RABINO YOSEF BITTÓN

LAS 4 PEORES SEMANAS DE LA HISTORIA DE ISRAEL

La guerra de Independencia de Israel fue el conflicto armado más crítico para la supervivencia del Estado judío. Comenzó el 15 de mayo de 1948, la noche que los ingleses se retiraron de la región. Durante las primeras semanas los ejércitos árabes unidos aplastaron a Israel, que oponía una resistencia heroica, pero que no alcanzaba para detener el avance de 5 ejércitos con aviones, armas, municiones y el apoyo tácito del resto del mundo. Antes de comenzar su ataque, los árabes, muy confiados en su inminente victoria habían dicho que “lo que Hitler había hecho no era nada comparado con lo que ellos harían con los judíos que vivían en Israel” . Y el mundo, como en un horrible déjà vu de la Shoá, permanecía en silencio. Pero Hashem estuvo con nosotros. Y lo inimaginable ocurrió. Israel, no solo sobrevivió la invasión de 5 ejércitos árabes sino que, contra todos los pronósticos, triunfó de una manera que nadie hubiera previsto.

EL INEXPLICABLE CESE AL FUEGO

El milagro más grande de esta guerra, según el doctor Jaguí Ben Artzi, profesor de historia en la Universidad de Bar Ilan (y cuñado del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu) fue que los ejércitos árabes aceptaron un cese al fuego luego de 4 semanas de batalla. La propuesta llegaba del conde sueco Folke Bernadotte, que había sido designado como mediador entre israelíes y árabes por las Naciones Unidas. El cese al fuego proponía una interrupción de la actividad militar de los ejércitos por 4 semanas, que permanecerían en control de las posiciones que habían conquistado. Israel, que no había conquistado nada y que estaba siendo acorralada por todos lados, inmediatamente dijo que sí.

Lo inexplicable fue que los árabes también aceptaron este cese al fuego. Cito a Ben Artzi en su libro (hebreo) Meguilat Hatequmá Vehaatzmaut: “Pero, ¿por qué los árabes aceptaron el cese al fuego…? En realidad ya estaban casi alcanzado todos sus objetivos militares: Jerusalén estaba rodeada y sitiada; Tel Aviv, a muy poca distancia (de caer en su poder); el sur de Israel (el Neguev) desconectado del resto del país, y el Galil, el norte, ya había sido conquistado. Un pequeño esfuerzo más de parte de los árabes y ya estaban en el corazón de Jerusalén, Tel-Aviv, Petaj Tikva, Netania, Jadera y Afula…”. Ben Artzi no oculta su convicción que este cese al fuego fue un milagro de proporciones bíblicas. Y lo compara con los textos de la Torá que explican que cuando Dios está con nosotros, los enemigos de Israel caen presas de un pánico imaginario.

EL MIEDO IMAGINARIO

Ben Artzi menciona entre otros ejemplos lo que ocurrió el 30 de Mayo de 1948. Israel comenzó la guerra sin un solo avión de combate. Mientras que los árabes tenían en actividad más de 75 aviones de guerra. El único país que se atrevió a romper el embargo y vender armamento a Israel fue Checoslovaquia. A fines de mayo llegaron a Israel 4 avionetas militares alemanas “Messerschmidt” desarmadas, dentro de un avión de transporte. Los aviones fueron armados en muy poco tiempo y el 30 de mayo, antes de que pudieran probarlos, salieron a su primera operación: tratar de frenar a las fuerzas egipcias que se encontraban a sólo 30 kilómetros de Tel Aviv. Los aviones atacaron por sorpresa a los egipcios, pero no causaron severos daños, ya que los equipos de ataque no funcionaban muy bien.

Sin embargo, el comandante egipcio a cargo de esa fuerza envió un mensaje urgente a sus jefes diciéndoles que “ya no podían avanzar más. Y que estaba siendo bombardeados por una fuerza muy superior a ellos”. Todo esto era más imaginario que real. Ben Artzi también cita el reporte de un oficial egipcio que había participado en esa batalla y que fue tomado prisionero por Israel en la guerra de 1956. Cuando le preguntaron por qué los egipcios no siguieron avanzando hacia Tel Aviv en 1948, cuando tenían todo el camino abierto ante ellos, declaró: “En los dos ataques…. israelíes vimos algo que nos estremeció: aún después de sufrir fuego directos y cuantiosas pérdidas, los soldados israelíes seguían avanzando como si fueran “locos” (meynunín). Y entonces nos dijimos a nosotros mismos: a estos locos es imposible vencerlos. Mejor (aceptar el cese al fuego) y conformarnos con lo que hemos conquistado”.

TODOS LOS CAMINOS QUE LLEVAN A JERUSALÉN

Otro evento providencial que ocurrió fue que un joven soldado, Moshe Eshed, descubrió “de causalidad” un camino alternativo a Jerusalén, a través de las montañas, al cual llamaron Derej Burma. Y por este camino pudieron enviar comida, medicamentos, armas y refuerzos. Había 100,000 judíos en Jerusalén, especialmente concentrados en la parte occidental, la Jerusalén judía. Los judíos de Yerushalayim estaban completamente aislados y atrapados por los jordanos que habían bloqueado todas las entradas a Jerusalén para evitar cualquier tipo de suministros. Si este camino, que increíblemente ni los árabes ni las Naciones Unidas descubrieron durante 6 meses , no hubiera sido encontrado, Jerusalén hubiera caído y la guerra habría terminado de otra manera…

CUANDO LO BUENO ES LO QUE NO PASA…

Lo que no se pudo conquistar, por más que se intentó, fue la Ciudad Vieja de Yerushalayim, donde está el Kotel y el lugar del Bet Hamiqdash. Al finalizar la guerra de 1948 la Ciudad Vieja quedó en poder de los jordanos, hasta la guerra de los Seis Días. El profesor Ben Artzi también ve en esta operación fallida la mano divina. Dice Ben Artzi que si Israel hubiera conquistado la Ciudad Vieja de Jerusalén en 1948, las Naciones Unidas hubieron demandado la internacionalización de Jerusalén, por ser una Ciudad Santa «para las 3 grandes religiones».

La presión internacional hubiera sido insostenible Israel seguramente hubiera cedido. Una vez otorgado el estatus internacional a Jerusalén, difícilmente podría haber sido cambiado, y las terribles consecuencias a largo plazo para Israel hubieran sido impredecibles. Al final, como la Ciudad Vieja de Jerusalén NO fue conquistada por los judíos en esta guerra y quedó bajo la soberanía de Jordania, nadie dijo nada acerca del estatus internacional que debería tener Jerusalén. Las Naciones Unidas y el Vaticano permanecieron en silencio (y obviamente, nadie se quejó de que los jordanos no permitían a los judíos visitar el Muro de los Lamentos, etc.) Cuando en 1967 Israel conquistó la Ciudad Vieja, las Naciones Unidas ya no podían demandar de Israel lo que no demandaron de Jordania durante 19 años…

 


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