a bordo de cuatro El Al 787 Dreamliners. Estos vuelos, los más largos realizados por una aerolínea israelí, fueron gratuitos para los mochileros varados, ya que los costos fueron pagados por varios patrocinadores.

Los funcionarios israelíes prometen no escatimar esfuerzos para repatriar también a las 23 personas que no consiguieron abordar el avión por falta de plazas.

El ministerio también trabaja con El Al y otras dos aerolíneas israelíes, Israir y Arkia, para varias “misiones de rescate” en otras partes del mundo, como Australia, Costa Rica, India (Mumbai y Nueva Delhi), Italia, Croacia, Argentina y Brasil. Pero estos son vuelos comerciales que los pasajeros deben pagar por su cuenta.

Haiat explicó que se trata de “arvut hadadit”, el término hebreo que se traduce aproximadamente como solidaridad o responsabilidad comunitaria. “Es una sensación de que todos estamos juntos en esto, que somos una familia extensa. Ayudamos a otros israelíes como ayudaríamos a un primo o un hermano”.

La mayoría de los israelíes que contactaron con el ministerio para solicitar ayuda reclamaron que tras haber prestado su servicio a Israel en el ejército, el país estaba en deuda con ellos. Para Haiat, su reclamación era justa pero también alegó que es responsabilidad de cada uno asegurarse que vuelve a casa. Especialmente después de las constantes alertas de que los países estaban cerrando sus espacios aéreos.

“Ocúpense de ustedes mismos”, dijo Joel Lion, enviado de Israel en Kiev, citando el dicho bíblico sobre la necesidad de proteger la salud.

“Utilicen las ventanas de oportunidad aún abiertas, compren un boleto y vuelen a Israel lo antes posible”, agregó Alon Lavi, el cónsul general en Sao Paulo.

A través de Turquía, EE. UU. y Etiopía, todavía era posible llegar al aeropuerto Ben-Gurion, pero enseguida, Turkish Airways anunció que dejaba de volar de Estambul a Tel Aviv el viernes.

Algunos de estos mochileros escribieron en grupos de WhatsApp que si esperaban hasta que se cierre el espacio aéreo, los llevarían a casa de forma gratuita pero un funcionario aclaró que ya no se planean más vuelos gratuitos. Y pronto no será posible siquiera volar.

Dada la emergencia, el ministro de Relaciones Exteriores, Israel Katz, desarrolló un “plan nacional de emergencia” para repatriar a los israelíes varados en el extranjero. El gabinete aceptó su solicitud de que el Ministerio trabaje al 50 por ciento de su capacidad, a diferencia de la mayoría de los otros ministerios, a quienes se ordenó reducir su personal al 30% a fin de promover el distanciamiento social.

“Todavía hay vuelos comerciales disponibles desde la mayoría de los países, y es posible regresar”, dijo.

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