Enlace Judío México e Israel – Presuntos comentarios de altos funcionarios del gobierno de Israel manifestados en las sesiones dedicadas al control del COVID-19 durante su punto más álgido en el país, revelan sentidos temores frente a lo que pensaron que sería un escenario catastrófico en el país.

Israel hoy se encuentra entre los países donde de manera notable se ha registrado una estabilización y disminución significativa de la pandemia del COVID-19, con solo unas decenas de casos registrados al día, lo que ha llevado a la “vuelta a la normalidad” paulatina de la economía y movimiento de su población.

Pero hace poco más de un mes, Israel llegó a registrar hasta 819 casos de contagio en un solo día, cuando a finales de marzo e inicios de abril se presentó la aceleración de las infecciones, mientras alcanzaba el punto máximo de la epidemia por la que todo país transita.

Según afirmaron al Canal 12 algunos legisladores de la Knéset para un reporte publicado este viernes, cuando la epidemia en Israel se encontraba en su mayor auge, el primer ministro Benjamín Netanyahu lanzó una funesta consideración ante uno de los puntos que siguen envueltos en incertidumbre científica alrededor de la enfermedad del COVID-19 causada por el coronavirus SARS-CoV-2.

“Hay reportes en el mundo de que ocurre una reinfección [del coronavirus], y si esto es cierto, su significado es que podría ser el fin de la humanidad”, aseveró presuntamente el mandatario a los legisladores.

Otros legisladores comentaron a la cadena que no recuerdan el uso de estos términos por parte de Netanyahu, pero que sí recuerdan que el primer ministro describió escenarios nada halagadores que podría traer la pandemia, como una situación de “anarquía global”.

El 17 de marzo, cuando apenas se estaba por llegar a los 300 casos acumulados de COVID-19 en Israel y comenzaba ligeramente el despegue de la curva epidémica, el director general del Ministerio de Salud, Moshe Bar Siman Tov, no descartó que “los escenarios de Italia y España puedan ocurrir en Israel”.

Italia y España son los dos países más afectados en Europa por el COVID-19, con más de 200,000 casos acumulados de contagio y más de 25,000 muertes, y a la vez son las naciones más afectados a nivel mundial solo después de EE.UU., el epicentro actual de la pandemia.

Un día después, el mismo funcionario aseguró que la epidemia continuaría por todo marzo y abril, tal y como ha ocurrido, si bien la epidemia sigue presente entre la población israelí.

Unos días después, el 23 de marzo, más de 1,200 casos acumulados, Netanyahu advirtió durante una sesión sobre el COVID-19 que, “la próxima semana llegaremos a un rebote de decenas de miles de contagiados, debemos detener esto con tiempo”.

Al siguiente día, Netanyahu lanzó otra advertencia a los funcionarios de su gobierno: “si la tasa de contagio continúa, dentro de dos semanas necesitaremos decidir quién recibirá ventilación mecánica y quién no”.

En esa misma sesión, el vicedirector general del Ministerio de Salud, Itamar Grotto, propuso una radical sugerencia como si de una situación de auténtica guerra se tratara, de acuerdo al reporte: “cerrar las tiendas de alimentos de manera total y distribuir raciones entre la población”.

Para el 25 de marzo, cuando ya eran más de 2,000 casos acumulados, Bar Siman Tov visualizó una situación bastante pesimista: “el escenario que se encuentra frente a nosotros es el de un millón de contagios para finales de abril y decenas de miles de muertos”. A la vez, el funcionario advirtió que “el número de pacientes en estado grave podría afectar a los hospitales al punto de llegar a la incapacidad de proporcionar atención médica”.

Bar Siman Tov también manifestó cierto pesimismo el día 6 de abril cuando él mismo consideró que la epidemia ya mostraba ciertos signos hacia una estabilización: “Estoy preocupado de que perdamos el control de la mortalidad”.

Eventualmente, y gracias a la efectiva respuesta de Israel en materia de medidas de confinamiento y pruebas de detección del coronavirus, no se llegó a estos escenarios de cientos de miles de contagios y decenas de miles de muertes, a fatales decisiones de decidir quién vive o muere ni a cerrar los lugares más esenciales para la subsistencia de la población.

Sin embargo, Netanyahu, que ha proclamado él mismo un “gran éxito” de Israel contra la pandemia, ya ha manifestado públicamente en días recientes, incluso con líderes mundiales, que el país debe preparase y estar listo para una posible segunda ola de contagios que tenga que forzarlo de nuevo a imponer las rigurosas restricciones.

Con solo un incremento de 55 casos de coronavirus y 5 muertes adicionales registrados en Israel en las últimas 24 horas, para este viernes 8 de mayo suman en total 16,436 casos acumulados y 245 decesos, mientras que 11,229 se han recuperado y 78 están graves.

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