Enlace Judío México e Israel – Analicemos una de las fechas más siniestras en la historia del pueblo judío.

MARCOS L. SUSSKIND

La España medieval no existía: era una sucesión de reinos como Castilla, León, Navarra, Aragón y otros, independientes entre sí. En 1469 se casaron Fernando de Aragón y Isabel de Castilla, lo que inició la formación de España como país.

Isabel era profundamente católica y tenía al fraile Tomás de Torquemada como su confesor. España tenía el mayor contingente de conversos judíos en el mundo, llamados “cristianos nuevos”, vistos con profunda sospecha por la iglesia y por los “cristianos viejos”. Torquemada nutrió un odio profundo hacia los judíos e incitaba a la corona a perseguirlos, bajo el argumento de “sangre limpia”, la eliminación de los no cristianos del reino.

El reino atravesaba una grave crisis financiera y un renacimiento de la fe cristiana. Los judíos ya eran una poderosa burguesía urbana. Vetados de la posesión de tierras, se dedicaron al comercio y las finanzas. Fernando de Aragón ve esta combinación de hechos como una buena razón para respaldar las ideas de Torquemada y, en 1478, autorizó la persecución de judíos y conversos acusados de prácticas judaizantes.

La persecución comenzó exactamente confiscando los bienes de los judíos y los “cristianos nuevos”, y cancelando las deudas de la Corona con los financieros judíos, lo que alivia las finanzas del Estado y le da a Fernando de Aragón mayores razones para aumentar la libertad de acción de Torquemada. Siendo dominicano, usa el derecho de crear Tribunales del Santo Oficio y comienza a publicar instrucciones que lleven a delaciones. Algunas de sus instrucciones:

“Si notas que tus vecinos visten ropa limpia y colorida el sábado, son judíos”.

“Si limpian sus casas los viernes y encienden velas antes de lo habitual esa noche, son judíos”.

“Si comen pan ázimo y comienzan su comida con apio y lechuga durante la Semana Santa, son judíos”.

“Si dicen sus oraciones frente a una pared, inclinándose hacia adelante y hacia atrás, son judíos”.

Lo más intrigante fue la orden de observar si sus vecinos se bañaban y denunciar a cualquiera que usara toallas limpias en la víspera del sábado, mientras la Iglesia condenaba el baño por considerarlo un lujo innecesario y pecaminoso, ampliamente practicado por los judíos. Los padres, por ejemplo, se bañaban solo dos veces al año y los más entusiasmados con la limpieza se bañaban, como máximo, dos veces al año. El rey mismo lo hacia solo con prescripción medica y con las debidas precauciones.

Sin embargo, los judíos estaban obligados a limpiarse, ya que la religión obliga al judío a lavarse las manos al despertar, antes de tocar su cuerpo. También tres veces al día, antes de las oraciones y nuevamente antes de cada comida. Finalmente, el mandamiento de Mikve, el baño ritual obligatorio generalmente los viernes y, para las mujeres, después de la menstruación. Esta limpieza ayudó a las delaciones.

Torquemada realizó un notorio juicio en 1490, durante el cual acusó a los judíos de rituales satánicos y de crucificar a niños cristianos. Su predicación aumentó el odio a los judíos y en 1492 convenció a Fernando e Isabel de expulsar a los judíos del territorio español. La ley se firma el 32 de marzo de 1492 y recibió el nombre de Edicto de Granada o Decreto de la Alhambra. La ley se hizo pública el 29 de abril de 1492 y los judíos tuvieron un período máximo de 90 días para “convertirse al catolicismo o abandonar España para nunca volver al Reino”, dejando lógicamente sus propiedades al Reino. Cualquier judío que quedara sería asesinado.

Miles se convirtieron y decenas de miles se exiliaron, una gran parte en Portugal. Dom Manuel I les da la bienvenida y en un período relativamente corto los judíos crearon una economía próspera y un centro intelectual en Portugal. Fernando de Aragón ve esto como una amenaza. Se le propone casarse con la hija de Fernando e Isabel, también llamada Isabel, que albergaba un profundo odio hacia los judíos. ¡Isabel, la hija, le escribió a D. Manuel que no cruzaría la frontera mientras hubiera un solo judío en el reino!

Las condiciones establecidas en el pacto nupcial fueron:

  1. Portugal no se uniría a Francia y lucharía junto con España contra los turcos.
  2. Judíos y moros serían expulsados de Portugal

La Inquisición española llevó a 300,000 judíos a prisión, tortura y muerte en la hoguera o colgados, en los llamados auto de fe.

La Inquisición continuó en España hasta 1834, durante 356 años. En Portugal se extinguió después de 324 años, en 1821, casualmente el mismo día del 31 de marzo.

*El autor es un brasileño residente en Israel, guía turístico, panelista y activista comunitario.  Su correo electrónico es [email protected]


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