Enlace Judío México e Israel – El rabino Yeshayahu Haber fue el fundador de la fundación Matnat Jaim (regalo de vida) que se ocupaba de encontrar donantes altruistas de riñón para ser donados a aquellos que lo necesitaban y que una donación era su ultima esperanza.

HERNÁN FELMAN

Su magnifica iniciativa trajo nueva y mejor vida a 800 israelíes.

Ya las primeras noticias de su enfermedad junto a algunos de sus familiares cercanos me golpeó profundamente.

Seguí de cerca las actividades del Rabino Haber cuando donantes y receptores eran personas anónimas, también cuando alguno de ellos era alguien conocido como hace poco tiempo el donante fue el miembro de la Knéset, Hili Troper, a quien deseo larga vida.

Mi interés por el tema comenzó en la Argentina hace ya casi 59 años.

Mi querida mujer Tzipora Z”l enfermó de los riñones y rápidamente llegamos a la situación de que solo un trasplante podría salvarla de años de diálisis, sufrimiento sin fin.

Vimos a nuestro alrededor como enfermos en su misma situación pero con grandes familias no lograban conseguir un solo donante, recuerdo al jefe del equipo contándonos que aquellos que fueron encontrados como factibles, pedían a los médicos que dijeran lo contrario.

Nuestra situación fue totalmente distinta, su abuela y padre fueron desestimados por los médicos por su situación. Fue así que sus dos hermanas, Dvora y Malka se ofrecieron y el equipo medico optó por Malka la hermana menor, quien tenía las características mas cercanas. Dvora seguro lamentó no ser electa para donar su riñón.

Hoy Malka y David son padres de 4 hijos, siete nietos y otros mas en camino.

Mi querida mujer obtuvo de regalo otros 32 años de buena vida. Aquellas épocas no tan buenas, las pasó como verdadera luchadora, con optimismo y con mucha alegría.

Gracias a la donación, mis hijos Gustavo y Carina disfrutaron largos años junto a su madre, y mis nietos Nadav, Eden y Mia, de una Bobe innigualable.

En sus últimos años de vida, también mi hermana Norma pasó todos los estudios para donarle un riñón, algo que ya no fue posible dado se estado general.

Mi Tzipora trabajó como maestra jardinera y mas tarde, después de estudios intensivos, como maestra de discapacitados. Trabajo con niños y adultos y ayudo a cientos de ellos a adelantar en sus vidas. En cada caída de salud luchó siempre para volver a su trabajo que tanto quería. No recuerdo que nunca haya utilizado todos los días que los médicos le hayan autorizado. Sabia que el restablecimiento verdadero llegaría volviendo a su rutina.

No tuve el honor de conocer al Rabino Haber, no creo que haya merecedor mayor que el para recibir el Premio Israel.

800 personas le deben haber logrado una vida mejor, ¡y aun sus vidas!

Todos le debemos a él haber aprendido qué es el altruismo verdadero: dar desinteresadamente y ver en todos a nuestros hermanos.

Solo es mi deseo que su objetivo de vida siga existiendo.

Que en paz descanse.

 

*El autor es vicepresidente del Keren Kayemet LeIsrael.


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